ARQUITECTURA POPULAR

El gran mapa del neomudéjar madrileño: consulta todos los edificios protegidos por el Ayuntamiento de Madrid

El camino iniciado por vecinos de Tetuán en 2021 para proteger a cientos de edificios de esta corriente arquitectónica popular termina con final feliz

Edificio neomudéjar protegido en el distrito de Tetuán.

Edificio neomudéjar protegido en el distrito de Tetuán. / ALBA VIGARAY

Es fácil verlos. Si uno pasea por las estrechas vías de Tetuán —tanto a un lado como al otro de Bravo Murillo— y por la zona más próxima al puente de Puente de Vallecas, verá casas bajas y edificios de poca altura construidos en ladrillo visto de color rojizo o marrón. Los edificios suelen tener adornos simétricos en las fachadas creados con los propios ladrillos, así como zócalos en planta baja y balconadas de forja. Tetuán y Puente de Vallecas concentran la mayoría de ejemplos, pero hay muestras de construcciones similares en muchos barrios de las afueras: en Carabanchel, Puerta del Ángel, Usera, Prosperidad o Pueblo Nuevo.

04.03.2024. MADRID. Fachadas mudéjar en el barrio de Tetuán. Foto: Alba Vigaray

Edificio neomudéjar protegido en Tetuán / ALBA VIGARAY / EPE

Se trata de exponentes del neomudéjar popular, una corriente arquitectónica que se desarrolló en Madrid entre finales del siglo XIX y principios del XX y que hoy, en 2024, está de enhorabuena. El pasado 27 de febrero el Ayuntamiento aprobó definitivamente la protección de 253 inmuebles de este tipo, además de elevar la de otros 66. Termina así el largo camino iniciado por un grupo de vecinos de Tetuán en junio de 2021, cuando salieron a mapear todos los edificios neomudéjares que veían por la calle y que tantas veces destruía la piqueta para hacer pisos de nueva construcción. Es un final feliz.

"Los técnicos del Ayuntamiento vieron muy bien nuestra iniciativa", cuenta Tirso Ocaña, arqueólogo, doctorando y miembro del grupo Patrimonio de Tetuán, el nombre que dieron al proyecto. "A todo el mundo le ha costado llegar a valorar este patrimonio. Es difícil verlo: se valora más a los arquitectos estrella. Pero los técnicos han hecho mucho. Ampliaron el catálogo a otros barrios. Y nosotros hemos ayudado a otros grupos de vecinos a catalogar".

La arquitectura de las clases populares

El neomudéjar popular, explica Ocaña, es historia de la clase obrera de Madrid. "Antes de 1850, lo planificado en Madrid llegaba hasta el barrio de Salamanca y Chamberí. Con la revolución industrial, entre 1890 y 1920, Madrid multiplicó por tres su población", dice el arqueólogo. "En la zona de Bravo Murillo, por ejemplo, no había nada y pronto pasó a ser un eje importante de la ciudad".

Los inmigrantes que llegaban del campo y no podían pagarse una vivienda en los barrios céntricos y consolidados terminaban asentándose en arrabales periféricos, como los mencionados Tetuán o Puente de Vallecas, en los que construían sus propias viviendas sin planificación urbanística alguna. En aquella época estaba en boga el estilo neomudéjar, caracterizado por imitar la arquitectura antigua y el arte mudéjar, una mezcla de influencias románicas e islámicas propia de los siglos XII a XIV. Ejemplos de esta corriente son grandes edificios de ocio, como la plaza de toros de las Ventas (construida en 1929), o culturales, como las Escuelas Aguirre (1886), hoy sede de la Casa Árabe de Madrid.

"El neomudéjar es un estilo historicista, que busca una carga en el pasado. También se observa en los palacetes del barrio de Salamanca", continúa Ocaña. "¿Qué sucede? Que los obreros que construyen estos edificios luego hacen los suyos propios con las mismas técnicas. Transportan elementos históricos, muy definidos, pero reapropiándoselos. Es interesante porque no tiene el elemento historicista. No querían imitar una celosía de la Alhambra, sino usar esos elementos para sus viviendas. Hay arquitectos que dicen que no es neomudéjar, porque tiene menos elementos, menos riqueza y falta el elemento historicista, pero nosotros lo hemos querido llamar así".

04.03.2024. MADRID. Fachadas mudéjar en el barrio de Tetuán. Foto: Alba Vigaray

04.03.2024. MADRID. Fachadas mudéjar en el barrio de Tetuán. Foto: Alba Vigaray / ALBA VIGARAY / EPE

Al ser el neomudéjar de los obreros, se ha quedado con el nombre de neomudéjar popular. Pero eso no significa que sean edificios de mala calidad. "Han perdurado porque están muy bien ejecutados. Tienen una calidad superior a la que solían tener los edificios de estas características de la época", añade.

Bravo Murillo, 315

El mapeo, estudio y catalogación de los edificios neomudéjares surgió espontáneamente ante el inminente derribo de Bravo Murillo 315. El edificio, de una planta, con adornos de ladrillo y bonitos balcones forjados, llevaba más de una década abandonado. Por su situación en la calle principal era muy conocido en el barrio. En 2021, los vecinos se enteraron de que iba a ser demolido y preguntaron al Ayuntamiento por su nivel de protección. A partir de ahí, surgió la idea de elaborar un listado de edificios similares y solicitar su inclusión en el catálogo de edificios protegidos.

A través de Whatsapp y por convocatorias en redes sociales se formó el grupo, cuyas primeras acciones consistieron en dividirse por barrios, quedar, asignar calles a cada uno de los asistentes e ir a recorrerlas, cámara en mano, en busca de neomudéjar popular.

Un año después, en mayo de 2022 y teniendo en cuenta el trabajo de investigación de los vecinos, el área municipal de Urbanismo inició la tramitación de un expediente para proteger los edificios neomudéjares más notables no solo en Tetuán, sino en toda la ciudad. En diciembre, presentó un listado provisional de 439 edificios sobre los que suspendió todas las obras. Finalmente ha quedado reducido a 319 edificios. Tetuán encabeza el ranking con 122, seguido de Puente de Vallecas (78), Latina (28), Carabanchel (25), Salamanca (14), Usera (11), Ciudad Lineal (11), Retiro (8) y Chamartín (7).

Bravo Murillo 315 no llegó a tiempo y fue demolido. "Se consiguió parar en varias ocasiones, hasta que a finales del año pasado se aprobó un proyecto que en principio iba a respetar la estética y los materiales", cuenta el portavoz de Patrimonio de Tetuán. "Prometieron demolerlo y reutilizar los ladrillos para rehacer la fachada. Pero se demolió a lo bestia y tenemos muchas dudas de que vaya a ir bien. Vimos como tiraban rejas. Ahora mismo no están trabajando".

Apoyo unánime a su protección

El expediente de los edificios protegidos incluye una ficha por cada edificio en la que se describe la obra, se informa de su grado de protección —todos llevan nivel 3, que protege la fachada entera o los elementos que la hacen especial— y se incluyen referencias a su historia, como el año de construcción.

Cuando se aprobó definitivamente este mes de febrero, los grupos de Whatsapp vecinales se felicitaron por el trabajo. Todos los grupos políticos votaron a favor. La iniciativa, subrayó el delegado de Urbanismo Borja Carabante, "preserva una parte de la memoria colectiva de la ciudad" e introduce en el catálogo de edificios protegidos "expresiones de la arquitectura popular", no solo obras de grandes arquitectos.

"Cuando planteamos el proyecto de catalogación", rememora Ocaña, "yo recalqué el potencial turístico y la calidad de vida que podía dar a los vecinos su protección. Esto le da valor a Madrid". Aunque algunos de los edificios neomudéjares ya tienen uso público —por ejemplo, la biblioteca Ruiz Egea en Cuatro Caminos— los promotores de la iniciativa avanzan que intentarán crear un pequeño centro de interpretación sobre el neomudéjar.