REAPERTURA DE LAS URGENCIAS EN MADRID

El Gobierno de Ayuso imputa el caos de las urgencias a las "bajas sobrevenidas"

Ossorio asegura que el 60% de las bajas recibidas están muy por encima del 10% para el que el sistema está preparado.

Ayuso inaugura nuevo Centro Quirúrjico del Hospital Gregorio Marañón

Ayuso inaugura nuevo Centro Quirúrjico del Hospital Gregorio Marañón / EFE / Luis Millán

Elena Marín

Elena Marín

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, se ha pronunciado esta mañana sobre la evolución de las urgencias extrahospitalarias que reabrieron sus puertas el pasado 28 de octubre, hace solo una semana. Las quejas de sindicatos y partidos de la oposición por el caos de estos últimos días en estos centros se justifica, según ha dicho, por las "bajas sobrevenidas" que han sido comunicadas con posterioridad a la apertura de estas urgencias.

La presidenta, que se encontraba en la inauguración del nuevo bloque quirúrgico del Hospital Gregorio Marañón, ha evitado entrar en conflicto con los profesionales sanitarios y ha puesto el foco en que ha habido "un 60% de bajas sobrevenidas", un porcentaje que, según ha dicho posteriormente su número dos en el Gobierno de la Comunidad, Enrique Ossorio, "está muy por encima del 10% habitual" y para el que está preparado el sistema sanitario madrileño. Ossorio ha informado que todas las bajas han sido derivadas a la inspección.

Uno y otro han intentado salvar del conflicto a los profesionales sanitarios y han evitado hacer más valoraciones, buscando así dejar la polémica en el tejado de los sindicatos o de los grupos parlamentarios de la izquierda en la Asamblea de Madrid, que en bloque han criticado por la mañana la forma en que han reabierto estos centros de urgencias 24 horas por no contar con el profesional necesario. Es evidente, ha dicho Ossorio, que ha habido bajas se han comunicado "con muy poco tiempo, que cada uno valore de lo que estamos hablando".

Ayuso ha agradecido primero "a todos los profesionales que ya se han incorporado a estos centros y que gracias a su trabajo más de 10.700 pacientes han sido atendidos, una cifra habitual en fechas previas a la pandemia", repitiendo que todo el personal tiene el "absoluto respaldo" de la Comunidad de Madrid y que confía en "el compromiso y profesionalidad del personal" que trabaja en estos servicios, pero ha incidido en el uso político que se está haciendo de la sanidad madrileña: "Creo que nadie ha entendido lo que ocurrió durante las fechas más importantes de la pandemia, cuando se boicoteó un hospital público como Isabel Zendal con pacientes dentro y que los mismos políticos estén ahora mismo llamando a huelgas o boicots, que como digo a quien perjudica directamente es al paciente y al ciudadano. Les pido que tengan más responsabilidad".

La politización de la sanidad llega a tal punto, según la presidenta, que ha afirmado que los servicios públicos están "secuestrados por fines partidistas": "No se entendería que amenazan con una huelga si los centros están cerrados y justo vayan a ella cuando los centros se abren. Es evidente que hay una inmensa mayoría de los profesionales sanitarios que quién seguir trabajando con total normalidad y que hay una parte política que intenta boicotearlo todo".

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