LA VIDA CONTIGO

Qué fue de… María José Cantudo, la pionera del desnudo en el mundo del cine

Se labró una carrera como ‘musa del cine español de terror’ y triunfó como productora teatral; actualmente, asegura vivir de las rentas sin ser millonaria

María José Cantudo, actriz.

María José Cantudo, actriz. / ARCHIVO

La belleza no garantiza el éxito por sí sola, pero sin duda aumenta las posibilidades de alcanzarlo. Si no que se lo pregunten a María José Cantudo, que se instaló en Madrid siendo una adolescente, con la intención de estudiar arte y decoración, y tuvo la suerte de que se fijaran rápidamente en ella para hacer de actriz en fotonovelas y de modelo en anuncios publicitarios. "Naturalmente, ni estaba preparada ni tenía dicción, ni mucho menos sabía cantar y bailar como más tarde hizo", escribió al respecto Hilario López Millán en su libro Crónica rosa de España. “María José era y es una chica de pueblo tímida que con la cara lavada y un pañuelo en la cabeza podría compararse con una aldeana que viene los jueves a la capital a vender huevos frescos de sus gallinas”.

La jienense tampoco tuvo tiempo para formarse como artista, puesto que en 1973 se casó con el guaperas actor y cantante Manolo Otero, padre de su único hijo, y Valerio Lazarov le dio enseguida trabajo en su programa de variedades ¡Señoras y señores!. Después firmó un contrato para rodar seis películas con José Frade, quien la quería lanzar al estrellato en el mundo del cine, aunque ella siempre ha dicho que empezó a actuar en largometrajes sin pretensiones, para poder dar de comer a su hijo. También según su versión, aquella exclusividad con Frade impidió que pudiera encabezar el reparto de una de las cintas más importantes de la época, Ese oscuro objeto de deseo (1977), de Luis Buñuel, que acabó protagonizando Ángela Molina.

María José Cantudo hizo el primero desnudo frontar del cine español en la película 'La trastienda'.

María José Cantudo hizo el primero desnudo frontar del cine español en la película 'La trastienda'. / ARCHIVO

Alrededor de la misma época, Cantudo encabezó el reparto del drama Secuestro (1976), coprotagonizado por el icono del género del fantaterror Paul Naschy, donde dio vida a Patricia Hearst, la heredera rica que alcanzó fama mundial tras ser secuestrada por parte del llamado Ejército Simbiótico de Liberación, con el que luego asaltó a mano armada un banco de San Francisco. Además de labrarse una carrera como ‘musa del cine español de terror’, la andaluza se convirtió en pionera del desnudo en el mundo del celuloide gracias a La trastienda (1975), de Jorge Grau, donde apareció completamente en cueros. Hasta ese momento se ponían en práctica las ‘dobles versiones’, consistentes en grabar dos veces las películas (una versión pudorosa para España y otra con escenas más atrevidas para el extranjero).

El director me dijo que se me tenía que ver un poquito…”, contaría sobre aquel rodaje. “De hecho, es necesario repetir la secuencia varias veces para verlo, porque si no es imposible. Lógicamente, a mí me daba vergüenza. Fue un momento en el que lo pasé muy mal. Fíjate que yo ni me había arreglado mi cosa, estaba salvaje, como era en ese momento, como una chica normal… Estaba casada y mi marido sabía todo lo que hacía; de hecho, él me acompañaba cuando yo tenía que firmar un contrato”.

600.000 pesetas por su 'Interviú'

La actriz también fue pionera de las revistas; de hecho, se comentó que Interviú le pagó la nada desdeñable cifra de 600.000 pesetas por desnudarse para la publicación en 1977. Uno de los directores de la famosa revista contó que, ya en los años ochenta, Cantudo obtuvo de un magistrado “una sentencia favorable de 5 millones de pesetas”, que los abogados de Interviú tuvieron que pactar con ella “para que la cantidad a desembolsar fuera menor”, después de haber publicado “un reportaje de la actriz con los pechos descubiertos a bordo de un velero”.

El productor Luis Sanz, conocido entre otras cosas por lanzar a la fama a Rocío Dúrcal, contrató a Cantudo en 1978 para hacer de Pichi en la archiconocida revista Las Leandras. Su ascenso a la cumbre coincidió en el tiempo con el fin de su historia de amor con Otero, tras numerosas desavenencias y desencuentros. La actriz abandonó poco a poco el cine, desilusionada con ese mundo, y desde mediados de los ochenta asumió el reto de producir todos sus montajes teatrales.

“Me fijaba en los musicales de Estados Unidos y quería que España valorara su propio género”, aseguró al respecto. “Salía vestida de Dior, y con vestuario traído de París. Pero no quería sobresalir solo yo. Hacía que tuviésemos desde las mejores plumas hasta las chicas más guapas. Y contrataba a excelentes actores, porque si una actriz es buena, con una buena réplica es doblemente buena. Tenía claro que mientras yo no estuviese en escena, debía haber un buen actor”.

Nivel de vida acomodado

Algunos de aquellos espectáculos, como Doña Mariquita de mi corazón, cosecharon gran éxito de crítica y público, y granjearon una pequeña fortuna a Cantudo, que se subió por última vez a un escenario en 2007, y sin duda supo invertir los ahorros para poder llegar a vivir de rentas. “Soy una mujer muy sencilla y normal”, me confesó hace justo un año. “La Cantudo es una cosa sobre el escenario, y otra distinta fuera. He tenido chófer y coches que me han llevado a los sitios cuando tenía que ir de gira, pero si tengo que meterme en el bus, lo hago. En el metro no, porque ahí ya me vuelvo loca”.

A sus 72 años, y después de haber superado varios problemas de salud, la actriz disfruta de un nivel de vida acomodado y confortable en la casa-palacio que compró en el centro de Madrid, tras vender otras dos propiedades, y que está repleta de muebles de diseño y obras de arte. Porque la auténtica pasión de Cantudo no es la cámara de cine, sino el mundo de la decoración, las reformas y la restauración de antigüedades.

María José Cantudo en una imagen de finales de junio de 2022.

María José Cantudo en una imagen de finales de junio de 2022. / EUROPA PRESS (ARCHIVO)

Ahora, además, lleva alrededor de dos décadas felizmente soltera. La última pareja que se le conoció fue el empresario teatral Enrique Cornejo, quien además de darle cariño la ayudó a montar algunos de sus espectáculos. Antes pasó una temporada saliendo con Pedro Ruiz, que llegó a decir que la actriz había sido una de las mujeres que más había querido. Y aunque Cantudo ya descarta prácticamente volver a enamorarse, de vez en cuando sí amenaza con volver al mundo del espectáculo para poner en pie una alta comedia de esas con decorado pomposo y un guión a la altura de la categoría a la que ella considera que pertenece.