RELACIONES GOBIERNO-GENERALITAT

El Govern catalán sitúa la reunión de la mesa de diálogo para finales de marzo o a principios de abril

La propuesta que llevará la Generalitat es el acuerdo de claridad para celebrar un referéndum pactado en Cataluña

La consellera catalana Laura Vilagrà dirigiéndose a una reunión del Govern.

La consellera catalana Laura Vilagrà dirigiéndose a una reunión del Govern. / EFE

Pedro Sánchez y Pere Aragonès pactaron este jueves reactivar la mesa de diálogo entre el Gobierno y la Generalitat para abordar el conflicto político, pero no será inmediato. Según ha explicado este viernes la consellera de Presidència, Laura Vilagrà, la reunión no se celebrará hasta finales de marzo o a principios de abril. El argumento del Govern es que no busca que la cita sea tan solo una fotografía entre gobiernos y entre presidentes, por lo que quiere que la mesa se reúna cuando haya "documentos por explicar" y cuando se haya "trabajado alguna propuesta".

La propuesta que llevará la Generalitat es el acuerdo de claridad para celebrar un referéndum pactado en Catalunya. Una idea que el president ha trabajado políticamente con un grupo de expertos y que, ahora mismo, está trabajando desde el punto de vista jurídico. En octubre encargó al Institut d'Estudis de l'Autogovern que pilota el jurista Joan Ridao un informe sobre las vías legales para celebrar una consulta. Cuando lo tenga, será el momento para dar un nuevo impulso a este acuerdo de claridad.

La gran incógnita que sobrevuela la nueva reunión de la mesa es qué margen tiene para trabajar si Aragonès quiere un referéndum y Sánchez lo rechaza por completo. El presidente del Gobierno dijo el jueves que constitucionalmente no se podía celebrar. Este viernes, en una entrevista en la Cadena Ser, Vilagrà lo ha puesto en duda. Ella considera que con el marco jurídico actual se pueden encontrar "los mecanismos" para votar aunque el derecho de autodeterminación no esté reflejado en la Carta Magna. El Govern considera que hay dos ejemplos que desbrozan el camino: el referéndum escocés (2014) y el quebequés (1980 y 1995).

Que la mesa de diálogo sea en marzo o abril también le funciona a Sánchez desde el punto de vista del calendario político. Está lo suficientemente lejos de las elecciones gallegas del 18 de febrero y de las elecciones europeas del 9 de junio. La mesa es una fuente de desgaste a ojos del PSOE, por lo que el presidente históricamente ha rehusado convocarla cerca de citas electorales. Finales de marzo o principios de abril parece una fecha lo bastante equidistante entre las gallegas y las europeas y de cara a aguantar las previsibles embestidas de la derecha por dar cancha al independentismo.

Presupuestos en el aire

Pero antes de la reunión de la mesa e incluso de los comicios gallegos, Sánchez y Aragonès tienen una cuestión más urgente que resolver que es aprobar sus respectivos propuestos. Los votos de ERC son decisivos para las cuentas estatales y los de los socialistas para las cuentas catalanas, pero ninguno de los dos presidentes quiso hablar ayer de un intercambio de favores.

Sin embargo, la consellera Vilagrà ha expresado este viernes que sería "extraño" que el Estado tuviera presupuestos y la Generalitat no. Es una forma de pedir responsabilidad a todo el mundo: que ERC no ponga trabas a aprobar las cuentas en el Congreso y que tampoco lo haga el PSC en el Parlament. Los dos gobiernos ya van tarde porque el año 2024 empezará con las cuentas de las dos administraciones prorrogadas.