Opinión | ANÁLISIS
Los criterios de Criteria
El grupo la Caixa mantiene y refuerza su apuesta por configurar un potente conglomerado industrial de matriz española
Criteria, el instrumento inversor de la Fundación Bancaria la Caixa, anunció este lunes la adquisición de un paquete de acciones de Telefónica hasta superar el 5% del capital de la compañía. La operación coincide en el tiempo con la entrada en el accionariado del Estado y con la progresiva salida de Caixabank (bajo control de Criteria y con participación del Estado). No hay que ser un sesudo analista bursátil para entender que todas estas operaciones se producen tras el anuncio de la adquisición de un paquete del 9% de la operadora de telecomunicaciones por parte del fondo soberano de Arabia Saudí que aún no cuenta con la preceptiva autorización del Consejo de Ministros. El conjunto de la operación merece una lectura a tres niveles.
La primera es que el grupo la Caixa mantiene y refuerza su apuesta por configurar un potente conglomerado industrial de matriz española en línea con el debate que recorre Europa, desgraciadamente ajeno a la opinión pública madrileña, sobre la necesidad de recuperar y reforzar la autonomía estratégica del continente atenazada por las debilidades evidenciadas en la pandemia, la sacudida de la guerra en Ucrania con la progresiva ausencia de Estados Unidos, y la pérdida de competitividad de la UE en materia de tecnología. Que el principal grupo inversor español asuma estos compromisos debería hacer pensar al conjunto de la clase empresarial a menudo ensimismada en batallas de corto alcance alimentadas por los chascarrillos digitales.
La segunda lectura se refiere a la gobernanza del grupo Criteria, capitaneado por Isidre Fainé que, con el nombramiento de Ángel Simón como consejero delegado, ha conseguido en pocas semanas recuperar el liderazgo en dos de sus principales participadas, hace unos días en Naturgy zanjando la polémica sobre el sueldo de su consejero delegado y ahora en Telefónica reorganizando su participación. Lejos quedan los meses en los que los movimientos accionariales en estas compañías parecieron cuestionar el liderazgo de Criteria y de Fainé.
Finalmente, a Criteria y a la Caixa no les duelen prendas, si se trata de conseguir el objetivo de asegurar la españolidad de determinadas compañías, por trabajar codo a codo con el actual Gobierno a pesar de su debilidad parlamentaria y de la incertidumbre que recorre los despachos madrileños sobre su futuro. No son los únicos, pero hay otros muchos que su compromiso se ve frenado por el pavor a aparecer con cierta proximidad a Sánchez mientras que también los hay que han quedado escaldados por ella a consecuencia de sus incumplimientos.
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