MIEDO ENTRE LOS DIPUTADOS

Ómicron entristece al Congreso: vuelve el fantasma de los duros días de abril 2020

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en el hemiciclo

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet, en el hemiciclo / EFE

Ángel Alonso Giménez

"¿Comemos, o tal y como están las cosas lo dejamos para otro momento?", pregunta el periodista.

"Mejor lo dejamos. El viernes quiero cenar con mis padres y evitar cualquier riesgo", responde el diputado.

Prácticamente todo en el Congreso ha regresado a los duros días de primavera de 2020, aquel estado de alarma que sigue dando miedo, casi dos años después. Fue la época en la que la Cámara se abrió solo para que el presidente del Gobierno expusiera los motivos por lo que pedía prorrogar aquella distopía. Morían cientos de ciudadanos al día, ingresaban miles en los hospitales; las calles vacías. En el hemiciclo apenas cincuenta diputados. Un portavoz parlamentario recordaba hace poco la sensación que tenía al salir de casa para ir a aquellos debates. Nadie en las calles. Nada. Sólo el silencio. "Era brutal, muy triste", decía.

Hemiciclo vacío del Congreso de los Diputados.

Hemiciclo vacío del Congreso de los Diputados tras la suspensión del pleno, el 10 de marzo del 2020, como medida preventiva de contención del coronavirus. / Agencias

Fue una época terrible para los diputados/as que asistieron a las sesiones. Por no haber, no había ni para tomar un sandwich. La Mesa de la Cámara se las apañó para que hubiera un mínimo servicio de catering, ya que las sesiones eran larguísimas y no había manera de almorzar nada, ni dentro ni fuera del Congreso.

Hubo diputados que, al residir fuera de Madrid, prefirieron desplazarse en coche. Que el debate acabara tarde se convirtió en un problemón, y hubo uno a mediados de abril para aprobar una nueva prórroga que terminó a las 2.00 de la madrugada. Uno de esos diputados, al recuperar aquellas noches, se ve todavía dormitando en su despacho y cogiendo de nuevo el coche, al amanecer, para regresar a casa. Sin apenas comer, sin apenas dormir, sin poder lavarse.

Sánchez y Casado, en el Congreso de los Diputados

Sánchez y Casado, en el Congreso de los Diputados / José Luis Roca

Fue la época reciente en la que la entonces portavoz del PP, Cayetana Álvarez de Toledo, afirmó que el Congreso no podía cerrar ni en una guerra. Cerrar, no cerró, pero los trámites quedaron congelados. El Tribunal Constitucional se lo ha reprobado recientemente a Meritxell Batet. Poco a poco la normalidad anterior se fue restableciendo. Volvieron los periodistas, se reanudaron las comisiones, se podía ir otra vez a la cafetería y lo más importante: la rutina permitía la creación de ponencias, la redacción de dictámenes y la puesta en marcha de nuevas leyes. La Cámara, por primera vez desde febrero de 2019, justo antes del adelanto electoral, hace lo que tiene que hacer: leyes.

Es cierto que el aforo no ha vuelto a ser el que fue, sí, pero, en general, el Congreso se acercaba cada vez más a lo que era costumbre antes de la pandemia...

... Hasta que llegó ómicron.

Ómicron: 13 preguntas sobre la nueva variante, sus peligros y sus diferencias con Delta

Ómicron: 13 preguntas sobre la nueva variante, sus peligros y sus diferencias con Delta / epe

Datos y perspectivas

Entre una parte (pequeña) de funcionarios y una parte (pequeña) de diputados, ha circulado el rumor de que había más de cien diputados contagiados por la nueva variante del coronavirus. Fuentes de la Mesa del Congreso han precisado que una treintena de parlamentarios han pedido el voto telemático por enfermedad, entre ellos los seis que han aducido dolencias comunes u otras enfermedades. Las mismas fuentes destacan que hay más, pero son los contactos estrechos de positivos o aquellas señorías que por precaución, dadas las fechas en las que estamos, han preferido quedarse en casa. ¿Más de 100 en total? "Diría que es exagerado", afirma una de las fuentes.

La Mesa y la Junta de Portavoces analizaron la situación en sendas reuniones este martes. La decisión fue apelar a la prudencia y al sentido común, y así, evitaron sugerir tasas de presencialidad. Durante el año pasado, se consensuó una del 50 por ciento, pero ya ha quedado superada debido a la evolución de la pandemia, y sobre todo, a la de la vacunación.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet.

La presidenta del Congreso, Meritxell Batet. / epe

Apuntan las fuentes que los integrantes de la Mesa y los de la Junta de Portavoces no analizaron informes de los servicios médicos de la Cámara, como sí se ha hecho en ocasiones anteriores. No existe un régimen de PCR o antígenos como pauta de prevención, de manera que los diputados actúan a título personal y bajo su responsabilidad. Si notan síntomas, se hacen test, test que se buscan ellos y se pagan ellos, si es el caso. A partir de ahí, actuarán conforme a los protocolos remitidos por las direcciones de sus grupos, que son a su vez los protocolos de los médicos de la Cámara. Y que son a su vez los estipulados en la comunidad autónoma.

Los portavoces transmitieron a sus bancadas las recomendaciones comentadas en los órganos que gobiernan el Congreso. Han dado efecto, pues el nivel asistencial de la sesión de este miércoles ha caído considerablemente en comparación con las de sesiones pasadas. Las bancadas de PSOE y PP, las mayoritarias, han estado diezmadas. En Vox han decidido que sólo acudan los intervinientes en preguntas o en interpelaciones. Cs, por ejemplo, ha elegido que esté uno en representación de todo el grupo, aunque por turnos. Primero, Edmundo Bal; luego, Sara Giménez. Y así, más o menos, en cada formación.

Las comisiones continuarán su curso, igual que las ponencias. En principio, nada de la agenda va a cambiar. Lo único que se ha decidido es la vuelta del voto telemático generalizado. Es la decisión más relevante de cuantas tiene que adoptar la Mesa, pues el ejercicio del voto es un deber de los diputados, tal y como tipifica el reglamento del Congreso. Tampoco se ha decidido nada sobre aforos del personal de otros servicios de la Cámara, desde ujieres a letrados o personal informático. Los medios de comunicación no han recibido nuevas instrucciones en cuanto a acreditaciones.

"Sobreviviendo"

Hablar con los diputados estos días no es como hablar con los diputados otros días. Se les nota la incertidumbre y la preocupación. Si había comida o café concertado, piden aplazarlo. Si se detienen para hablar, mejor que sea en el patio, al aire libre. Una diputada de fuera de Madrid da una palabra como respuesta cuando se le pregunta por su salud: "Sobreviviendo". Otra tira de ironía: "Estamos en modo 'Supervivientes'", en alusión al show de la tele.

"Yo no me quito la mascarilla ni en el despacho", afirma un diputado del PP, que añade que ha dejado de ir a almorzar o a tomar algo, tras las sesiones de pleno o comisión, por los bares de los alrededores. Sus señorías, que también son ciudadanos, quieren estar sanos para cenar el viernes con sus familiares o allegados, y para comer el sábado.

La sensación de vulnerabilidad ha vuelto. A un diputado le empiezan a asustar las notificaciones de conocidos que han dado positivo. La ansiedad es inevitable.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz durante la sesión de control al Gobierno.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz durante la sesión de control al Gobierno. / José Luis Roca

En este contexto, que el pleno del Congreso se tenga que reunir el día 28, contra pronóstico, para debatir y votar la inclusión de una sola enmienda aprobada por el Senado en el proyecto de Presupuestos de 2022 ha sentado muy mal.

A raíz de la inclusión de dicha enmienda de Compromís, ratificado este martes en la Cámara Alta, la presidenta del Congreso habló con los portavoces para sondear un cambio del orden del día del pleno de esta semana. Algo así sólo puede conseguirse si hay unanimidad. Cuca Gamarra, la portavoz del PP, se ha negado.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.

El portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián. / Ricardo Rubio (EP)

Según fuentes de la dirección parlamentaria de los populares, ha transmitido a Batet que ni por reglamento ni por decencia política podía aceptar semejante propuesta. Es necesario que pasen 48 horas desde que el Senado envía la notificación del cambio en el proyecto a la celebración del debate definitivo en el Congreso. Para la dirigente del PP, eso no se cumple. Además, una medida como los nuevos Presupuestos no puede despacharse sin trascendencia. Los populares quieren una sesión sólo dedicada a las cuentas, una vez terminó su trámite en el Senado. Consecuencia: habrá pleno el 28 de diciembre.

Los diputados, que no se sienten seguros ante ómicron, habrán de exponerse a él. A tres días de fin de año. A cuatro de Año Nuevo. Pues eso: "Estamos en modo supervivencia", concluye un parlamentario.