CRISIS DEL CORONAVIRUS

Ómicron, el virus más contagioso que se conoce

Los asesores de Londres y Berlín alertan de la previsible saturación hospitalaria por un patógeno tan transmisible como el sarampión

Transeúntes en Oxford Street, Londres, el pasado fin de semana.

Transeúntes en Oxford Street, Londres, el pasado fin de semana.

Rafa López

Según la Organización Mundial de la Salud, el sarampión tiene un número de reproducción básico (R0) de 12-18, lo que significa que una sola persona lo transmite, de media, a entre 12 y 18. Es, hasta ahora, el virus humano más contagioso que se conoce, aunque varios expertos sostienen que la variante ómicron del SARS-CoV-2 iguala este registro. “Esta variante ómicron es tan contagiosa como el sarampión, y ese es el virus más contagioso que hemos visto”, ha dicho el analista médico de la cadena CNN Jonathan Reiner. Acreditados expertos en España, como los epidemiólogos Juan Gestal y Rafael Bengoa y el inmunólogo Alfredo Corell han coincidido con esta impresión, y los comités científicos que asesoran a los gobiernos de Reino Unido y Alemania han urgido medidas ante la amenaza que ómicron supone para la atención hospitalaria e incluso para infraestructuras básicas.

En España la información sobre ómicron fluye a cuentagotas. El Ministerio que dirige Carolina Darias, en su informe de variantes de ayer, señala que “en la semana del 6 al 12 de diciembre, con datos todavía muy preliminares y poco representativos a nivel nacional, el porcentaje de secuencias correspondientes a la variante ómicron fue del 47,2% (con 125 muestras aleatorias de 6 comunidades autónomas)”. En la semana previa el porcentaje fue del 3,4%.

Esta sexta ola de covid, impulsada todavía por la variante delta y el factor estacional del virus –mayor transmisión con frío, que además nos empuja a permanecer en interiores–, podría superar con ómicron el récord de contagios de la pandemia si no se toman medidas restrictivas urgentes, según advirtió ayer el catedrático de Matemáticas Àlex Arenas en declaraciones a TV3.

Arenas recordó que el gran problema de las olas es la sincronización: “Todos los contagios se concentran en dos semanas y en ese tiempo se colapsan las UCI y los centros sanitarios, no solo para los pacientes de covid, sino para todo tipo de pacientes”.

El Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades informó ayer de 34.911 casos de ómicron en 95 países y siete muertes relacionadas con la nueva variante. El bajo número actual de muertes no debe llevar a engaño. “Si ya tenemos personas muriendo a causa de ómicron, cuando las cifras de casos eran apenas detectables hace 10 días, deberíamos tener mucho miedo”, ha dicho en Twitter la doctora estadounidense Denise Dewald.

Ómicron es tan transmisible que su virulencia tendría que ser mucho más leve que la de delta para no producir muchos más casos que requieran hospitalización. Y ni siquiera eso está claro. “Todavía es demasiado pronto para evaluar de manera confiable la gravedad de la enfermedad causada por ómicron en comparación con variantes anteriores –señaló el domingo en su informe el comité de expertos SAGE, que asesora al Gobierno británico–. Incluso si hubiera una reducción modesta en la gravedad en comparación con delta, un número muy alto de infecciones generaría aún una presión significativa sobre los hospitales”. Coincide en sus conclusiones el Consejo de Expertos del Gobierno alemán, en su informe de anteayer: “Debido al número extremo y simultáneo de pacientes, es de esperar una sobrecarga considerable de los hospitales, incluso en el improbable caso de una gravedad de la enfermedad significativamente reducida en comparación con la variante delta”.

El informe del comité británico asegura que hay “cientos de miles” de casos diarios en Reino Unido y que los ingresos reales en los hospitales multiplican por diez las cifras oficiales, debido al retraso en la comunicación de datos. Advierte del riesgo aumentado de “transmisión nosocomial” –contagios en hospitales– con ómicron, y alerta también sobre un posible mayor riesgo de contagio a distancia y en menor tiempo por aerosoles, lo que hace necesario llevar mascarillas FFP2.

Los expertos alemanes, por su parte, advierten que la protección de la vacunación contra ómicron “se deteriora rápidamente” y que las personas inmunes “también desarrollan enfermedad sintomática”, aunque “es probable que se conserve parcialmente la protección contra enfermedad grave”. Añaden que varios estudios muestran una “protección inmunológica significativamente mejorada tras una dosis de refuerzo con las vacunas de ARNm disponibles” (Pfizer y Moderna).

Lo más llamativo del informe alemán es que apunta que las “incidencias en rápido aumento” conllevan “un alto riesgo para la infraestructura crítica del país”, como “los hospitales, policía, bomberos, salvamento, telecomunicaciones, suministros de luz y agua y logística”. Por ello urgen a realizar preparativos para los próximos meses “a nivel político y organizativo de los ámbitos federal, estatal y municipal”.