ESTUDIO SOBRE LA IMPLANTACIÓN DE LA ZONA DE BAJAS EMISIONES

Los madrileños, ante las restricciones al coche: una buena medida, pero mal implantada y peor explicada

Los residentes de Madrid y su área metropolitana manifiestan una aceptación general de las restricciones al tráfico, aunque critican la gestión y su funcionamiento

Por el momento, no se aprecia un cambio significativo en el reparto modal del transporte ni en la renovación del parque automovilístico

Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el Distrito Centro de Madrid

Zona de Bajas Emisiones (ZBE) en el Distrito Centro de Madrid / EPC | José Luis Roca

Héctor González

Héctor González

En enero de 2024, las restricciones a los vehículos más contaminantes darán un nuevo paso en Madrid: los coches sin distintivo ambiental no empadronados en la ciudad no podrán acceder ni circular por el término municipal. Un año después, en enero de 2025, tampoco podrán hacerlo los domiciliados en la ciudad. Unas restricciones que responden a la implantación progresiva de las Zona de Bajas Emisiones (ZBE) y sobre las que los madrileños han expresado su opinión: en general, más de la mitad apoya la medida (55%), pero la mayoría piensa que está mal gestionada (80%) y que resulta muy difícil entender su funcionamiento (90%).

Estas son las cifras que arroja el 'Estudio del impacto y aceptación de las Zonas de Bajas Emisiones de Madrid', realizado conjuntamente por el RACC y Zurich Seguros con el objetivo de analizar el funcionamiento y percepción ciudadana de estas medidas destinadas a reducir la contaminación y mejorar la calidad del aire en la capital y sus alrededores. Para ello, han llevado a cabo 1.006 encuestas online entre residentes de Madrid ciudad (662 encuestados) y del área metropolitana (344).

Aceptación general, pero impacto moderado

"En general, la ZBE de Madrid es una medida respaldada, pero no satisface la forma en la que se ha implantado ni cómo se está gestionando", resume Cristian Bardají, director del Área de Movilidad de RACC. Eso sí, cabe señalar que el apoyo es mayor entre los residentes en Madrid ciudad (57%) que entre los del área metropolitana (50%). Si bien la calidad general del aire en Madrid ha mejorado desde la pandemia -los niveles de contaminación están por debajo del límite legal, aunque siguen superando el nivel recomendado por la OMS-, las restricciones no han logrado, de momento, un impacto significativo en el reparto modal del transporte ni una modernización del parque móvil.

En este sentido, el 65% de los encuestados considera que la ZBE no ha afectado a su movilidad. Solo un 12% afirma haber cambiado su método de transporte habitual tras la entrada en funcionamiento de la Zona de Bajas Emisiones. De ellos, un 9,2% de los usuarios habituales de vehículo privado afirma haber cambiado al transporte público u otras opciones. Al mismo tiempo, un 8,8% de los que antes no lo usaba, ahora afirma sí hacerlo, lo que arroja prácticamente una suma cero que no altera el reparto modal. Por su parte, la edad media del parque de vehículos era de 11,2 años en 2021, frente a los 10,6 de 2019.

En términos globales, los usuarios de transporte público representan el 40,8% de los encuestados (previamente era un 41,9%), mientras que el 49,5% mantiene el uso del vehículo privado, una cifra prácticamente idéntica a la anterior a las restricciones (45,6%). Asimismo, tampoco se perciben grandes cambios en el reparto entre los vehículos con distintivo ambiental C y ECO. De hecho, solo 1 de cada 10 usuarios actuales del vehículo privado ha adquirido uno nuevo para circular por la ZBE.

La incertidumbre retrasa la toma de decisiones

no han experimentado grandes cambiosincertidumbre respecto a la normativa y su aplicación

Ahondado en esta percepción de incertidumbre, alrededor del 80% encuestados afirma que no están satisfechos y hasta el 90% considera que el funcionamiento de la ZBE resulta muy difícil de entender. En este sentido, el 59% cree que se deberían unificar los criterios en todos los municipios del área metropolitana para ayudar a mejorar la comprensión y mitigar las dudas.

Incentivos directos, claridad normativa y concienciación

Para una gran mayoría de los ciudadanos, el cambio de coche a uno menos contaminante se ve limitado por el precio (solo un 13% de los ciudadanos puede permitirse un coche más sostenible); mientras que la elección del transporte público como método habitual de transporte está muy condicionada por la experiencia de usuario y los tiempos de los trayectos. Por ello, la RACC y Zurich Seguros recomiendan, como medidas para incrementar el éxito de la ZBE, invertir en infrasestructura para ofrecer una alternativa real de transporte público y de movilidad activa; así como incentivos directos para la renovación del parque móvil.

De forma complementaria, los responsables del estudio insisten en la importancia de unificar criterios en todos los municipios y de que las distintas instituciones implicadas trabajen de forma coordinada y homogénea. Asimismo, la concienciación ciudadana deber ser otro pilar fundamental: es necesario aumentar los esfuerzos por explicar a la población la razón de ser de las restricciones impuestas y las alternativas disponibles.

Enero de 2025, la frontera límite de Madrid ZBE

El calendario de restricciones de acceso a los vehículos más contaminantes arrancó el 1 de enero de 2022. En ese momento, se prohibió el acceso y circulación por las vías públicas urbanas del interior de la M-30, excluyendo la propia circunvalación, a los coches A que no cumplieran dos requisitos: encontrarse domiciliados en la ciudad de Madrid en el Registro de Vehículos, y figurar de alta en el padrón del Impuesto sobre Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) del Ayuntamiento.

El 1 de enero de 2023 se prohibió a estos mismos vehículos acceder y circular también por la M-30, y, el 1 de enero de 2024, quedará prohibido su acceso y circulación por todas las vías públicas urbanas del municipio de Madrid.

La última fecha del calendario de ZBE será el 1 de enero de 2025. Desde ese momento, la prohibición de 2024 se extiende también para los turismos A domiciliados en Madrid y que figuren de alta en el padrón del IVTM del Ayuntamiento de Madrid.

Desde esta fecha, tampoco podrán acceder ni circular por la capital los vehículos A que no sean turismos (camiones, furgonetas, motocicletas y ciclomotores) que hasta el 31 de diciembre de 2024 no tenían restricciones.

Así, todo el término municipal se convertirá progresivamente en zona de bajas emisiones (Madrid ZBE), conviviendo con las dos ZBE de Especial Protección que están en vigor, Distrito Centro y Plaza Elíptica, que cuentan con unos criterios de acceso más restrictivos.

Solo un 10% de implantación a nivel estatal

Las Zonas de Bajas Emisiones son áreas delimitadas donde se aplican restricciones de acceso, circulación y estacionamiento a los vehículos motorizados de acuerdo a una clasificación de eficiencia energética. El objetivo de las mismas, reguladas por la Ley de Cambio Climático y Transición Energética de mayo de 2021, es reducir las emisiones contaminantes y mejorar la calidad del aire de las ciudades, favorecer la intermodalidad en el transporte y descongestionar el tráfico. Según la normativa, desde enero de este año, todos los municipios de más de 50.000 habitantes o los de más de 20.000 que superen los valores límites de contaminación, así como los territorios insulares, deberían haber implantado ya estas zonas restringidas.

Sin embargo, de los 149 municipios que cumplen estos requisitos a nivel estatal, hasta la fecha solo 17 han implantado ya sus ZBE. Apenas un 10% del total que refleja un escaso grado de implantación. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico ha tomado por fin cartas en el asunto y ha publicado recientemente un mapa interactivo que recoge todos los municipios del país obligados a contar con una ZBE (aunque no todos lo cumplan), el perímetro que abarcan y sus horarios. El mapa está disponible en la propia página web del Ministerio, que ha anunciado que próximamente llegará también a los GPS de los conductores.

La  Ley de Cambio Climático y Transición Energética no contempla ningún régimen sancionador para los municipios que no han cumplido todavía con su obligación. SIn embargo, tal y como explica Bardají, "muchos de ellos han solicitado fondos europeos Next Generation que sí imponen como condición la implantación de estas restricciones".