LA VIDA CONTIGO

Mejorar la salud física y emocional gracias al poder de la naturaleza

Hacer ejercicio al aire libre, mirar el mar, dar un paseo por el bosque o cultivar plantas puede ayudarnos a mejorar el estado de ánimo y reducir el estrés, lo que repercute de manera positiva en nuestro organismo

Una pareja de excursión en un lago.

Una pareja de excursión en un lago. / Pexels

J.M.C.

Como cada año, el mes de enero sirve para plantearnos cosas a cambiar en nuestra vida: ¿hago más ejercicio?, ¿aprendo idiomas? Entre los tradicionales propósitos de año nuevo, cada vez prestamos más atención a la salud, tanto física como mental. Y, aunque no lo creamos, la solución no es tan complicada. La clave para mejorar el estado de ánimo y el bienestar de nuestro organismo podría estar en acercarnos más a la naturaleza, una actividad al alcance de todo el mundo, sencilla y (normalmente) barata.

Las personas evolucionamos en contacto con la naturaleza, a la que estamos vinculadas, en una relación esencial para el pleno desarrollo físico y psicológico. La biofilia o amor por la naturaleza es, por tanto, algo intrínseco al ser humano. Así, numerosos expertos consideran que involucrarnos más con el medioambiente tiene beneficios a medio plazo. Hacer ejercicio al aire libre, mirar el mar, dar un paseo por el bosque o cultivar plantas son algunas de las actividades que pueden ayudarnos a reducir el estrés, lo que repercute de manera positiva en nuestro organismo.

Baños de bosque

El shinrin-yoku de los japoneses, una actividad que en castellano conocemos como 'baño de bosque' o 'baño forestal', consiste básicamente en pasear durante unos kilómetros por un bosque. Supone estar en contacto con la naturaleza, pero de manera proactiva: no solo hay que caminar, sino que también debemos prestar atención a lo que hacemos, sumergirnos en el ambiente en silencio y absorberlo con los cinco sentidos.

"Absorber la atmósfera del bosque", como se traduce literalmente, es la idea. Por una parte, las plantas liberan una serie de componentes volátiles que benefician nuestra salud. Por otra, reduce la concentración en nuestra saliva de cortisol, una hormona asociada al estrés y la ansiedad. Eso sí, para beneficiarse de estos efectos no es suficiente una caminata rápida: los especialistas consideran que lo mínimo para obtener sus beneficios es al menos toda una mañana o una tarde a la semana. Otro requisito imprescindible es apagar el móvil para una completa desconexión.

Todo ello ayuda a que aumente la sensación de tranquilidad como consecuencia de la bajada de la tensión arterial, lo que además lleva aparejada una serie de beneficios para la salud cardiovascular. El investigador Yoshifumi Miyazaki, antropólogo fisiológico de Japón, demostró que realizar regularmente 'baños de bosque' lograba disminuir la hormona cortisol en un 12,4%, la actividad del nervio simpático en un 7% y la presión sanguínea en un 1,4%. Además, aquellos que practicaban de manera continuada el shinrin-yoku experimentaban una reducción del 6% en el número de infartos.

Los bosques más espectaculares de España.

Dar paseos por el bosque ayuda a reducir la tensión arterial. /

¿Verde o azul?

Cuando hablamos de naturaleza, suele venir a nuestra mente casi de manera inmediata la imagen de grandes bosques con sus árboles frondosos. Todo lleno de verde. Un contraste tremendo con la ciudad, con el asfalto y la contaminación. Las organizaciones ecologistas proponen integrar espacios verdes en los entornos urbanos para mejorar el aire que respiramos, pero también por otra serie de beneficios para la salud física y psicológica.

Los árboles reducen la posibilidad de contraer enfermedades respiratorias y cardiovasculares relacionadas con la contaminación y con la exposición a la luz ultravioleta, ya que la filtran, como recuerda la empresa de seguros de salud Sanitas. Además, su capacidad purificadora del aire ayuda a mejorar la calidad del sueño de las personas, y cuidar de las plantas permite reducir los niveles de ansiedad y de estrés.

Estímulos como la contaminación, la exposición al tabaco o las infecciones, más comunes en el mundo urbano que en el rural, favorecen al estrés oxidativo, un proceso que se produce en nuestro organismo debido a un exceso de radicales libres y que provoca la oxidación de las células, dañándolas y afectando a sus funciones.

Por el contrario, estar en contacto con espacios verdes aumenta la síntesis de vitamina D a través de la radiación ultravioleta del sol, que actúa como un antioxidante, previniendo así los efectos negativos de este estrés oxidativo. Además, la vegetación también mejora la calidad del aire, lo que influye en la prevención de las enfermedades respiratorias y las alergias, o a suavizar los síntomas de aquellos pacientes que ya la sufren.

Pero si lo verde es bueno para la salud, lo azul podría serlo incluso más. Así lo aseguran diversas investigaciones, que apuntan al impacto positivo de vivir cerca de mares, lagos o ríos. Sumergirte en el agua, navegar sobre ella o simplemente contemplar la inmensidad del océano aportan beneficios a nuestra salud, tanto física como mental.

Según un estudio de la Universidad de Exeter, incluso con visitar la costa un par de veces a la semana podría ser suficiente para mejorar el bienestar general. Un ambiente menos contaminado y la mayor cantidad de sol recibido influyen, pero es el efecto psicológico de tener el agua cerca lo que más afecta. Sea en un ámbito azul o verde, lo que está claro es que nuestra salud mejora con el medioambiente. Aprovechemos la entrada del nuevo año y abracemos (metafóricamente) más a la madre naturaleza.