GUERRA EN UCRANIA

El fantasma de una nueva movilización para engrosar las filas del Ejército acecha en Rusia

El Kremlin está buscando todas las maneras posibles para reforzar sus filas por la falta de voluntarios para engrosar las filas del Ejército e incluso preparando lo que podría ser una gran movilización de ciudadanos rusos

El jefe del Estado Mayor General ruso, Valery Gerasimov, Vladímir Putin y el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu.

El jefe del Estado Mayor General ruso, Valery Gerasimov, Vladímir Putin y el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu. / EFE

Aunque Rusia glorifique repetidamente sus gestas militares del pasado, en especial las de la Gran Guerra Patria contra la Alemania nazi (tal y como se denomina la Segunda Guerra Mundial en el país euroasiático), muchos hombres del país no parecen querer emular a sus antepasados. Es por ello que el Kremlin está buscando todas las maneras posibles para reforzar sus filas por la falta de voluntarios para engrosar las filas del Ejército e incluso preparando lo que podría ser una gran movilización de ciudadanos rusos.

Una de las señales más claras de que algo se cuece en el sector castrense ruso es la reciente solicitud del Ministerio de Defensa de eliminar algunas de las enfermedades que impiden a un hombre ser reclutado siempre y cuando no tengan un impacto importante en la habilidad de combate de los reclutas. Esta medida ha ido acompañada del anuncio de una ampliación de un 15% del personal militar ruso, decreto firmado por el mismo presidente, Vladímir Putin, y de redadas contra migrantes centroasiáticos para ver si pueden ser reclutados. Algunos activistas han denunciado presiones hacia este colectivo para que firmen contratos con el Ministerio de Defensa si no quieren perder su pasaporte ruso y el de su familia o incluso de intentos de engaño para que los firmen junto a otros documentos cuando realizan trámites de inmigración.

Una llamada a filas no sería vista con muy buenos ojos, ya despertó protestas significativas en algunas partes del país, la más sonada en Daguestán, donde la policía llegó incluso a recibir golpes y necesitar disparar al aire para dispersar a la muchedumbre. Así lo ve Eldar, que cree que "el Gobierno teme mucho algún tipo de protesta antigubernamental", por lo que duda que lo haga. En la movilización parcial del pasado octubre de 2022 se reclutó mayoritariamente a hombres que habían hecho el servicio militar o con experiencia en el campo de batalla, especialmente a hombres de Siberia y del Cáucaso, regiones más empobrecidas y con una amplia presencia de minorías étnicas en algunas zonas. Actualmente Rusia sufre de un problema demográfico importante que se ha visto acentuado por el conflicto rusoucraniano y la huida de hombres del país. Para solucionarlo, el mismo presidente ruso ha llamado a "mantener la tradición de nuestras familias, donde se criaban a cuatro, cinco o más infantes", además de una amnistía para las mujeres encarceladas por delitos no violentos y con hijos menores de edad para fomentar la natalidad. 

De la mili al frente en Ucrania

Viacheslav –nombre ficticio– sí tiene cierto temor a ser llamado a filas, aunque carece de experiencia militar. "Tengo dudas sobre dónde puedo ir ahora, mis opciones son escasas porque no me puedo permitir ir a Europa y no quiero ir a un país amigo de Rusia como Kazajistán o Bielorrusia" cuenta. Cree que 2024 será "el año decisivo". "Muchas cosas podrían cambiar después de las presidenciales del año que viene (previstas para el mes de marzo), espero haberme ido antes", añade.

"Creo que van a ofrecer a los soldados que hacen el servicio militar contratos para que se unan al Ejército", señala, por su parte, Eldar. El año pasado se amplió la edad máxima en la que este paso es posible hasta los 30 años, mientras que anteriormente era de 27 años. Los que no se presenten al llamamiento a filas no podrán salir del país y recibirán multas económicas. Anteriormente recibir la citación del Ejército, ya fuera para ir al frente o para el servicio militar, podía esquivarse si no se recibía en persona, algo que algunos hacían escondiéndose en sus casas de campo. Sin embargo, en la actualidad, desde el mismo momento en el que se formaliza la llamada a filas será imposible para el afectado evitar presentarse a la oficina militar más cercana para cumplir con su deber.

Aunque hacer el servicio militar no equivale a ser movilizado, sí que implica ciertas presiones para que se firmen contratos que sí llevan al frente, algo que ha provocado que entre los prisioneros rusos capturados por Kiev se hayan visto repetidamente jóvenes de entre 18 y 25 años, muchos de ellos con una experiencia escasa o nula en combate.