ESTRATEGIA A LARGO PLAZO

Feijóo insiste con el PNV para romper el bloque de Sánchez si sigue en Moncloa

La reunión con Ortuzar no buscaba el apoyo a una investidura que no prosperará, sino "tejer complicidades a futuro" incluso aunque Sánchez vuelva a ser presidente

El PP mantiene una estrategia "a medio y largo plazo" que muchos no entienden y que está encaminada a aprovechar "la absoluta debilidad" del socialista

Cuca Gamarra, PP, y Aitor Esteban, PNV, durante la reunión que han mantenido en el Congreso de los Diputados.

Cuca Gamarra, PP, y Aitor Esteban, PNV, durante la reunión que han mantenido en el Congreso de los Diputados. / José Luis Roca

Paloma Esteban

Paloma Esteban

El PP tiene asumido desde hace semanas que la vía del PNV para conseguir los cuatro escaños que le faltan en la investidura de Alberto Núñez Feijóo está muerta. Solo una sorpresa mayúscula que nadie espera realmente en Génova daría la vuelta a la situación. “La esperanza es lo último que se pierde”, llegó a decir este lunes Borja Sémper después del comité de dirección en una frase que lo resume todo. Aún así, como publicó este diario pocos días después de que Feijóo recibiera el encargo del Rey, toda la estrategia del PP —bandazos con Junts incluidos— no está pensada tanto para la investidura como a largo plazo.

El encuentro físico entre Feijóo y el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, tuvo lugar el 7 de septiembre según dijo el propio Aitor Esteban, portavoz jeltzale en el Congreso. Y según ha podido saber este diario fue en Madrid. El PP evitó confirmar la reunión a lo largo de todo el día. Lo que también hubo la semana pasada entre ambos, antes de que el líder del PNV se viera con Carles Puigdemont en Waterloo, fue una llamada telefónica.

Todos estos movimientos insistentes del PP están encaminados a salir del aislamiento de cara a los escenarios que puedan abrirse prospere o no la investidura de Pedro Sánchez, una vez haya fracasado la de Feijóo. Los conservadores saben que mientras Vox esté en la ecuación (incluso habiendo anunciado que se quedarían fuera de un hipotético Gobierno) el PNV no estará de su parte. 

“Tejer complicidades a futuro”

Pero en Génova, explican, están convencidos de que “la partida no termina el 26 de septiembre”. Ese día arranca el debate de investidura de Feijóo. Y después lo previsible es que el jefe del Estado haga un nuevo encargo, esta vez sí, a Sánchez. El PP entiende que con la aritmética tan compleja “igual de importante es intentar ganar la investidura como que Sánchez pierda la suya”. E incluso aunque salga adelante, dicen, el socialista quedará en una “posición de debilidad absoluta”. Para cada votación, desde leyes a Presupuestos, necesitará el voto favorable de todos y cada uno de los partidos nacionalistas e independentistas.

La alianza de Ortuzar y Puigdemont, además de una recomposición de relaciones, era también un mensaje directo al otro bloque de socios que ambos tienen en frente: Bildu y ERC. Y el objetivo del PP, que ideológicamente está más cerca de los primeros, no es más que “tejer complicidades” a futuro, pensando en las derrotas parlamentarias que el PSOE pueda experimentar.

Ejemplos no faltan. Uno de los más recientes en la pasada legislatura es la ley de vivienda. Esa misma ley no habría salido adelante ahora porque ni PNV ni Junts la respaldaron. Sánchez tenía a su disposición una aritmética variable que ya no existe. Necesitará del concurso de los cuatro partidos, además del diputado del BNG y Sumar, para que prospere cada iniciativa. Y en frente un bloque monolítico de 171 diputados, excluyendo a la de Coalición Canaria que puede ser más flexible.

Ortuzar ha reiterado su portazo al PP desde el día después de las elecciones generales, insistiendo en que mientras Vox esté en esa misma ecuación no hay nada que hacer. Al PNV no le valió el anuncio de Santiago Abascal (accediendo a una petición del PP) de decir públicamente que no estaría en un hipotético Gobierno encabezado por Feijóo. Pero el trabajo de los populares (con el PNV en primer lugar pero, incluso, en un inicio dejando la puerta abierta a reunirse con Junts) está pensado para más adelante.

La tesis que manejan en el núcleo duro de Feijóo es que si no se puede evitar una investidura de Sánchez, “hay que seguir trabajando para que deje de ser presidente cuanto antes”. Y ahí entran en juego las alianzas que puedan irse trabajando con estos partidos si en algún momento dejan de apoyar al socialista. 

Además de la debilidad en el Congreso, que el PSOE quiere sortear legislando menos que en la pasada legislatura, habrá otros condicionantes que pueden ser clave el año que viene. Las elecciones vascas, previsiblemente para antes de verano, serán determinantes. Y la posibilidad de que haya también elecciones en Cataluña un poco después volverá a poner a prueba la resistencia del bloque de apoyos a Sánchez.

Tensiones internas y con el PNV

En mitad de toda esta ‘jugada’ que no es precisamente cortoplacista se encuentran algunas decisiones que en el propio PP no han entendido a menudo. A los giros con Junts (desde abrir la puerta a reunirse a decir después que se podían “ahorrar” cualquier encuentro oídas las exigencias de Puigdemont) a negarse a confirmar un encuentro con el PNV que, en teoría, el PP llevaba mucho tiempo buscando. En Génova guardan silencio, aunque en el entorno más próximo a Feijóo insisten en explicar que sus objetivos trascienden “la lógica” de lo que tendría que hacer el PP si no fuera porque están a cuatro votos de una investidura y ante la necesidad de seguir siendo un actor relevante en el Congreso.

Por eso tampoco sentaron bien reacciones como la del líder del PP catalán, Alejandro Fernández, poniendo en cuestión una estrategia que realmente pocos comprendieron. Los movimientos de Feijóo se deciden en un grupo de personas reducidísimo para inquietud de algunos dirigentes que hasta hace poco parecían de primera línea.

En todo caso, las tensiones con el PNV, que es el partido clave para Feijóo en el futuro, suben y bajan con frecuencia. La idea es no crear una molestia tan grande como para que la interlocución deje de ser fluida (más de lo que aparentemente es, aseguran en el PP). Pero, al mismo tiempo, Feijóo ha lanzado duros mensajes contra los nacionalistas vascos en las últimas semanas, criticando que hayan renunciado a tener un papel determinante en la política nacional. “Han decidido ser uno más de los que apoyan a Sánchez en vez de intentar conseguir cosas para la sociedad vasca”, reprochaba hace días en una entrevista. Un reproche que el PP tiene muy presente, también pensando en unas futuras elecciones vascas.