Opinión | CATALUÑA

Elecciones inciertas y de amplios efectos

El adelanto electoral en Cataluña coge a contrapié a varios de los candidatos e impacta de lleno sobre la legislatura de Sánchez

Foto de archivo de urnas en Cataluña.

Foto de archivo de urnas en Cataluña.

A nadie le interesaba que se convocaran elecciones anticipadas en Cataluña. Y a quienes menos les interesaba era a los ciudadanos, que bastante tienen con el espectáculo que ofrece la política nacional como para sumarle una convocatoria excepcional que puede no estar centrada en aquello que más les interesa. La responsabilidad de lo sucedido no ofrece dudas: está en el farol que se han marcado los Comuns, convencidos de que el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, no iba a atreverse a convocar elecciones. Aunque, desde su punto de vista, Jessica Albiach podía tener argumentos para tensar la cuerda de la aprobación de los presupuestos, al considerar que el proyecto del Hard Rock contraviene su apuesta por un desarrollo sostenible, la líder de los Comuns calculó mal, se lo jugó todo a una carta, y perdió. La formación referente de Sumar en Cataluña detectó que que hay un nicho de crecimiento en el voto ecologista y el macroproyecto turístico del Hard Rock en Tarragona es paradigmático para levantar esa bandera estratégica, junto con otros planes como la ampliación del aeropuerto.

La decisión de Aragonès, poco dado a la improvisación, tiene rasgos propios del modo de hacer política del máximo líder de Esquerra Republicana. En las últimas semanas, Oriol Junqueras había manifestado su preocupación por considerar que su partido iba a remolque de Junts per Catalunya. Tanto en la negociación de la ley de amnistía con el PSOE, como en la gestión de un calendario electoral que podía serle adverso si Carles Puigdemont encabezaba la lista a las elecciones europeas del próximo 9 de junio. Con esta convocatoria anticipada, ERC consigue modificar el calendario y anteponer a las europeas unas elecciones que cogen a contrapié a su principal contrincante, Junts per Catalunya, que no podrá capitalizar del mismo modo la figura de Puigdemont.

Es posible, incluso, que Junqueras haya calculado que Illa pueda quedar debilitado por el caso Koldo, pese a que el exministro de Sanidad no esté implicado por ningún juez. En consecuencia, desde el punto de vista táctico, la convocatoria puede beneficiar a Esquerra pese a que la volatilidad de la política actual siempre puede deparar sorpresas. En todo caso, a los ciudadanos lo que les interesaba eran unas inversiones en temas que les afectan directamente y que han quedado en el aire.

Además, el adelanto electoral tiene un impacto directo en la política nacional. En medio de un ambiente ya bastante crispado, la decisión lo encenderá aún más porque de aquí al verano ya no queda ni un mes sin elecciones: vascas, en abril; catalanas en mayo; y europeas en junio. Y con el precedente de las gallegas en febrero. Este estrés electoral puede aumentar la desafección y desconexión de la ciudadanía por exceso. Todo ello, además, sin perder de vista que la legislatura de Pedro Sánchez queda en el aire: de momento ya no podrá haber presupuestos para este 2024 y el presidente del Gobierno ha empezado a preparar los de 2025 pero con la incertidumbre de los resultados de todas esas convocatorias electorales tras el fiasco en Galicia y las malas perspectivas demoscópicas para las europeas, afectadas precisamente por su apuesta por la amnistía para intentar una estabilidad política en Cataluña que acaba de saltar por los aires, aun con los buenos augurios para su candidato a la Generalitat.