IGLESIA

Las 13 propuestas de la Diócesis de Coria-Cáceres a la Iglesia en Roma: desde ordenar mujeres, al celibato opcional

Entre otros aspectos se plantea la ordenación de hombres casados y que los sacerdotes puedan formar una familia

Varias monjas con el Papa Francisco.

Varias monjas con el Papa Francisco.

EPE

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La Diócesis de Coria-Cáceres ha recogido 13 propuestas para el Sínodo de Obispos entre los que está revisar el protagonismo de la mujer en la Iglesia para que pueda acceder a puestos de responsabilidad, el celibato opcional para los sacerdotes y acoger la situación de los creyentes con distinta identidad y orientación sexual. Las aportaciones serán recopiladas en un documento que será enviado a Roma por la Conferencia Episcopal Española.

Además, pide replantearse la simbología en las celebraciones diocesanas “excesivamente ritualistas, cargadas de pomposidad, elementos simbólicos y de vestuario del pasado”, que subrayan “lo clerical sobre lo comunitario” y son “contrasignos del Jesús pobre y humilde”, a juicio de los participantes.

Las aportaciones de las distintas diócesis serán recopiladas en un documento y enviadas a Roma por la Conferencia Episcopal Española, después de que este sábado celebre en Madrid la asamblea del Sínodo 2021-2023, este último año en el que culminará en octubre en el Vaticano la cita sinodal, estableciendo el documento final.

En declaraciones a EFE, el responsable de la fase diocesana del Sínodo, Miguel Ángel González, ha señalado que con ello se ha pretendido “activar” los canales de participación en la Iglesia, algo de lo que ya se tiene experiencia en Coria-Cáceres con el sínodo diocesano celebrado recientemente, aunque, ha dicho, a la hora de llevarlo a la práctica “nos cuesta caminar juntos”.

Bajo el lema “Por una iglesia sinodal” la fase diocesana se inició en octubre del pasado año, con la participación de 1.800 personas de Coria-Cáceres, la mayoría en grupos de parroquias y movimientos eclesiales, así como particulares (un 30%) y de otras confesiones religiosas y de fuera de la Iglesia, como asociaciones de vecinos o talleres de empleo, ha explicado González.

“Se pretende no sólo escuchar a los de dentro sino también a los de fuera”, ha apuntado el responsable sinodal, quien ha echado de menos mayor aportación de los jóvenes, alrededor del 4% de los participantes estaba en la franja de edad entre 18 y 35 años.

El planteamiento de revisar el sacerdocio femenino

Así, en el documento síntesis de la fase diocesana, clausurada el jueves santo de este año en Cáceres, se recogen 13 propuestas, la primera “volver a las fuentes” de la “praxis de Jesús", a “lo fundamental”, el “primer anuncio” del Evangelio al estilo de las Bienaventuranzas, adaptándose a “las necesidades y sensibilidades actuales”.

En este sentido, el documento añade que habría que cambiar la pastoral de conservación (“mayoritaria en la diócesis”) por una pastoral de evangelización, en definitiva, “abrirse a la acción del Espíritu Santo a través de la oración y de los sacramentos, para discernir, decidir y encontrar nuevas formas y caminos de evangelización en el siglo XXI”.

Por otro lado, plantea revisar, en palabras de González, aspectos como el sacerdocio femenino, cómo se relacionan los sacerdotes con el resto y cómo tener en cuenta a toda la humanidad.

“El hecho de que no puedan acceder al sacerdocio (las mujeres) y que la jerarquía sea fundamentalmente masculina hay que darle una vuelta en los tiempos que vivimos. No lo decimos cuatro, es una tendencia mayoritaria presente en los distintos sectores de la población”, ha recalcado.

Sin embargo, para este sacerdote este tipo de temas “supera nuestras posibilidad de decisiones a nivel diocesano”, es una “puerta abierta a la reflexión, no son temas cerrados, está en la preocupación de la gente”, pues lo que se hace la Diócesis es ser “notarios de las aportaciones”, una llamada a “abrirse a la humanidad y a la diversidad”.

Además, echa en falta “mayor presencia en lo público” por parte de los cristianos, saliendo del “individualismo” hacia el servicio comunitario, como en la política y la acción sindical, ha puesto de ejemplo, pues, ha expuesto, existe una “crisis de vocación" al servicio, no solo al sacerdocio, también a la vida matrimonial y al resto.

¿Es posible la ordenación de hombres casados?

Mejorar la capacidad de “escucha” es, para la mayoría de participantes, otra asignatura pendiente, aunque, algunos manifiestan, según el documento, que en la Iglesia no se margina a nadie.

Potenciar el sentido comunitario, la celebración de la eucaristía, mayor participación en la vida social, la formación en las parroquias y movimientos apostólicos, la integración de los religiosos, transmitir “lo que somos y hacemos”, cuidar la religiosidad popular y un mayor diálogo ecuménico son otras propuestas.

Por último, entre otros aspectos se plantea la ordenación de hombres casados y que los sacerdotes puedan formar una familia.

Responder y acoger pastoralmente la situación de los creyentes con diferente identidad y orientación sexual; divorciados vueltos a casar; sacerdotes secularizados; distintos modelos de familia, etc, para que vivan su fe, dentro de la Iglesia, “tal y como son, escuchándolos y dialogando con ellos”, también se cita en el documento diocesano con una “actitud de apertura ante las nuevas situaciones de nuestro tiempo”, concluye.