CRISIS DE LA JUSTICIA

Sánchez y Feijóo avanzan en la "renovación conjunta del CGPJ y del TC" y en el cambio en la ley

El jefe del Ejecutivo y el presidente del PP se han reunido esta mañana en Moncloa tras el anuncio de dimisión del presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes

Sánchez y Feijóo "han acordado" realizar un "último intento" de negociación

Desde el Gobierno ya no se rechaza categóricamente modificar el sistema de elección de los miembros del CGPJ, como reclama Bruselas

Sánchez y Feijóo

Sánchez y Feijóo / Sergio Pérez

Hay acercamiento entre el Gobierno y el PP para acabar con el lacerante bloqueo del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que ha provocado una inadmisible crisis institucional, ha colapsado la justicia y ha proyectado una vergonzante imagen de España. Este lunes se han producido progresos, después de que el jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, y el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, hayan estado reunidos esta mañana durante tres horas en Moncloa. Al encuentro se han sumado más tarde el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, y el vicesecretario de Institucional del PP, Esteban González Pons. Una cita que hace unos días se antojaba imposible pero que ha acabado forzando la confirmación de que el presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ, Carlos Lesmes, iba a formalizar su renuncia hoy mismo y la propia presión de Bruselas que, en la reciente visita del comisario de Justicia de la UE, Didier Reynders, dejó claro que se debía renovar el Consejo e "inmediatamente" cambiar la ley.

Al concluir la reunión fue el propio Feijóo quien adelantó a través de las redes sociales que habían existido avances para una "renovación conjunta del CGPJ y del Tribunal Constitucional, en un nuevo marco que profundice en criterios de independencia". Creo, dijo, "que este paso se podía haber dado mucho antes, y confío en que también será posible una reforma legal como pide la UE y lleva pidiendo meses el PP".

Bolaños, que compareció públicamente después, casi a la vez que lo hacía en la sede popular de Génova, González Pons, confirmó lo avanzado previamente por Feijóo y aseguró que el presidente y el dirigente gallego "han acordado" realizar un "último intento" de negociación. Según el ministro, ambos coinciden en definir la situación como "muy grave". Ya lo era, reconoció Bolaños, pero ahora más por la renuncia de Lesmes. "Vamos a negociar en serio, para que haya una solución lo antes posible, con urgencia", destacó. A pesar de que el Gobierno siempre se ha negado a modificar el sistema de designación de los miembros del CGPJ, el ministro no rechazó que pueda producirse. En cualquier caso no ofreció detalles y emplazó a las conversaciones de las próximas horas. "Permítanme que seamos discretos, que trabajemos con discreción, cuando haya acuerdo que comunicar lo haremos", apuntó.

La situación en el Poder Judicial se había vuelto insostenible. En realidad resulta inaguantable desde hace meses. El Consejo está a punto de cumplir cuatro años con el mandato caducado. Tras varios intentos de acuerdo con el anterior presidente del PP, Pablo Casado, que resultaron infructuosos, el Gobierno se descolgó con un cambio en la ley para impedir que el órgano de gestión de los jueces pudiera hacer nombramientos mientras no fuera renovado, una regulación especial para cuando se encuentre en funciones.

Esto ha impedido cubrir las plazas pendientes y ha generado una situación de colapso. Pero ni así se produjo un acercamiento entre Moncloa y el PP. La sustitución de Casado por Feijóo pareció abrir una rendija al entendimiento pero esa presumible oportunidad se consumió muy rápido. Después de que Sánchez y el dirigente gallego se reunieran por primera vez en abril, en su primer encuentro oficial, designaron a Bolaños, y a González Pons como negociadores.

Entre ambos llegó a celebrarse alguna entrevista pero se cruzaron las elecciones andaluzas y el PP echó al freno a las conversaciones. Los populares aseguraron entonces que en un mes enviarían una propuesta sobre la Justicia y esta decisión enervó a la Moncloa que optó por desbloquear en solitario la renovación del Tribunal Constitucional -un tercio debía cambiarse antes del pasado 12 de junio-. Como de estos nuevos nombramientos, dos correspondían al Gobierno y dos al CGPJ, desde el Ejecutivo se decidió impulsar otra reforma legal, a través del grupo socialista y de Unidas Podemos en el Congreso, para levantar la suspensión inicial y que el Consejo sí pudiera designar a los dos magistrados del TC.

Con esta maniobra el Gobierno se garantizaba que el Constitucional tendría una mayoría progresista. Incluso incluyó en la modificación legislativa la obligación de que el CGPJ designara a estos dos magistrados antes del 13 de septiembre. Pero el Consejo no ha cumplido con este mandato legal por la rebelión del sector conservador.

El persistente bloqueo es lo que llevó al presidente del Tribunal Supremo y del CGPJ a sugerir, en su discurso de apertura del Año Judicial, a principios de septiembre que dimitiría si no hay avances entre el Ejecutivo y el PP para superar este colapso. Durante estas semanas Lesmes ha tratado de conseguir un acuerdo para designar a los miembros del TC, cuya cuota depende del CGPJ. Pero ayer domingo hizo pública su intención de formalizar este lunes su dimisión. Esto, y los continuos rapapolvos de Bruselas -el comisario de Justicia, Didier Reynders, visitó España hace dos semanas, e instó a la renovación, han forzado el encuentro entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición. Reyders, que se reunió por separado con Bolaños y la ministra de Justicia, Pilar Llop, y con Esteban González Pons, reclamó actualizar el CGPJ e "inmediatamente" cambiar la ley para favorecer que los jueces y no los políticos elijan a los jueces.