GUERRA EN UCRANIA

Una ciudad destrozada tras semanas de asedio: "Ya no es Mariúpol. Es el infierno"

La administración local asegura que el 80% de las viviendas están destruidas y cree que 30.000 personas han podido huir en los últimos días

"Había cuerpos en la calle durante tres días. El olor está en el aire y no quieres que tus hijos lo huelan"

Un hombre ante un edificio en Mariúpol destruido por los bombardeos, este jueves.

Un hombre ante un edificio en Mariúpol destruido por los bombardeos, este jueves. / ALEXANDER ERMOCHENKO / REUTERS

Bajo las sombras por la falta de gas y electricidad. Sin apenas medicinas o alimentos básicos. Para beber, nieve derretida o agua del río hervida. Noches en fríos sótanos para evitar las bombas. Tras 16 días de asedio, Mariúpol es una ciudad destrozada.

El avance del Ejército ruso por el sureste de Ucrania, con la intención de conectar las autoproclamadas repúblicas prorrusas de Donetsk y Lugansk con la península de Crimea, anexionada en 2014, pasa por conquistar esta ciudad de casi 450.000 habitantes a orillas del mar interior de Azov.

Para ello, Rusia ha impuesto un bloqueo a la ciudad desde hace algo más de dos semanas y los bombardeos son constantes. En estos momentos Moscú cuenta con entre 12.000 y 14.000 soldados en los alrededores, según el diputado ucraniano Sergiy Taruta.

Un soldado de fuerzas prorrusas observa el convoy que intenta salir de Mariúpol, este jueves.

Un soldado de fuerzas prorrusas observa el convoy que intenta salir de Mariúpol, este jueves. / ALEXANDER ERMOCHENKO / REUTERS

El ayuntamiento de Mariúpol, a través de su cuenta de Telegram, asegura que la destrucción "es colosal" y calcula que el 80% de las viviendas están destruidas y, de ellas, cerca del 30% no podrán siquiera restaurarse. De acuerdo al consistorio, más de 350.000 residentes continúan en una situación crítica en refugios, mientras "entre 50 y 100 bombas caen cada día sobre la ciudad".

Lugares como el refugio antiaéreo del teatro de la ciudad, que habría resistido. Ucrania acusó a Rusia de bombardearlo, aunque Moscú lo niega y achaca la destrucción al batallón Azov. Gran parte del edificio fue reducido a escombros, pese a que se había escrito la palabra "niños" en la parte delantera y trasera, según imágenes de satélite.

"Después de una terrible noche de incertidumbre, en la mañana del día 22 de la guerra, finalmente, buenas noticias de Mariúpol. El refugio antiaéreo resistió. Los escombros comenzaron a ser desmantelados, la gente está saliendo con vida", ha asegurado este jueves el diputado Taruta, criticando que los ataques no han cesado y los servicios de rescate llegan con dificultad para desescombrar.

Varios residentes se reúnen alrededor de un bloque de edificios destruido en Mariúpol, este jueves.

Varios residentes se reúnen alrededor de un bloque de edificios destruido en Mariúpol, este jueves. / ALEXANDER ERMOCHENKO / REUTERS

El presidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Peter Maurer, aseguró que las tropas rusas permitieron la salida del equipo de la Cruz Roja en Mariúpol y de varias miles de personas más a las que los rusos permitieron la salida por sus propios medios, pero no existe una operación de evacuación organizada.

La apertura de un corredor, tras numerosos intentos frustrados, ha venido acompañada por las críticas del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, asegurando que "las tropas rusas interrumpieron el movimiento de carga y autobuses" y bloquearon el acceso de la asistencia humanitaria de su Gobierno.

En los últimos dos días, algunos residentes de Mariúpol comenzaron a abandonar la ciudad en transporte privado, la mayoría hacia Zaporiyia, en el interior del país. En total, unos 6.500 coches escaparon del asedio, según la alcaldía, que calcula que unas 30.000 personas ya han huido de la ciudad.

"ES EL INFIERNO"

Las familias ucranianas evacuadas describen el "infierno" que han dejado atrás, los cadáveres que se acumulan en las calles y las frías noches en los sótanos para protegerse de las bombas, con temperaturas bajo cero.

Evacuados en la parte trasera de un vehículo esperan en el atasco para salir de Mariúpol, este jueves.

Evacuados en la parte trasera de un vehículo esperan en el atasco para salir de Mariúpol, este jueves. / ALEXANDER ERMOCHENKO / REUTERS

"Cuando llegó la nieve, la recolectamos y la derretimos para el agua. Cuando no, hervimos agua del río para beberla", asegura Tamara Kavunenko, de 58 años. "Dispararon tantos cohetes", recuerda, en declaraciones a la agencia AFP, que cifra en 4.300 los habitantes de Mariúpol que han alcanzado Zaporiyia.

Según las autoridades ucranianas, más de 2.000 personas han muerto hasta ahora en la ciudad. "En las calles están los cuerpos de muchos civiles muertos", agrega Tamara, antes de sentenciar: "Ya no es Mariúpol. Es el infierno".

"EL OLOR ESTÁ EN EL AIRE"

En Zaporiyia, situados en un circo de la era soviética, un grupo de voluntarios de la Cruz Roja espera a los evacuados. Zapatos y mantas para niños cubren el suelo.

Dima, con las manos negras de suciedad, cuenta a la AFP que no se ha limpiado en dos semanas. En su tercer intento, llegó el martes a Zaporiyia con su mujer y dos hijos. Para alimentar a los niños y a sus abuelos, explica que tuvo que saquear tiendas en busca de comida.

Residentes de Mariúpol refugiadas en el sótano de un edificio, este jueves.

Residentes de Mariúpol refugiadas en el sótano de un edificio, este jueves. / ALEXANDER ERMOCHENKO / REUTERS

"Vivíamos bajo tierra y si hacía -4º era una buena temperatura", dice, mientras alza su pierna para mostrar que lleva tres pantalones para tener calor. "A veces, había cuerpos en la calle durante tres días", recuerda. "El olor está en el aire y no quieres que tus hijos lo huelan", agrega.

Daria, que también huyó de Mariúpol, cuenta que durante 10 días vivió en el sótano de su edificio con su bebé. "Se ponía peor cada día", cuenta, mientras sostiene a su hija. "Estábamos sin luz, sin agua, sin gas, sin medios para existir. Era imposible comprar cosas".

"CANSADOS, ENFERMOS, LLORANDO"

Marina, una voluntaria de la Cruz Roja de Zaporiyia, cuenta a la AFP que los evacuados llegaban en muy mal estado: "Estaban cansados, enfermos, llorando". El centro comercial donde se les recibe les brinda ahora un techo y la posibilidad de bañarse. "Nos ocupamos de ellos", dice, "todo está listo para ellos".

La única manera de escapar era con un coche privado. Muchos de los que llegaron cuentan que no podían salir de los refugios por los bombardeos y que encontraron la manera de viajar, por suerte, ya que tampoco había señal de teléfono o de internet.

Evacuados de Mariúpol en un centro comercial a las afueras de Zaporiyia, este miércoles.

Evacuados de Mariúpol en un centro comercial a las afueras de Zaporiyia, este miércoles. / EMRE CAYLAK / AFP

"Vimos que había gente con cintas blancas [en sus coches] saliendo", explica Darya. Cuenta que le preguntó a una vecina si podía juntarse para huir. Para algunos, el trayecto hacia Zaporiyia, que normalmente tarda unas tres o cuatro horas, duró más de un día.

Un padre de dos niños cuenta que logró captar la señal tras encender la radio, por lo que tuvo información sobre el corredor humanitario. Mientras abraza a su hijo pequeño, Dmitry dice que pasaron "nueve o diez días" escondidos en el teatro de Mariúpol, el mismo que, según Kiev, fue bombardeado por las fuerzas rusas.