Opinión | POLÍTICA Y MODA

¿A quién le interesa destronar a Kate?

Kate Middleton junto a sus hijos George, Charlotte y Louis.

Kate Middleton junto a sus hijos George, Charlotte y Louis. / PALACIO DE KENSINGTON

Necesitaría un libro para analizar el Kate Gate, pero sólo dispongo de unos cinco mil caracteres. Para entrar en materia empiezo sugiriéndoles que se pongan de fondo la banda sonora de The Crown. ¿Listos? Vamos allá… 

El príncipe Harry aseguró en varias entrevistas que era habitual que los gabinetes de comunicación dentro de palacio se hicieran la guerra sucia los unos a los otros. "Llega un punto en el que te das cuenta de que ciertos miembros de tu familia han decidido pactar con el diablo para rehabilitar su imagen”, señaló el hijo pequeño de Carlos III…

Una operación abdominal comporta una recuperación lenta y dolorosa. El anuncio de dos meses de baja de Kate Middleton, aunque impacte porque se trata de una mujer joven y deportista, entra dentro de lo comprensible. Sin embargo, la gestión por enfermedad que han mantenido la princesa de Gales y la del rey son absolutamente opuestas. Siguiendo uno de los lemas de su madre ("ser visto para ser creído"), vimos entrar y salir por su propio pie a Carlos III de la clínica donde fue intervenido, ha mantenido sus audiencias semanales con el primer ministro e incluso ha grabado un entrañable vídeo dando las gracias por las muestras de cariño y ánimo recibidas. Un miembro de la familia real tiene derecho a la intimidad, no a la privacidad

Cercana y natural

El silencio sobre Kate no encaja ni con su personalidad ni con la imagen que siempre ha ofrecido. Aunque discreta, eso no ha impedido que se mostrara cercana y natural (su gesto más aplaudido es su permanente y sincera sonrisa). Y no sólo cuando las cosas van bien; también en momentos delicados. Fue ella quien caminó y habló con Harry tras el funeral del príncipe Felipe y quien supo apartarse cuando William se acercó para tratar de propiciar el reencuentro o, por lo menos, calmar los ánimos entre los hermanos. 

Durante el jubileo de platino de la reina Isabel, cuando su hijo menor revolucionó y rompió el estricto protocolo del balcón de Buckingham con sus divertidos gestos y trastadas, los entonces duques de Cambridge emplearon el humor para agradecer el interés generado por el príncipe Louis. “Mi mujer es la artista”, soltó ayer William mientras decoraba galletas con un grupo de niños. No sé si se le escapó o perseguía quitarle hierro al asunto. 

Ya antes de convertirse en los príncipes de Gales, su equipo de asesores era internacionalmente elogiado porque se adaptaron perfectamente a las nuevas formas de comunicación del siglo XXI. Hasta llegaron a contratar a un cineasta publicitario para sus vídeos y durante la pandemia prestaron a parte de sus expertos al gobierno británico. 

Pérdida de la credibilidad

El famoso burdo retoque de la foto ha provocado que Kate perdiera su credibilidad, uno de los valores más importantes en cuestiones de imagen personal y de marca. Una de las grandes agencias que eliminó la fotografía de su banco de imágenes subrayó que habían pecado al confiar en una fuente que hasta la fecha siempre había sido fiable y otra ha acabado comparando al gabinete de los de Gales con Corea del Norte. Algunos medios británicos afines a la monarquía, se preguntaban el miércoles por qué se atacaba tanto a Kate cuando Harry y Meghan habían anunciado su segundo embarazo con una imagen editada. Al momento, el fotógrafo de los duques de Sussex colgó la foto original con los metadatos y cerró el asunto. Eso mismo, o la verdad, es lo que se le pide a los príncipes de Gales. 

Que Kensington culpe a Kate, como si en palacio nadie tuviera que revisar las fotos que se publican y que William, como marido, no comparta la responsabilidad (aunque sólo sea por solidaridad con su esposa en un momento tan sensible para ella) es cuanto menos decepcionante, moral y profesionalmente. Tampoco es verosímil la explicación. Kate Middleton no es sólo una gran aficionada a la fotografía, ha recibido formación en el estudio de Nueva York de Mario Testino e incluso presentó una exposición fotográfica de retratos a supervivientes del Holocausto. Y si tienes sensibilidad para la fotografía, tienes nociones básicas de photoshop (o al menos no apruebas una chapuza como la foto que se publicó).

Tampoco se entiende que después de supuestamente disculparse aparezca en el interior de un coche junto a William pero mirando hacia la ventanilla contraria. Si se trataba de apaciguar las aguas visualmente, un saludo con la mano ni que sea antes de volver a desaparecer… Que el príncipe William cancelara a última hora su asistencia al funeral de Constantino de Grecia o que el ministerio de defensa británico tuviera que desdecirse después de confirmar que Kate Middleton regresaría a sus obligaciones el 8 de junio ha alimentado todavía más las teorías conspiratorias. Desde especular con su muerte, a que padezca una depresión o prepare el divorcio porque su marido ha embarazado a la amante…  

Kate ha pasado a convertirse en un misterio y, lo que es peor, en un meme. ¿A quién podría beneficiar que la princesa de Gales, el miembro vivo más popular de la corona británica tras la muerte de Isabel II (por encima de Carlos III y el heredero al trono), caiga en desgracia?