TERREMOTO EN MARRUECOS

La súplica de los afectados por el terremoto de Marruecos: "Tenemos pan y agua, pero necesitamos tiendas de campaña"

Los trabajos para buscar desaparecidos han continuado una jornada más, aunque durante todo el día los equipos de rescate se han encontrado sobre todo con cadáveres.

Un hombre reparte ropa y utensilios a los afectados por el terremoto en el Atlas.

Un hombre reparte ropa y utensilios a los afectados por el terremoto en el Atlas. / MARC FERRÀ

Marc Ferrà (enviado especial)

"Podemos comer pan y beber agua, pero necesitamos tiendas de campaña", explica Abdu. Vive en uno de los campamentos de desplazados a las afueras de Amizmiz, una pequeña ciudad a los pies de la cordillera marroquí del Atlas, y lleva cuatro días durmiendo a la intemperie. A primera hora del día, Hebba empieza a preparar el desayuno. Ella ha tenido la suerte de pasar su primera noche en una tienda. "El frío y la lluvia van a llegar y no sé qué va a pasar con nosotros". "Es deplorable, en algunas tiendas duermen hasta 15 personas", remarca Hafid, que vive al lado. En este descampado de polvo viven unas 600 personas que se han quedado sin nada a causa del terremoto que sacudió el centro de 

Marruecos el pasado viernes y que ya ha causado 2.901 muertos y 5.530 heridos, según el último balance del Ministerio del Interior.

"Mi casa esta destruida, nos hemos arriesgado para entrar y recuperar los colchones y otros muebles para traerlos aquí", cuenta Hebba. Lamenta que en el mismo pueblo una mujer murió porque fue a por una sábana y la casa se derrumbó. Muchas de estas tiendas las comparten varias familias. Unos niños juegan en el exterior con una paloma, otros tratan de mantener un palo en equilibrio sobre un dedo. A pocos metros una mujer limpia ropa y otras simplemente pasan el rato hablando.

"En dos días han anunciado que quizás llueve y puede ser una catástrofe", explica preocupado Abdu. Este hombre organiza con otros vecinos el aprovisionamiento de comida. Explica que tienen suficiente para varios días, pero que necesitan medicamentos, porque hay personas enfermas. "Es la gente que viene de otros pueblos la que nos ayuda, llegan hasta aquí en su coche cargado de mantas y comida", agradece este hombre, traductor de professión.

Pánico ante las réplicas

Durante la pasada noche, explican que se producieron dos pequeñas réplicas, no fueron importantes, pero suficientes para que muchos entrasen en pánico. Según el Centro Sismológico Euro-Mediterráneo (CSEM), desde el seísmo de 6,8 grados en la escala de Richter del viernes se han registrado una treintena de temblores que superan la magnitud 3, pero con el paso de los días se va estabilizando la situación.

Los trabajos para buscar desaparecidos han continuado una jornada más, aunque durante todo el día los equipos de rescate se han encontrado sobre todo con cadáveres.

Yalal, junto con varios amigos de Rabat, llenaron una furgoneta de productos básicos, pero también juguetes y cacerolas. Salieron de la ciudad tras ver la tragedia que golpeó esta región después del seísmo. Han parado en el pueblecito de Tourkin en el que viven 250 familias, a 15 quilómetros del epicentro. Tras llegar a la aldea, en pocos minutos se reunieron decenas de personas que esperaban recibir algo. Entre ellos Yassin, que está estudiando en la capital, pero cuando se enteró del terremoto cogió el bus desde Marrakech y haciendo autoestop llegó a su aldea. Allí encontró a su familia. Estaban todos bien, su padre tenía un golpe en la cabeza, pero no fue al hospital.

"Mi madre, mi padre y mi hermana estaban aquí, lograron salir por este agujero", explica Yassin mostrando lo que queda de casa, medio en ruinas. "Fue un milagro". En este pueblo prácticamente todos los vecinos han tenido que abandonar sus casas, bien destruidas o en riesgo de colapso. El minarete de la mezquita está peligrosamente agrietado. Por la tarde ha llegado una excavadora con la intención de echarla abajo, pero no lo han visto claro y se ha retirado.

El rey visita a los heridos

El rey Mohamed VI se ha acercado finalmente este martes a la zona afectada por el terremoto. El monarca ha visitado durante 45 minutos a heridos ingresados en el Centro Hospitalario Universitario Mohamed VI de Marrakech, un acto cuya cobertura ha estado restringida a los medios públicos marroquíes, informa Efe.

Es la segunda aparición del rey alauí desde el pasado viernes, tras la reunión de trabajo que presidió el sábado con responsables civiles y militares en la que ordenó desplegar un programa de emergencia para atender a las víctimas y rehabilitar los edificios dañados, además de decretar tres días de luto oficial.

Mohamed VI también ha donado sangre, según la agencia oficial de noticias MAP, sumándose así a una ola de solidaridad sin precedentes en el país, donde se han registrado 13.000 donaciones en dos días cuando en condiciones normales suele haber cerca de 1.000 diarias.