Opinión

El falso saludo romano

El saludo romano hace tiempo que ha desaparecido del arte(especialmente de las películas de Hollywood) al demostrarse como una falsedad histórica

Isabel Peralta, la falangista abucheada en Ferraz

Isabel Peralta, la falangista abucheada en Ferraz / Redes

Visualizar a un millar de personas vestidas de oscuro levantando el brazo derecho perfectamente sincronizados y gritando al unísono “presente" en Roma puede provocar una mezcla de miedo, lástima y repulsa. La coreografía, más propia de hace un siglo, ocurrió este pasado domingo y ha ocasionado un gran revuelo en Italia donde la Constitución prohíbe la apología del fascismo, también la gestual. Sin embargo, la imagen no es nueva: cada 7 de septiembre la representación se repite para recordar el asesinato de tres militantes del Movimiento Social Italiano en 1978 por grupos de extrema izquierda. La concentración está autorizada, pero no "el saludo romano" aunque nadie quiera o sepa hacer nada para impedirlo.

Fue en 1922 cuando Benito Mussolini creyó recuperar el saludo popular entre sus antepasados romanos dos mil años atrás como símbolo de conexión con el antiguo imperio que aspiraba a resucitar. Supuestamente, el saluto romano consistía en extender el brazo y mantenerlo recto y rígido con la palma de la mano adoptando la misma inclinación. Sin embargo, los fascistas basaron su saludo en una interpretación errónea perpetuada por la imaginación de artistas y pinturas del siglo XVIII y XIX como las de Jaques Louis David o Jean León Gèrôme. Igual que los emperadores romanos no sentenciaban a muerte con el pulgar hacia abajo a los gladiadores; el saludo romano hace tiempo que ha desaparecido del arte(especialmente de las películas de Hollywood) al demostrarse como una falsedad histórica.

En el bulo gestual también cayó la Falange Española. Aunque José Antonio Primo de Rivera tuvo claro que necesitaba un color propio para diferenciarse de los camisas negras, no le importó copiar el saludo fascista en postura y ángulo. Luego, el mismo gesto serviría también al bando nacional durante la Guerra Civil y primeros años de la dictadura franquista. En el caso del saludo nazi, Hitler lo modificó ligeramente: la mano se colocaba en horizontal e incorporó la aclamación al líder. De hecho, aunque el saludo fascista pudo servir como referencia, el fürher se inspiró en la liturgia de los reyes germanos durante su coronación.

En los Juegos Olímpicos del período de entreguerras se produjo una confusión considerable porque el saludo oficial consistía en un gesto con el brazo casi idéntico al saludo nazi. En las Olimpiadas de 1936 celebradas en Berlín no quedó claro si los equipos empleaban el recién adoptado saludo nazi o el olímpico. El gesto se abandonó a partir de aquel momento y hace sólo dos años, en 2022, se decidió retirar la estatua de bronce del atleta con el brazo en alto creado en 1928 por la holandesa Gra Rueb que se alzaba junto al estadio olímpico de Amsterdam para evitar malentendidos.

Con el tiempo se ha acabado descubriendo que el gesto poco tenía que ver con la gloria romana, el saludo sólo es otra prueba más de la ignorancia y mentira fascista.