Vivir es a vivienda...

Con una casa en propiedad de medio millón de euros un extranjero tenía permiso de residencia en España por dos años y lo podía renovar cuantas veces quisiera. O sea, con una inversión medio millonaria cualquiera podía ser medio español, sin votar y algo más. Hay millones de españoles que, siéndolo por entero, no logran tener casa como un medio español. Hace mucho que la vivienda es el mismo problema a mayores precios por distintas causas. Cruzando La Codorniz con Camilo José Cela diríamos, pleistocenamente, que «en España vivir es a vivienda lo que joder es a jodienda».

Pedro Sánchez va a acabar con esta medida que tomó Mariano Rajoy, cuando hacía falta que entrara inversión extranjera. Ya entonces se habló de lo agraviante que era para los emigrantes pobres, llegaran en avión o en patera, a los que no se dejaba hacer nada por el mero hecho de carecer de medio millón de euros. Con el tiempo, el visado de oro agravia a los españoles completos porque en esta aleación de concentración demográfica en las ciudades y de especulación inmobiliaria ser medio millonario da para un piso exterior de 3 habitaciones y un baño, con ascensor, cerca de la plaza Mayor de Madrid, que está muy bien, pero antes era una vivienda de clase media, no de medio millonario. Ese piso, siendo tan céntrico, es inaccesible para la inmensa mayoría de esos españoles que se conformarían con ser medio españoles a cambio de una vivienda pagada con su trabajo pasado, presente y futuro.

El visado de oro ha participado en la especulación interminable de la vivienda, en propiedad o en alquiler, que atrae a la inversión y disuade al empleo. Esta medida va a espantar la inversión extranjera y está bien porque no hacen falta más concurrentes en el mercado de la vivienda, que no crece en más casas, por lo que sube en precio. Hay que construir mucho y barato o lo que sea preciso para alterar el mercado donde da problemas en vez de soluciones.