Opinión | LA ESPIRAL DE LA LIBRETA

Fentanilo, polarización, amnistía y otras sustancias en boga

La FundéuRAE se dispone a anunciar la palabra del año 2023

El fentanilo en España se utiliza con prescripción médica para aliviar el dolor severo

El fentanilo en España se utiliza con prescripción médica para aliviar el dolor severo / Reuters

Superada la primera ronda de las celebraciones navideñas, con los escollos y arrecifes que amenazan la navegación por sobremesas familiares bien regadas, llega ahora el turno de otra costumbre arraigada en estas fechas: la elección de la palabra del año. Entre los 12 vocablos propuestos por la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) para el galardón, figuran 'fentanilo', 'polarización', 'ultrafalso' —una buena alternativa al anglicismo 'deepfake'— y, cómo no, 'amnistía'. En breve saldremos de dudas. Del término elegido, quiero decir.

La Fundación, promovida por la Real Academia Española (RAE) y la Agencia EFE, utiliza dos criterios básicos para configurar la lista de candidaturas: la profusa aparición de esas voces en los medios de comunicación, con el consiguiente debate social que hayan podido suscitar, o bien cierta originalidad en la formación del vocablo. Este sería el caso, por ejemplo, de 'ecosilencio', palabra creada a partir del prefijo 'eco', cuyo uso se ha extendido para significar el ocultamiento de información sobre el cuidado del medioambiente. Completan la relación 'euríbor', 'guerra', 'humanitario', 'macroincendio', 'seísmo' y dos acrónimos un poco rarunos. 

'Greedflation'

Tampoco está nada mal la palabra ganadora en Flandes en la 'competición' organizada por el diccionario Van Dale: 'graaiflatie', ('greedflation', en inglés); o sea, un neologismo que se traduciría como "inflación de la codicia o la avaricia". Es decir, la hipótesis de que algunas empresas estén utilizando la excusa de la inflación generalizada para obtener ganancias récord a costa de los consumidores. En la Suiza francófona ha ganado 'décombres', referida tanto a los escombros de las guerras y los terremotos, como a los generados por la caída de Credit Suisse y la fragilidad del sistema financiero. Quién iba a decirlo.

Los diccionarios ingleses se han decantado por elegir como palabras del año términos relacionados con las nuevas tecnologías: 'AI, Artificial Intelligence' (Collins); 'hallucinate' (alucinar, Cambridge), y 'rizz' (Oxford), una palabra que usan los más jóvenes en el ligoteo por redes para referirse a alguien con carisma, atractivo, ‘charme'.

Se trata de una propuesta lúdica, de un juego, y a la vez de una lupa. Una mirada retrospectiva hacia las palabras del año elegidas por la FundéuRAE en la última década da una idea bastante clara –y poco halagüeña– del percal, del 'ethos' con que venimos habitando el mundo: 'inteligencia artificial' (2022), 'vacuna' (2021), 'confinamiento' (2020), 'emojis' (2019), 'microplástico' (2018), 'aporofobia' (2017), 'populismo' (2016), 'refugiado' (2015), 'selfi' (2014) y 'escrache' (2013). Da miedo aventurar cuál será el término ganador en 2024. ¿Tal vez la palabra 'ultraderecha'? Ha dado bastante de sí en el año a punto de extinguirse.