Opinión | LA COLUMNA

Retirada paulatina

No parece que el Gobierno esté dispuesto a permitir un apagón absoluto y súbito de las medidas antiinflación el 31 de diciembre

La vicepresidenta María Jesús Montero junto al delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández.

La vicepresidenta María Jesús Montero junto al delegado del Gobierno en Andalucía, Pedro Fernández. / José Manuel Vidal /EFE

Cuesta mucho creer que el Gobierno vaya a permitir, que de un día para otro, la electricidad suba más de un 15%. Eso es lo que pasaría si, de pronto, el Gobierno decide no prorrogar en absoluto la rebaja del IVA de la electricidad al 5% (desde el 21% original) que caduca el 31 de diciembre. Y esto es solo un ejemplo de lo que podría suceder en las economías de hogares y empresas dentro de dos semanas si el Gobierno se atiene a la fecha de caducidad de sus medidas antiinflación.

No parece que el Ejecutivo lo vaya a consentir. Permitir un apagón súbito puede llegar a provocar tal choque en las economías domésticas y de las empresas que es muy probable que el Gobierno opte por una retirada "progresiva y paulatina", según la expresión deslizada por la vicepresidenta cuarta y ministra de HaciendaMaría Jesús Montero, este viernes. Es la misma partitura sobre la que se apoya la vicepresidenta tercera Teresa Ribera cuando sostiene: "Muchas de ellas, seguro que se mantienen. Algunas pueden ser modificadas".

De momento, Pedro Sánchez ya anunció la prórroga hasta junio de la rebaja del IVA de los alimentos. También se sabe que Gobierno quiere prorrogar a 2024 el cambio gratuito de hipotecas variables a fijas (medida sin coste presupuestario).

Falta por saber qué puede pasar con la totalidad de ese conjunto de medidas que se adoptaron para hacer frente a los efectos de la guerra en Ucrania -tanto por el lado de los ingresos (4.900 millones) como por el de los gastos (4.100 millones)- y que, según lo ha cuantificado el Gobierno, suman 9.000 millones de euros. Es una cifra muy alta, en el entorno del 0,6% del PIB, que puede llegar a arruinar unas cuentas públicas que ya van a entrar de lleno en 2024 en el corset de la disciplina europea.

El Gobierno parece querer una retirada, sí, de las medidas, pero escalonada. Que los nuevos Presupuestos del Estado no vayan a estar aprobados antes de abril, brinda esta fecha como un escalón intermedio para esa esa estrategia de retirada "progresiva y paulatina" de la que hablaba Montero.