SIN "RALLY AROUND THE FLAG"

La guerra de Putin no despierta el fervor patriótico que consiguió Crimea o Chechenia

En la invasión total de Ucrania de este año, “no hay fervor de guerra” sino una actitud de apoyo “defensivo”.

Hasta un 35% de rusos estaría contra la guerra.

La policia rusa detiene una protesta contra la guerra

La policia rusa detiene una protesta contra la guerra / ALEXANDER NEMENOV / AFP

Mario Saavedra

Mario Saavedra

En Rusia no hay furor por la invasión de Ucrania. No se aprecia el conocido efecto “rally round the flag”, la subida rápida en popularidad que experimentan los líderes de un país embarcado en un conflicto bélico. Es un claro contraste con la primera ofensiva contra Ucrania en 2014 y la anexión de Crimea, explica a

EL PERIÓDICO DE ESPAÑA

el sociólogo ruso Maxim Alyukov, del King’s College de Londres.

Lo que se está produciendo en esta ocasión es, más bien, una “consolidación defensiva”: “La gente ha respondido con lealtad al régimen, en parte porque el Kremlin lo ha presentado como una guerra contra Rusia: las sanciones, la suspensión de los vuelos o la salida de empresas extranjeras”, apunta a este diario Jeremy Morris, sociólogo de la universidad danesa de Aarhus y autor de ‘Postsocialismo cotidiano’. “Incluso gente apolítica ha respondido con sentimientos defensivos de lealtad a la patria”. 

Parte de los rusos, explica Morris, se atrincheran en ideas que les ayudan a lidiar con la guerra: que la provocó Ucrania o la OTAN, que es una operación de paz, que mejor atacar que ser atacados en Rusia… “Pero no hay muestras de patriotismo, nacionalismo o entusiasmo por la campaña militar o por el Gobierno ruso”, afirma.

Sí hubo fervor en otras guerras. Vladímir Putin ganó una enorme popularidad por la dureza con la que se empeñó contra la región separatista de Chechenia a principios de este siglo. Esto le permitió consolidarse en el poder que había heredado de Boris Yeltsin. Aquel “rally round the flag” se volvió a repetir en 2014, durante la guerra contra Ucrania. Rusia intervino en la región del Donbás, apoyando a los prorrusos de de Donetsk y Lugansk. Muchos rusos celebraron la “vuelta a la patria” de Crimea tras su anexión. 

59% vs. 35%

La última encuesta oficial (del WCIOM, el equivalente al CIS ruso) es del 23 de marzo, y en ella se asegura que tres de cada cuatro rusos apoyan “la decisión de llevar a cabo una ‘operación militar especial’ en Ucrania’”, que es el eufemismo gubernamental para enmascarar la invasión. Según esos datos, solo el 17% está en contra. Una cifra que habría caído desde el comienzo de la guerra en ocho puntos porcentuales. El problema es que ese trabajo no es de fiar por múltiples motivos: las preguntas están distorsionadas, la gente teme responder o rechaza hablar de política.

Existe otro estudio más fiable de la empresa privada Russian Field, realizado entre el 26 y el 28 de febrero, durante los primeros días de la invasión. En él se estima en un 59% los que “apoyan la acción militar rusa en Ucrania” y en un 35% los que se oponen. En concreto: 

  • Un 37% la “apoyan totalmente”
  • Un 21% “tienden a apoyarla”
  • Un 11% “tienden a rechazarla”
  • Un 23 % la “rechazan totalmente”
Una ciudadana moscovita protesta por la invasión con un símbolo de la paz.

Una ciudadana moscovita protesta por la invasión con un símbolo de la paz. / EVGENIA NOVOZHENINA

Una de las cuestiones en el aire es si ha habido transferencias importantes entre esos grupos de opinión en estas semanas. La guerra se ha alargado más de lo previsto, están muriendo miles de jóvenes rusos en el frente y las sanciones están haciendo daño a la población. En sentido contrario, la propaganda en televisión se ha incrementado (tertulianos que sugieren usar bombas nucleares o grupos de escolares que salen al patio a realizar una “Z” en formación, símbolo del apoyo a la guerra). 

“Mi estimación es que alrededor del 40% está claramente a favor de la guerra y un 30-35% se estaría oponiendo”, asegura el sociólogo ruso Alyukov. “Hay un grupo importante que está en contra de la invasión”, concluye. Un grupo que aparece infrarrepresentado en las encuestas oficiales y cuyas cifras son si cabe más relevantes, habida cuenta del apagón informativo, que hace costoso obtener información verídica en ruso. Es necesario usar programas informáticos como las VPN para circunvalar el “telón de acero” informativo impuesto por Putin. Uno de los pocos medios que resistían con algo de información sobre la guerra dentro de Rusia era Novaya Gaceta, y finalmente ha decidido cerrar temporalmente este lunes tras las advertencias del Gobierno.

Los jóvenes se oponen más

En el trabajo de la mencionada encuestadora privada Russian Field se puede ver que, cuanto más jóvenes y educados son los encuestados, menor es el apoyo a la guerra. 

La mitad de los ciudadanos de 18 a 44 años ven de forma negativa las acciones de Rusia en Ucrania. El nivel de apoyo entre los más jóvenes (18-29 años) a la guerra es de poco más del 40%, mientras que entre los rusos mayores de 60 años supera el 70% .

La mitad de los que rechazan la intervención ha estudiado en la universidad. Del otro lado, dos tercios de los que se muestran más fervientes hacia la intervención tienen solo educación secundaria. Y otro dato relevante: la mayoría de los encuestados (52%) cree que las autoridades deberían priorizar la política interna. Solo un 18% cree que debe primar la política exterior. 

Grupos en función de su visión de la guerra

“La gente puede estar movilizada [por la guerra y las sanciones], pero desde luego no está contenta, no la recibe como algo positivo ni hay euforia patriótica”, afirma Alyukov, en permanente contacto con familiares, amigos y conocidos en Rusia. 

Hay dos grandes grupos sociales, desde su punto de vista. Del lado de los que aprueban la contienda los hay que la aprueban con rotundidad, pero también quienes se informan por televisión y que, por tanto, no ven las víctimas civiles o el sufrimiento, sino solo infraestructuras bombardeadas de forma incruenta. Esas personas creen que es una misión de paz más que una guerra abierta. Hay, también, clases políticamente pasivas que no se involucran. Y otros que dudan y dependen mucho de cómo se haga la pregunta: no es lo mismo apoyar “una operación militar” que decir que se está “a favor de una guerra”.

Dentro de los que se oponen a la guerra están los más activos y se manifiestan, arriesgándose a la cárcel; los que no protestan en público sino en privado, porque temen las represalias; y los que sienten que algo malo está pasando, pero están desinformados.

La guerra de Putin tiene apoyos públicos (de universidades, asociaciones, intelectuales). Pero, según los expertos consultados, carece del entusiasmo de anteriores conflictos rusos.