El tesoro colombiano que reside en Madrid y que abre una lucha con Colombia

En España, el Tesoro Quimbaya permanece en gran medida desconocido para la mayoría, en contraste con Colombia, donde despierta pasiones arraigadas. Aunque su descubrimiento tuvo lugar en suelo colombiano, estas 122 reliquias precolombinas de oro han residido en España durante siglos, exhibiéndose actualmente en Madrid. La historia del tesoro está marcada por idas y venidas que han enfrentado a ambos países, desde su origen como un regalo del presidente colombiano a la reina María Cristina en 1893, hasta las controversias actuales sobre su devolución. Esta disputa no solo se centra en la propiedad del tesoro, sino que también ha generado debates sobre la relación entre ambos países y su pasado colonial, avivando la conversación sobre la descolonización de los museos y la identidad nacional.

A pesar de que Colombia ya había alcanzado la independencia cuando se entregó el tesoro, su retorno ha sido objeto de litigios legales y negociaciones diplomáticas. Incluso el actual líder colombiano, Gustavo Petro, ha abordado el asunto en varias ocasiones, mientras que el ministro de Cultura español ha reafirmado la titularidad española de las reliquias. Aunque se han establecido diálogos bilaterales y grupos de trabajo técnico entre ambos países, la solución aún no se ha alcanzado. Mientras tanto, en Colombia, el tesoro sigue siendo un símbolo de identidad y orgullo nacional, arraigado en la memoria colectiva como un recordatorio de la historia compartida entre España y Colombia.

A pesar de que el Tesoro Quimbaya es una de las piezas más destacadas del Museo de América en Madrid, el museo ha experimentado un número limitado de visitas en comparación con otros museos nacionales. Sin embargo, el interés por estas reliquias sigue siendo alto, tanto en Colombia como en España, lo que subraya la importancia cultural e histórica del tesoro. Aunque los detalles de las discusiones entre los técnicos colombianos y el gobierno español no están disponibles públicamente, la atención continua sobre el tesoro y su destino refleja la complejidad de las relaciones culturales entre ambos países.