DEBATE DE LENGUAS COOFICIALES

Desconcierto total en la bancada del PP con Sémper por el uso "excesivo" del euskera

El pleno de las lenguas vuelve a evidenciar lo que en el PP se ve como una “desconexión” entre el núcleo duro de Feijóo y el resto del partido

Sémper utiliza el euskera en el Congreso para rechazar el uso de las lenguas cooficiales

PI STUDIO

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Los diputados del PP llegaron al primer pleno de la legislatura con la consigna de no utilizar los pinganillos de la Cámara para escuchar la traducción de las lenguas cooficiales. Todos estaban convencidos de que en su partido solo se usaría el castellano aunque el discurso, en manos de Borja Sémper, apostaría por defender la riqueza lingüística de España. Más allá de los reproches al PSOE por impulsar ahora el uso del catalán, el euskera y el gallego cuando hasta hace unos meses se oponía frontalmente, el PP pretendía ser muy combativo con el procedimiento al permitir la presidenta, Francina Armengol, el uso de todas estas lenguas antes de debatir y votar la reforma del reglamento.

“Los poderes públicos estamos sometidos a la Constitución y a la legislación vigente. Pido que el desarrollo de este pleno se haga conforme al reglamento”, llegó a decir Cuca Gamarra al inicio del pleno, pidiendo el uso de la palabra en el último intento de frenar a los partidos del Gobierno y sus socios y exigiendo que el debate transcurriera en castellano. Dos horas antes del pleno, los miembros del PP en la Mesa se lo volvían a pedir a Armengol sin éxito. 

Y en la reunión previa del grupo popular, antes de arrancar la sesión, los diputados escucharon a puerta cerrada el mismo argumento. Por eso la sorpresa fue mayúscula, según reconocen distintos diputados del PP a este diario, cuando Sémper empleó el euskera hasta cuatro veces en su intervención.

En la dirección nacional se apresuraron a justificarlo: se trataba del uso de una lengua cooficial en los términos en los que ya estaba permitido, acompañado de una traducción casi simultánea por el diputado.

Algunos miembros de la cúpula reconocían como “error” no haberlo trasladado así a los parlamentarios populares para evitar el desconcierto que, a todas luces, se produjo. Pero la realidad, coinciden miembros del comité de dirección en Génova, de la dirección del grupo parlamentario y de la bancada de diputados es que el uso del euskera de Sémper resultó “excesivo” para los objetivos pretendidos, hasta el punto de que no se entendió internamente.

“Nos hemos pegado un tiro en el pie. Este pleno era muy fácil para nosotros. Se apuesta por Sémper por motivos obvios. Pero no tiene sentido tener una posición tan incoherente después de decir el día anterior que no haríamos el canelo”, reflexionaban distintos diputados, algunos con amplia trayectoria en el partido.

Algunos dirigentes se sintieron especialmente molestos por el hecho de que se trasladar un mensaje contrario a la postura adoptada finalmente en el pleno, incluso después de que Gamarra, secretaria general del partido y portavoz del grupo parlamentario, arremetiera contra el uso de las lenguas cooficiales antes de aprobar la reforma del reglamento. “¿Entonces nos quejamos de algo que también hacemos nosotros?”, se preguntaban algunos diputados.

La realidad es que no hubo aplausos contundentes y mucho menos una ovación al terminar Sémper. Algunos diputados no pudieron esconder su malestar en el gesto. Una escena extraña, dicen en el grupo parlamentario, teniendo en cuenta que era el debut del partido siendo primera fuerza tras el 23J y con Feijóo en su escaño.

En el entorno del líder conservador defienden el discurso de Sémper y lo siguen englobando en la estrategia del PP de evitar incendios mayores en el Congreso ni levantar ampollas entre los grupos políticos a una semana de la investidura de Feijóo. Esa hoja de ruta pensada a largo plazo, mirando especialmente a partidos como el PNV, busca salir del discurso polarizador de la derecha que, por ejemplo, mantuvo Vox, incluso abandonando el hemiciclo cuando el diputado del PSOE empezó a hablar en gallego.

Pero no es argumento que parecen compartir el resto de diputados: muchos ponen el foco en la “desconexión” que, a su juicio, tiene el líder y su núcleo duro con el resto del partido, y especialmente con los diputados que se sientan ahora con él en el Congreso. La ‘bunkerización’ que tantos quebraderos de cabeza ha dado al PP tras el ‘shock’ de las elecciones generales.

El líder del PP en Cataluña, Alejandro Fernández, muy crítico con algunas actuaciones de la dirección en las pasadas semanas, escribió en sus redes sociales un mensaje que muchos otros cargos del partido leyeron en la misma línea: “Hay un concepto en el tenis muy útil para cualquier ámbito de la vida: evitar los errores no forzados”. Es la visión que mantenían otros diputados en el Congreso este martes, que seguían sin comprender por qué el partido había optado por “sobreactuar” y “meterse en un lío innecesario”.

Algunos dirigentes alertaban además de “la situación de debilidad” en la que quedaba Feijóo con este tipo de actuaciones, cuando precisamente en asuntos tan sensibles como la lengua, el PP siente a menudo divisiones. “No era un día para compadreos de ningún tipo”, explicaba un diputado. Se refería, además, a la manera en la que Gabriel Rufián llegó a responder a Sémper en el segundo turno de intervenciones: “Ojalá la derecha española se pareciera más a usted que a Ayuso”.