Nueva ofensiva en Catalunya contra la irreductible plaga de jabalíes

La Generalitat invertirá 10,7 millones en tres años en un plan con varios frentes

Un jabalí en el campo

Un jabalí en el campo / pixabay

Joan Lluís Ferrer

La expansión del jabalí continúa en Catalunya, como en otros lugares de la Península, y nada parece frenar esta especie, convertida ya en una plaga que trae de cabeza a los agricultores por las pérdidas que ocasionan. Ahora, la Generalitat ha decidido dar una nueva vuelta de tuerca y ha destinado 10,7 millones de euros a un plan de choque que durará tres años y con el que se quiere poner freno a la propagación del jabalí y reducir sus daños.

Aparte de las medidas que ya se llevan a cabo, sobre todo la caza de estos animales, el plan impulsa otras acciones novedosas, como la propia redacción de una ley específica por parte del gobierno catalán, la creación de la figura del ‘cazador experto’ y dificultar el acceso de los jabalíes al alimento, tanto en cultivos como en zonas urbanas.

Actualmente, se estima que hay en Catalunya unos 200.000 jabalíes y la mayoría de ellos están en la provincia de Girona. En algunas partes de Catalunya la densidad de estos animales ha llegado a alcanzar los quince ejemplares por kilómetro cuadrado.

Jabalíes cruzando la carretera

Jabalíes cruzando la carretera / efe

De los 10,7 millones presupuestados para esta finalidad, 3,7 millones se invertirán ya en el presente año.

De momento, el problema no solo no se está reduciendo, sino que aumenta. Algunas cifras apuntan a que se ha triplicado la población de estos animales en los últimos diez años, según se desprende de la evolución del número de accidentes de tráfico causados por jabalíes en dicho periodo.

La propia directora de los servicios territoriales de Acció Climàtica en Girona, Elisabet Guillaumes, en declaraciones a Empordà ha admitido: “Está claro que los resultados no son los deseables”, pese a los esfuerzos que se vienen realizando desde hace años entre Administración, cazadores y payeses.

La caza es eficaz, pero cae el número de cazadores

“Demasiado a menudo, cuando se habla de jabalíes solo se alude a la caza, pero para controlar la especie, hay que actuar con una visión global”, señala la directora territorial, que informa de que el año pasado se otorgaron 200 expedientes de autorizaciones especiales para su caza.

La caza, a pesar de todo, sigue siendo el método considerado más eficaz para controlar la plaga, pero la propia Generalitat admite que este sistema tiene un problema: la progresiva reducción del número de cazadores. De media, se están perdiendo 2.300 licencias por temporada y, de los que quedan, más de la mitad son jubilados.

Jabalí

Jabalí / pixabay

El plan de choque ideado por la Generalitat incluye 17 líneas de trabajo estructuradas en cinco ejes: normativas, equilibrio de poblaciones, daños agrícolas, zonas urbanas y gobernanza. En cuanto al primer eje, se prevé aprobar en 2023 una nueva Ley de Caza que sustituya a la actual de ámbito estatal de los años 70, que se considera desfasada e inadecuada para combatir los jabalíes.

La creación de la figura del ‘cazador experto’ podría tener lugar este mismo año y consistirá en habilitar cazadores que puedan llevar a cabo acciones específicas que conlleven cierto riesgo o requieran una experiencia añadida.

Ayuda a los ayuntamientos

La mejora de la seguridad de las batidas, junto con el apoyo a los ayuntamientos que redacten planes directores para concretar cómo actuar cuando los jabalíes se acerquen a zonas urbanas son otras acciones previstas, junto con campañas de sensibilización a la ciudadanía. En muchos casos, recuerda la Generalitat, sigue habiendo gente que alimenta a estos animales, lo cual no hacer sino atraer más y agravar el problema.

Por tanto, se impulsarán ayudas económicas a los ayuntamientos para controlar las especies y ejecutar acciones que también frenen los accidentes de tráfico que causan estos animales.

La introducción de métodos anticonceptivos para frenar la superpoblación de jabalí es otra de las medidas previstas, si bien su eficacia no es inmediata, pues hay que esperar entre cuatro y cinco años para que se visualicen reducciones de población mediante este sistema.

El jabalí puede transmitir también enfermedades infecciosas, como la tuberculosis, triquinosis o peste porcina africana a otras especies, lo que supone un motivo añadido de preocupación para los profesionales del campo.

La Unió de Pagesos pidió recientemente a las autoridades medidas más enérgicas para contener la población de los ungulados, que presentan una capacidad de adaptación que complica su control.