NUEVO LIBRO

Miriam Tirado, autora de 'Sentir': "Los hombres tienen una revolución pendiente en relación al trabajo de las emociones"

Periodista, escritora y consultora de maternidad, paternidad y crianza consciente, es autora de un 'best seller' infantil, 'El hilo invisible', y ahora publica también una serie de novelas para adolescentes, 'Me llamo Goa'

"Fíjate en las jugadoras de la selección de fútbol y los chicos. Es apabullante la distancia que hay de conciencia, de madurez, de solidaridad, de compañerismo… Ellas están a años luz de ellos"

La consultora de crianza y escritora Miriam Tirado, autora de 'Sentir'

La consultora de crianza y escritora Miriam Tirado, autora de 'Sentir' / CEDIDA

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

"El dolor es inherente a la vida, y a la vez es algo que nadie quiere vivir ni ver cuando lo experimenta". Miriam Tirado (Manresa, 1976) dejó el periodismo para construir una carrera como consultora de maternidad, paternidad y crianza consciente que ya dura 16 años. En esa trayectoria, escribió algunos libros que se han convertido en auténticos referentes para tratar las emociones con los más pequeños -Tengo un volcán, Sensibles, La fuente escondida- pero, sobre todo, El hilo invisible. Un cuento sobre los vínculos que nos unen (B de Blok), que ha vendido en tres años más de 100.000 ejemplares. Pero ahora, ha decidido trabajar las emociones en los adultos a través de Sentir. Un viaje para aprender a acompañar tus emociones y las de los demás, publicado recientemente por la editorial Grijalbo. En su dedicatoria, dice: "Para la niña que fui, que sintió mucho sin entender nada". Ese es el punto de partida para un libro en el que explica las emociones y propone herramientas para aprender a manejarlas.

-Pregunta: Además de ser consultora, eres autora de varios libros muy valorados porque sirven para trabajar las emociones con la infancia. ¿Es la evolución natural escribir ahora sobre las emociones en los adultos?

Yo me he especializado en acompañamiento de emociones, y muchos padres y madres vienen a consulta buscando cómo acompañar cosas concretas que les está pasando a sus hijos, y cuando pensé en qué me apetecía escribir, sí que sentí que quería volcar mi filosofía en cuanto a acompañamiento emocional y también ampliar un poco. Quería hacer algo más transversal que pudiera ayudar a todo el mundo, y más después de la pandemia, que hemos visto cómo la gente lo pasaba muy mal y no tenían acompañamiento.

-P: Hay una conexión en Sentir muy clara con la crianza, y explica cómo justo esa etapa es la que más desborda emocionalmente a las personas. Quizás, si no vives esa etapa, no necesitas tanto trabajo emocional, ¿no?

El crecimiento que te provocan los hijos, quieras o no, es innegable. Yo no conozco a nadie que tenga hijos que no admita que ha sentido una revolución interna muy, muy potente. Pero bueno, todo el mundo siente emociones intensas. Todo el mundo tendrá que pasar por un duelo de personas queridas. Todo el mundo tendrá que sentir rabia por las injusticias que ocurren. Todos vivimos muchísimas emociones, pero sí que es verdad que en madres y padres las tienes todo el día, porque los niños las viven sin filtros. Es un sinfín de acompañamiento emocional. Esto implica que los padres estén más necesitados de herramientas y de recursos. Además hay una cosa diferente hoy, que es que antes no te dejaban expresar tus emociones. Ahora les permitimos expresarse. Pero claro, los niños se expresan de una forma muy auténtica, y para los adultos que no nos han educado así esto es un trabajo extra, porque cuando a ti te han reprimido algunas emociones porque “no llores, que no está bien”, cuando tú eres el adulto que tiene que acompañar, sabiendo lo que sabemos hoy en día del acompañamiento emocional, requiere un esfuerzo extra, no sale natural. Tienes que esforzarte para no decirle que pares, ya sabes. Y esto implica más crecimiento.

-P: Usted ya tiene una trayectoria profesional de 15 años, ¿cree que hay una brecha generacional en la manera de criar, que ahora se respetan más las emociones de la infancia?

Sí, ahora estamos en un momento muy bonito de cambio a muchos niveles. O sea, mira lo que está pasando con el feminismo, con las jugadoras de fútbol, estamos en un momento histórico de removida general de lo preestablecido, que era como incuestionable. En cuanto a emociones, lo incuestionable era que a las emociones no se les hacía caso y que esto era un terreno al que no teníamos que entrar. Estaba acordado socialmente, culturalmente, familiarmente, que cada cual sentía en silencio y hacía lo que podía para transitar todo eso. Interesaba tan poco este campo que ni siquiera se habían hecho estudios de qué ocurría en tu cerebro cuando tú trabajabas todas tus emociones o cuando las rechazabas. Estamos en 2023, han pasado muchas cosas, tenemos tecnología, tenemos un montón de campos que han avanzado mogollón, también en el estudio del ser humano por dentro, tanto a nivel físico como emocional. También tenemos ya evidencia científica sobre qué pasa en el cerebro infantil, cómo evoluciona, cómo se desarrolla, con lo cual ahora tenemos una información que nuestros padres no tenían. Ahora es muy evidente y se ha hecho más manifiesto después de la pandemia que o nos ponemos las pilas a nivel emocional o nuestra salud mental se resiente. Antes lo único que importaba era pensar y hacer, trabajar, pero no te escuches, no observes como estás, no te des espacio para sentir, no llores. Esto es un poco enfermizo ¿no? Hoy se da más espacio a podernos mostrar más auténticos, estar conectados más con lo que necesitamos, con lo que sentimos y con lo que hemos venido a hacer en este mundo. Si queremos avanzar y vivir vidas más plenas y más felices, todo esto tiene que estar atendido. Y esto implica a veces ir más despacio, no correr tanto, no hacer tantas cosas y cuidarnos más. Yo diría que somos la primera generación de adultos intentando hacer las cosas con más conciencia. Y esto es difícil.

-P: Sentir es un libro con mucha información, pero en el prólogo advierte: “esto no es un manual psicológico”. ¿Por qué es importante aclarar esto?

Primero, porque yo no soy psicóloga, soy una persona que me he formado en maternidad, paternidad y crianza y como coach y no quería tampoco que la persona que cogiera el libro lo viera como algo teórico. Esto es una cosa que a mí me preocupa mucho en mi trabajo, que es poder traspasar la información a la práctica. Yo tengo muchos clientes que me dicen: "yo ya sé que no se debe gritar a los niños. Yo ya sé de dónde me viene. Yo ya sé que de pequeña a mí me gritaron mucho, pero por la noche yo grito a mis hijos y quiero dejar de hacerlo. ¿Por qué no puedo?" Entonces he querido que fuera un libro muy práctico. Hay muchas actividades que se pueden hacer en solitario o con alguien. Hay muchas propuestas para practicar cada día, y por eso digo que no es un manual, porque es algo diferente.

-P: Otra cosa llamativa del prólogo es que tenga que aclarar que en ocasiones habla en femenino “porque el 95% de las personas que me leen son mujeres”. ¿Sólo nos preocupan las emociones a nosotras?

Mira, ayer presenté el libro en Barcelona y de toda la Sala de Casa del Libro de Rambla Cataluña, el 95% eran mujeres. Esto ya indica mucho. Yo escribo para todos, no escribo para mujeres, pero es que solamente me siguen mujeres. Miras mi Instagram y de cientonosecuantasmil personas que me siguen, solamente el 4% son hombres y estoy segura que muchos son obligados por sus mujeres a seguirme, pero que no me leen. Y cuando hago las consultorías con familias vienen motivadas siempre por las mujeres. De alguna forma, es como si no les tocara a ellos.

Sí que veo un cambio desde que empecé, antes no venía ni un hombre, ni uno. Y ahora puedo decir que las conferencias, si son en sábado, por ejemplo, vienen los dos y a lo mejor en algunas ha habido paridad. Pero queda mucho por hacer todavía. El interés por el campo emocional es muy distinto entre hombres y mujeres también porque las mujeres funcionamos de una forma muy intuitiva, muy conectadas a nuestras emociones. Y también a nivel cultural, social y familiar se nos ha permitido más sentir y expresar nuestras emociones. Los hombres han sufrido el patriarcado, se les ha dicho "tú no puedes llorar, que eres un niño, tú no puedes sentir porque eres un hombre". Entonces, están más capados en este sentido y se lo permiten menos. Está cambiando, por suerte, pero la diferencia es abismal. Y de verdad que me preocupa ver el cambio de conciencia que están haciendo las mujeres y lo atrás que están la gran mayoría de hombres, están a años luz. O sea, si nosotras ya tenemos falta de herramientas, ellos es que no saben por dónde empezar. Los hombres tienen una revolución pendiente en relación al trabajo de las emociones. Yo lo veo en consulta, que hay tantas separaciones de pareja porque el nivel de crecimiento de las mujeres es muchísimo mayor al de hombres viviendo lo mismo, una maternidad y una paternidad. Hay que ponerse las pilas y tiene que haber más hombres que tiren de los demás, que sean ejemplo. Fíjate ahora las jugadoras de fútbol y los futbolistas hombres. Es apabullante la distancia que hay de conciencia, de madurez, de solidaridad, de compañerismo… Ellas están a años luz y es alarmante, yo creo, porque además estos futbolistas y el resto de los hombresestán dando unos referentes a los niños que estamos intentando criar. Es importante que hagan ese trabajo con las emociones.

-P: En ‘Sentir’ separa las emociones desagradables de las agradables. Me llama la atención porque los libros infantiles que tratan las emociones invitan justamente a evitar estas emociones consideradas negativas, como la tristeza, la rabia, el enfado, etc. ¿Por qué es importante no negarlas?

Porque no podemos hacer otra cosa. Es decir, cuando estás triste, que venga otro y te diga “bueno, venga, anímate” es horrible. Cuando hay una emoción, esta emoción no pasará hasta que no la sientas de verdad. Entonces, si tú quieres acompañarme, dime que me entiendes y que estás aquí. Y luego podré yo transitar mi tristeza sin sentir que te estoy haciendo pasar mal a ti, que me estás juzgando o que estoy haciendo algo mal. Validar las emociones para mí es algo imprescindible, es algo que tenemos que hacer todos primero con nosotros mismos, dejar de sentirnos culpable por sentir cosas y dejar de culpabilizar a los niños por sentir lo que sienten, porque si están sintiendo eso, no pueden cambiarlo porque tú le digas que no lo sientan. "No te enfades", o "no llores"... Lo que sí que tenemos que hacer es redirigir el comportamiento si es incorrecto. O sea, tú puedes estar enfadado, pero no me puedes pegar. Pongo límite al comportamiento, pero te permito que te sientas como te sientes. Entiendo que te enfades por determinadas situaciones injustas. Yo creo que mis libros tienen tanto éxito porque los niños se sienten entendidos. Ya va siendo hora que nos digan que sentir está bien, que no pasa nada, que es normal, que nos pasa a todos y podamos sentir un poco de alivio, porque estaba tan prohibido no experimentar según qué emociones, que esto nos ha supuesto una losa encima.

-P: Esto ocurre mucho cuando estás viviendo un duelo por la pérdida de alguien cercano, que la gente te dice que vuelvas a tu vida normal, que te ocupes y no pienses en tu dolor, cuando en realidad justo lo que necesitas es poder vivir ese dolor y sentirte acompañado…

Claro, la gente reacciona así muchas veces justamente para no tener que enfrentarse con ese dolor, porque incomoda a los demás. Quiero que estés contento porque me hace a mí la vida más fácil. Esto para empezar, pero luego además ver tu duelo me conecta con que yo también podría perder o ya he perdido a gente a la que quiero y no quiero entrar en ese terreno... La muerte es algo que nos asusta muchísimo. Es un tema tabú todavía a día de hoy, no sabemos acompañar el duelo. Y es durísimo porque al final es algo que vive todo el mundo.

-P: Justamente el libro El hilo invisible, un cuento infantil que trata sobre el vínculo y la separación, que puede ser temporal (mamá se va a trabajar y tú al cole) o de duelo, lleva más de 100.000 ejemplares vendidos en tres años. ¿Qué suelen contar los lectores después de tres años de publicación?

Ya se ha convertido en un best seller, un clásico de de la mayoría de colegios y familias. Yo creo que la clave es que hablo de algo muy complicado, algo que desconocemos y que nos produce muchísima incertidumbre, que es la separación, la muerte, el vínculo... Son temas muy intangibles. En realidad a mí me pidieron un libro sobre el vínculo y pensé que era demasiado abstracto. Pero luego pensé en cómo había tratado el asunto con mi hija mayor, que ahora tiene 14 años. Yo le conté esta historia y ella lo entendió perfectamente. Creo que la clave es que he hablado de algo muy difícil y muy profundo de una manera muy simple, y bonita, que no te deja un mal sabor de boca, sino que te empodera. Gracias a este hilo invisible que nos une a las personas que queremos estamos siempre juntos y esto es un sentimiento de pertenencia, que es bonito. Y es un libro que nació en plena pandemia, no lo pudimos presentar, no hubo nada de promoción y aún así, el éxito ha sido del boca-oreja. A mí lo que me hace más feliz es cuando me dicen que un niño ha pasado de sufrir a sentirse seguro con este cuento.

-P: Y además de ‘Sentir’, para ayudar a los adultos a manejar sus emociones y los libros que ha escrito para niños sobre esto, ahora también ha iniciado una serie de libros para adolescentes cuya protagonista se llama Goa. Justo se publica ahora el segundo, Qué fuerte, Goa (B de Blok). ¿Cómo está funcionando esta ficción?

¿Sabes qué me ha pasado? Que desde que yo empecé a escribir cuentos, alrededor de 2016, hay niños que han ido conmigo, que empezaron a escuchar mis cuentos con tres años y ahora son adolescentes. Y también lo he visto con mis hijas, que cuando se llega a determinada edad, había muchos libros de fantasía, pero no había libros que hablaran de su realidad y me apetecía mucho escribir sobre esto. A mí me encanta hacer ficción. Y propuse a la editorial escribir para estas edades porque son edades en las que ya no quieres escuchar a tus padres, pero necesitas muchas herramientas porque la adolescencia es muy removida. Y Me llamo Goa está teniendo un éxito increíble. Lo que me hace más feliz es que me están escribiendo padres que me dicen que sus hijos no leían y se han enganchado a esta colección. Y si esto ocurre es que realmente le estás contando cosas que le interesan.