Opinión | ANÁLISIS

Vox Balears funda un chiringuito

 Sorprende la proliferación de iniciativas culturales desde un partido que demuestra un encomiable analfabetismo en sus intervenciones en el Parlament

El grupo de Vox en el Consell de Mallorca durante el pleno celebrado esta mañana

El grupo de Vox en el Consell de Mallorca durante el pleno celebrado esta mañana / VOX BALEARES

Un partido de ultraderecha moderada está autorizado a dar miedo, pero en ningún caso debe provocar risa. Los tránsfugas de ida y vuelta de Vox Balears se han dado cuenta de que cobrarán durante cuatro años y a la calle, por la acción combinada de los votantes y de la jerarquía de Vox España que no les perdonará su baja traición.

De ahí que los Idoios que no supieron defenestrar ni al débil Gabriel Le Senne hayan decidido rentabilizar la legislatura como los partidos tradicionales. Es decir, creando entes para-lelos y parasitarios con objeto de succionar fondos públicos. Vox Balears engendra un chiringuito a imagen y semejanza de las asociaciones izquierdistas que viene denunciando. La maniobra es tan burda que sus promotores admiten la inspiración en la jungla de entidades progresistas encaminadas a castigar económicamente a la población.

Dada la fecha de caducidad de los Idoios, que solo se representan a sí mismos y ni siquiera queda claro que se votaran, su asociación marca el despegue literal de la matriz y el embrión de un partido que obtendrá tantos sufragios como Macarena Olona, 432. Sorprende la proliferación de iniciativas culturales desde un partido que demuestra un encomiable analfabetismo en sus intervenciones en el Parlament. No importa, se trata únicamente de encontrar un nicho de mercado para seguir explotando el negocio de la política.

Vox Balears funda Ultravox y lo llama Avanza en Libertad, por el diario Avanti que dirigió Mussolini, no por el "Avanti Popolo" de Bandiera rossa. Con uno u otro nombre seguirán siendo la cruz del PP, por la moneda y el madero. La extrerma derecha se queja de falta de difusión, obviando la hipótesis nada desdeñable de que solo les votan porque no los conocen.