Así combaten los gatos el calor ante las altas temperaturas

Las últimas semanas España ha atravesado por varias olas de calor que no solo han afectado a los humanos, sino los animales. Y es que nuestras mascotas también sufren los efectos de las altas temperaturas, aunque no podamos ver su sudor podemos observar sus comportamientos y ver como buscan un respiro del calor de la época estival.

El caso de los gatos es muy concreto; a diferencia de los perros, no les veremos sacar la lengua mientras jadean más fuerte, sino que son capaces de mantener una temperatura corporal más alta. De forma que, los gatos adultos tienden a necesitar mantener una temperatura corporal interna de 38 a 39,5 grados. Mientras que los perros de 37,5 a 39 grados. Los humanos, en cambio, necesitan alrededor de 37 grados.

A diferencia de la creencia popular, los gatos no sudan a través de las patas. Para mantener su temperatura buscan ciertos métodos para estar frescos, y uno de ellos es algo que todos los animales -incluidos los humanos hacen- y es no esforzarse en los días de calor extremo. Y es que los gatos saben que deben moverse poco y en caso de hacerlo, es para encontrar objetos frescos que les permitan disfrutar del frío entre todo el calor del ambiente. Por esta razón a menudo podemos encontrar a los felinos en el suelo del baño o de la cocina, y es que los azulejos son las zonas más frescas de la casa.

Mi perro o mi gato han comido pan: ¿le puede pasar algo?

Aunque los azulejos no siempre son suficiente, ya que cuando las temperaturas son excesivas comienzan a desprender de sus huellas, nariz o boca un líquido. Esta secreción no es sudor, sino un líquido que funciona como protección y humectación para enfriar la sangre del cuerpo. La saliva actúa como sudor, enfría el cuerpo cuando se evapora y lo hacen para acicalarse con regularidad.