Partido Popular

Cuca Gamarra, número dos de Feijóo en el nuevo PP

La actual portavoz en el Congreso y coordinadora general del partido en este periodo provisional se queda como número dos de Feijóo

Su designación implica dar continuidad a la nueva etapa sin Casado

Feijóo premia su trayectoria como alcaldesa y ser una mujer "de partido"

Cuca Gamarra.

Cuca Gamarra. / EFE

Paloma Esteban

Paloma Esteban

Cuca Gamarra será la secretaria general del PP de Alberto Núñez Feijóo. La actual portavoz del grupo parlamentario en el Congreso y coordinadora general del partido en este periodo de transición es la elegida por el presidente de la Xunta como número dos.

La noticia implica dar continuidad a la etapa abierta tras la caída de Pablo Casado teniendo en cuenta que la riojana, junto a Esteban González Pons (que también tendrá un papel clave en la nueva dirección), ha ido gestionando el día a día del partido. Pero también implica un gesto de integración, teniendo en cuenta que Gamarra fue aupada por Casado en el Congreso en sustitución de Cayetana Álvarez de Toledo. "Cuca es de los dos mundos. Sobre todo es de partido y eso es lo que ha primado", coinciden algunos dirigentes.

Su nueva posición tendrá otras consecuencias como cambios profundos dentro del grupo parlamentario una vez más. Para empezar, Feijóo tendrá que designar a un nuevo portavoz. El presidente de la Xunta puso en valor a la hora de tomar la decisión su etapa como alcaldesa de Logroño. En el entorno del presidente gallego insisten en que "le da mucha importancia a la gestión" tanto en consistorios como en comunidades y que lo previsible es que se rodee de perfiles con gestión a las espaldas.

La elección de la secretaría general era una de las grandes incógnitas que ahora queda resuelta. Lo previsible es que durante el fin de semana Feijóo pueda seguir desvelando los nombres que le acompañarán en su nuevo núcleo duro, después de que se hubieran disparado los rumores de futuros fichajes, también de expolíticos. La creación de un comité de expertos ajeno a la estructura del partido (donde Feijóo quiere contar con profesionales, personas de la sociedad civil y exdirigentes) acerca la idea de que exministros y expolíticos que se fueron a la vida privada vuelvan a la órbita de influencia del PP y puedan dar un paso más adelante.

La realidad es que el hermetismo más absoluto ha rodeado a Feijóo en estas semanas. La noticia de Gamarra, aunque algunos dirigentes la incluían entre las principales quinielas, fue sorprendente. La hizo, como últimamente todo en el partido, a través de Twitter. Y nadie lo sabía. Como repetían dirigentes gallegos y otros afincados en Madrid (que también conocen a Feijóo), "no se filtrará nada que él no quiera". Y así fue. Feijóo despeja la gran incógnita del equipo antes del comienzo del congreso y evita que todas las miradas estén centradas en esa decisión durante el mismo.

Es mejor no esperar nada. Lo que decida el nuevo presidente será y punto”, repetían en el entorno de la portavoz parlamentaria estos días cuando era preguntada sobre su papel en el futuro partido. La realidad es que ni siquiera esperaba el nombramiento provisional. “Prácticamente la levantaron de la cama” para comunicarle el rol al frente del partido tras la marcha de Casado. La reunión de los barones y el presidente nacional transcurría en Génova y las horas iban pasando. La portavoz preparaba el trabajo parlamentario que quedaba de semana cuando su teléfono sonó.

Entonces, su nombre, igual que el de Pons, cobraron relevancia total. El eurodiputado sería el encargado de organizar el congreso más importante que recuerdan en la historia del PP y la portavoz tendría que llevar el día a día. Su nombre estuvo consensuado entre Feijóo y Casado.

Ni recién llegada ni desconocida

Gamarra entró en el comité ejecutivo nacional del PP con José María Aznar al frente. Ni es una recién llegada ni es una desconocida para nadie, aunque haya adquirido un rol nacional recientemente. “Nadie la tiene que presentar, ni que avalar. Todos conocen su trayectoria”, explican en su entorno más cercano.

En la sucesión de Mariano Rajoy terminó apoyando a Soraya Sáenz de Santamaría. Lo hizo por su cercanía al exministro Íñigo De la Serna, también exalcalde de Santander, con quien trabajó mano a mano en la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), de la que Gamarra fue vicepresidenta.

Conoce la gestión de un ayuntamiento, lo que en el PP siempre ha sido una buena carta de presentación. Y a Casado no le costó nada integrarla en su equipo de manera inmediata, a diferencia de la mayor parte de los apoyos que tuvo Saénz de Santamaría. “Lo de Cuca era otra cosa”, insisten diputados de su confianza. Se encargó de la vicesecretaría de Política Social hasta que en verano de 2020 accedió a la portavocía del Congreso para sustituir a la polémica Álvarez de Toledo.