Opinión | HAMBRE

Otras guerras

En un mundo que produce alimentos para abastecer a todos los habitantes del planeta ¿Por qué casi 400 millones de personas son víctimas del hambre hasta el punto de que pueden perder la vida?

Cooperante de la organización World Vision para la desnutrición atiende a un niño en Sudán.

Cooperante de la organización World Vision para la desnutrición atiende a un niño en Sudán. / WORLD VISION

Se hace difícil no hablar del conflicto en Palestina, pero con el foco puesto en qué pasará después de que el ejército de Israel intente convertir Gaza en un erial, vamos a tener mucho tiempo por delante para analizar lo que puede ocurrir si en algún momento se plantea un alto el fuego. Cuando los focos se encienden en Oriente Medio, la capacidad para olvidar el resto de los asuntos es tremenda, pero hay otras guerras. La batalla que tienen que librar mil millones de personas en el mundo para asegurarse una comida al día, solo una, es una de las mas sangrantes. En un mundo que produce alimentos para abastecer a todos los habitantes del planeta ¿Por qué casi 400 millones de personas son víctimas del hambre hasta el punto de que pueden perder la vida?

Este lunes se abre en Londres la cumbre mundial del hambre para analizar las causas e intentar poner remedio. Si a la guerra en Palestina no le vemos salida fácil, el problema del hambre que amenaza especialmente a niños menores en todo el planeta tampoco tiene salida inmediata. El cambio climático es probablemente una de las principales causas que está dejando sin cultivos a una parte importante de la población; el desplazamiento, el impacto de la pandemia y sobre todo los efectos en el mercado de la guerra de Ucrania están haciendo el resto.

La decisión de Rusia de abandonar la iniciativa de la ONU para asegurar que el grano y los fertilizantes puedan zarpar de los puertos de Ucrania ha aumentado la volatilidad en los mercados. Cuando el precio sube, pagan los pobres y sus efectos en países como Somalia, por ejemplo, dejan a millones de personas a expensas de una ayuda insuficiente. Pero la cumbre llega con una buena noticia.

El flamante nuevo ministro de Exteriores Británico, David Cameron se estrena anunciando que va a destinar miles de millones para hacer frente a esta “misión moral”. Una nueva estrategia de posicionamiento de Gran Bretaña en el mundo, que ojala se contagie a otros. Al menos algo bueno en medio de tanta guerra.