TRAS LA MANIFESTACIÓN EN MADRID

El PP cierra filas públicamente con Ayuso y evita críticas por la gestión sanitaria en Madrid

Feijóo evita abordar el asunto en el comité ejecutivo y centra las críticas contra el Gobierno en el cambio del Código Penal y la valla de Melilla

Los dirigentes territoriales recalcan el signo político de la manifestación e insisten en nacionalizar el problema sanitario: "Los problemas existen en todas las CCAA"

Feijóo preside el comité ejecutivo del PP.

Feijóo preside el comité ejecutivo del PP. / JAVIER LIZÓN.

Paloma Esteban

Paloma Esteban

En privado hay dirigentes del PP que reconocen preocupación por el desbordamiento de la crisis sanitaria, especialmente en Madrid, y los efectos que pueda tener en el electorado. Pero, públicamente, barones y dirigentes de la cúpula nacional evitan críticas hacia Isabel Díaz Ayuso y cierran filas con la presidenta insistiendo en la “instrumentalización” que la izquierda está haciendo de la manifestación que ayer recorrió las calles de la capital y nacionalizando el problema a todas las comunidades autónomas.

El vicesecretario de Organización y mano derecha de Alberto Núñez Feijóo, Miguel Tellado, aseguró esta mañana en RNE que la protesta de este domingo mezcló “personas preocupadas por la falta de médicos y una instrumentalización política de PSOE y Podemos de un problema que afecta a España entera”. El dirigente gallego insistió en que quien debe resolver el asunto “son los ministerios de Educación y Sanidad” y sacó pecho por los 10.000 millones de euros que la Comunidad de Madrid gastará el año que viene en sanidad según figura en su Presupuesto.

Sí reconoció una reivindicación de mejoras “muy legítima” por parte de los ciudadanos (algo que no se ha escuchado en los cargos del PP madrileño y donde se aprecia un ligero matiz), pero también aseguró que PSOE y Podemos "no tienen legitimidad para reclamar absolutamente nada" mientras no actúen desde el Ejecutivo central.

Los argumentos se repitieron en los dirigentes territoriales que fueron llegando al comité ejecutivo este lunes con algunas excepciones, como el andaluz Juanma Moreno, que no entró por la puerta principal de Génova o la propia Ayuso, que también accedió a la sede por el garaje. Justo antes la presidenta había protagonizado una comparecencia, donde llegó a comparar la manifestación en favor de la sanidad con las algaradas independentistas de Cataluña. Feijóo, por su parte, evitó hacer cualquier mención en su discurso ante la plana mayor del partido, y centró las críticas al Gobierno en la modificación del Código Penal y la valla de Melilla.

El presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, aseguró que "tras analizar las imágenes y las declaraciones que se vieron ayer, ha quedado claro el interés político de la manifestación". Sin discutir si hay o no problemas en la gestión sanitaria de Ayuso, el líder castellanoleonés aseguró que su petición es "un pacto nacional por la sanidad para ampliar el número de plazas MIR" y que es el Gobierno "el que debe liderarlo". Manifestó su "respeto más absoluto" a las personas que salieron a la calle, pero volvió a repetir que "había un mensaje político" tras la protesta.

El alcalde de Zaragoza, Jorge Azcón (que debe decidir ya si continúa como candidato a la alcaldía o da el salto a la candidatura autonómica, como publicó este diario) también defendió a la presidenta madrileña y especialmente los datos de la Comunidad: "Madrid tiene un servicio sanitario mucho mejor que el de otras partes de España. Y llama la atención que las manifestaciones sean en Madrid precisamente. Tiene que ver en gran parte con la movilización de la izquierda", aseguró, cargando también contra el presidente aragonés, Javier Lambán, al que acusó de 1recaudar más que nadie y tener las listas de espera más largas de España".

También el candidato a la Junta de Castilla-La Mancha, Paco Núñez, cerró filas con Ayuso: "Es evidente que hay una utilización política de un reto que claro que existe, y es gestionar la sanidad, pero que en el caso de Madrid, hay una clara manipulación por parte de los partidos de izquierdas".