Opinión

‘Skaznar’

Los ‘listillos’ en política se transforman en gremlins sanguinarios si no se respetan sus reglas

El Gobierno acusa a Aznar de “comportamientos golpistas”

El Gobierno acusa a Aznar de “comportamientos golpistas” / EP

La normalidad es revolucionaria porque asienta en lo cotidiano los cambios radicales. El activismo es imprescindible para impulsar los avances. Pero si no hay asimilación social no es posible integrar los giros de la historia en el comportamiento humano. Sin esa cimentación, el pasado no es que pueda volver, es que no se ha ido. Las mutaciones individuales y colectivas pueden ser reprimidas y controladas desde el poder, en todas sus variantes.

Es aquí donde la resistencia se rebela para normalizar en la conducta los cambios en las ideas y pensamientos. Son procesos que requieren digestiones personales, grupales y culturales.

El progreso es la resultante entre el arrojo de los atrevidos y la paciencia de los prudentes. Unas veces, el exceso de impulso perjudica a sus promotores porque dibuja un horizonte sin camino. En otras ocasiones, la falta de empuje convierte un viaje necesario en imposible. La evolución necesita tanta energía como solidez y tanta eficacia como adaptación. Por eso Darwin fue más revolucionario que evolucionario al demostrar cómo los seres vivos normalizaban su transformación en nuevas especies.

Con los años hemos adquirido un conocimiento espectacular en todos los ámbitos. Pero ¿somos más inteligentes los humanos conforme pasa el tiempo? Los psicólogos no tenemos demasiado clara la respuesta. Las puntuaciones del cociente intelectual que ofrecen las pruebas de inteligencia, en las últimas décadas, muestran un incremento que ha ido creciendo con las nuevas generaciones. A esta tendencia ascendente se le ha llamado efecto Flynn, en honor al investigador que promovió su estudio y seguimiento. Sin embargo, otros análisis han constatado una disminución en otros factores que miden el intelecto en la actualidad, con respecto a los obtenidos hace años. Hasta el punto de alertarnos sobre la llegada de una glaciación intelectual que saca a la luz un supuesto efecto Flynn negativo.

Sabemos que hay muchas inteligencias dentro de nuestro cerebro. Lo más lógico es pensar que unas habilidades mejoran y otras empeoran en función de lo que necesitamos desarrollar. La nutrición, la educación y el nivel socioeconómico influyen en nuestra capacidad intelectual. El entorno digital nos ha enriquecido en muchos aspectos y la creatividad se ha beneficiado de ello. No es que Google atrofie nuestra memoria, sino que modifica circuitos cerebrales en la búsqueda de información.

Pero también es cierto que hoy carecemos de incentivos al conocimiento. Nuestra sociedad valora más el éxito de un resultado que las tareas que lo han hecho posible. Lo que nos lleva a distinguir a las personas listas de las inteligentes. La inteligencia ayuda a captar, procesar y retener información. Si somos listos, igual no sabemos más que los inteligentes, pero sí aprovecharemos mejor que ellos la información que tenemos. La naturaleza es sabia al gestionar el equilibrio de ambas especies.

El problema viene de los listillos que son, a la vez, parásitos y depredadores de los demás. Hacen el burro, con perdón de los asnos, para inocular su veneno social y ejercer de chupópteros de la armonía. En política, son Gremlins que se transforman en seres sanguinarios si no se respetan las tres reglas básicas de su apaciguamiento: son los únicos legitimados para gobernar, sólo sus acuerdos con otros son coherentes y no deben ser mojados por un consenso plural, territorial o ideológico.

Al frente de estas criaturas mitológicas se ha puesto Aznar. Viendo su cara de poseso llamando a la asonada contra el gobierno, parece que el líder áulico del PP es más bien un ser micológico. La llamada a las "borricadas" para salvar España no parece mostrar mucha esperanza en la investidura de su hombre sin confianza, como presidente. Los populares acaban de inventar las manifestaciones precognitivas.

Los de Génova son una Minority Report (2002), tal y como describe en castellano el título de la película de Jan de Bon.

Lástima que el presidente de FAES no se acercara el pasado viernes al festival Vive Latino de Zaragoza. Se perdió una actuación memorable de los artistas mejicanos del ska, Panteón Rococó. Todo un vendaval de frescura vital, activismo social e inteligencia global. En la letra de Payaso de mentiras cantan: "Yo no entiendo como actúas / Que te impongas con traición / Cuando tú te erigías, cuando tú te imponías, cuando tú te convertías / En el nuevo payaso de mentiras, en el nuevo payaso de mentiras". Este skaznar musical seguro que les recuerda a alguien.