Opinión | SÓLO SERÁ UN MINUTO

El rastro de los sin rostro

Docenas de comentarios que afean al vándalo digital su miseria y resaltan las muchas cualidades del agredido

La red social X (antigua Twitter) lanza esta función que revela tu IP: cómo protegerla

La red social X (antigua Twitter) lanza esta función que revela tu IP: cómo protegerla

Un buen amigo, lúcido crítico de cine y gran futbolero (en esto nos diferenciamos), publicó un comentario en Twitter (lo de llamarla X no es más que una ocurrencia disparatada de su nuevo propietario) con un toque muy personal para destacar la importancia el fútbol como ocasional salvavidas cuando las cosas se ponen negras. Es decir, la repercusión positiva que puede aportar un espectáculo deportivo para algunas personas cuando viene acompañado de una victoria (las derrotas no creo que ayuden mucho) con la que se disfruta de una euforia colectiva y se participa de una catarsis masiva que aparca de momento tristezas, sufrimientos, frustraciones y todo lo que se quiera meter en la bolsa de los contratiempos.

Pues bien: qué mal. De pronto, un mal bicho oculto en un anonimato cobarde –suele pasar con este tipo de seres poco humanos– publica como replica un comentario hostil, desdeñoso, faltón y repugnante. Quizá me quede corto.

Y ahora llega lo bueno. Inmediatamente, empiezan a llover respuestas de otros usuarios (me sumé sin tituberar, claro), docenas de comentarios que afean al vándalo digital su miseria y resaltan las muchas cualidades del agredido, una persona excelente y un profesional magnífico que pasó por uno de esos calvarios no hace mucho que duelen, duelen y duelen.

Cuento esta historia porque viene a ídem para extraer elementos positivos de la indigencia moral que está en su origen: a veces, los estallidos de maldad pueden ser útiles, la basura quizás ayude a limpiar un escenario porque moviliza a quienes no pasan por el aro de la toxicidad y la agresión sin rostro.