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¿Trias o Collboni? Así fueron las seis horas que decantaron el nombre del alcalde de Barcelona

La elección de Collboni como nuevo alcalde de Barcelona quedó a merced de los cuatro votos del PP

El nou alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC)

El nou alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC) / Pau Venteo - Europa Press

Júlia Regué | Sara González | Toni Sust | Jordi Ribalaygue

24 horas lo cambiaron todo. En realidad, seis, porque en la jugada 'in extremis' que provocó que fuera Jaume Collboni y no Xavier Trias quien alzara la vara de mando del Ayuntamiento de Barcelona fue determinante el giro de volante que dieron los Comuns el mismo sábado, con una decisión que llegó apenas 59 minutos antes del plenario de investidura.

Reuniones, llamadas, intercambios de presiones, proclamas que se han quedado en papel mojado y asambleas de urgencia precedieron una sesión a la que los dos postulantes, el de Junts y el del PSC, accedieron aguantando la respiración, sin conocer cuál de los dos ocuparía la alcaldía y cuál ejercería de jefe de la oposición. Todo quedó a merced de los cuatro votos del PP. Una historia con tintes de 'thriller' que demuestra que, en política, la realidad muchas veces supera a la ficción.

El 'entierro' del tripartito 

le propuso compartir la vara de mando:
"De ninguna manera".

El ahora alcalde comenzó a trazar la estrategia para presionar a ERC, dando por descontado el apoyo de los Comuns. Acusó a los republicanos de 'enterrar' un tripartito y de priorizar a Trias. La convocatoria de las elecciones generales caldeó el ambiente y los socialistas empezaron a ser conscientes de que los republicanos elegirán a Trias. Oriol Junqueras apostó abiertamente por ello, mientras el goteo de pactos tanto de Esquerra como de Junts con los socialistas en el resto de Catalunya no cesaba. El PSC, empezaban a tenerlo claro: había que echar mano del mismo manual que en 2019 permitió arrebatarle a Maragall la alcaldía con los votos de Manuel Valls.

El pacto Trias-Maragall

repartirse la alcaldía a tres

El plan quedó en nada, pese a la presión ejercida por Colau para abordar la iniciativa en una reunión a tres entre las primeras espadas, que nunca se llegó a celebrarse. Así que Trias y Maragall forjaron el reparto de concejalías y un plan de gobierno común en secreto, gracias a la sintonía y confianza que les unió cuando el primero estaba en el Govern y el segundo en el consistorio barcelonés. Dos políticos de antes haciendo política en tiempos de Twitter.

La antena madrileña

no hubiera ni rastro de los ComunsAlberto Núñez Feijóola extrema derecha de Voxuna "triangulación"

El secretario de Política Municipal, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, apretó las tuercas a Yolanda Díaz y comenzó a dialogar con Gerardo Pisarello, exteniente de alcalde de la capital catalana y persona de la máxima confianza de Colau.

El giro de los Comuns

las listas a las generales Jaume Asens

El viernes Colau y Janet Sanz se reunieron con Collboni, que reiteró su oferta de gobernar en coalición les recordó que los socialistas les han permitido tener la alcaldía dos mandatos. Las dirigentes se marcharon sin decir cuál sería el sentido del voto, pero la entonces alcaldesa convocó la dirección del partido a las 10.00 horas del sábado y a la coordinadora a la una del mediodía. Acordaron dejar la decisión final en manos del grupo municipal.

No todos lo veían claro, pero Colau se acabó mojando a favor de votar a Collboni sin entrar en el gobierno. Al menos por ahora. No hubo llamada de Yolanda Díaz. La decisión se tomó en el número 131 de la calle Marina con el argumento de que se presevarían así más oportunidades de forjar en un futuro el tripartito de izquierdas, opción que considera más difícil si Trias asume la vara. Eso sí, la decisión ponía la alfombra roja a los votos de Daniel Sirera.

La llamada de Collboni a Sirera

Sin embargo, Sirera le inquirió por un detalle esencial para los populares: ¿dónde iban a sentarse Colau y los suyos? ¿En la oposición o en el gobierno? Como había anticipado el jueves, el líder del PSC respondió que contaba con incorporar a Barcelona en Comú en su gabinete. La respuesta no agradó al popular. "Jaume, esta tarde no te votaré", le avisó, taxativo. Según las mismas fuentes, Collboni reaccionó pidiendo tiempo para deshacer el obstáculo.

Sirera se presentó en la plaza Sant Jaume con dos posibles discursos para su intervención. Minutos antes de entrar al Saló de Cent, seguía pegado al teléfono. ¿Cómo resolver el dilema? La incógnita resultaba tensa y trascendental para el conservador, hasta el punto de que se planteó si debía renunciar a tomar el acta de concejal antes de decantarse por dos opciones críticas e incómodas para el PP a un mes de las generales.

Sirera no se convenció hasta que leyó el comunicado literal de Barcelona en Comú, ya dentro del ayuntamiento e instantes antes de la investidura. Apenas tuvo otra garantía de que no habrá coalición entre los socialistas y Colau. El popular habló con Collboni, pero también con miembros de la candidatura de Trias y con otros cargos del PP. Tres minutos antes de entrar, Sirera reunió a sus concejales y pactaron que retiraría su candidatura en favor de Collboni.

Indignación en el Saló de Cent

En el Saló de Cent, donde ya había sentados todos los invitados, muchos próximos a Junts, arden de indignación por la sorpresa. Personal del propio PSC no descubrió hasta entonces que no solo no todo estaba perdido, sino que la alcaldía socialista estaba a un paso de oficializarse.

A las 17.17 horas Jaume Collboni entró con dos discursos preparados, como Sirera. Uno por si se convertía en el nuevo alcalde y otro como líder de la oposición. Hubo abucheos entre el público, tensión en el acto, y un cabreo tremendo por parte de Trias. A Ernest Maragall no se le veía tan molesto como sorprendido. Elisenda Alamany, su número dos, iba diciendo que no. ¿Estaba Collboni en 'shock'? Al principio sí, pero se le pasó a golpe de firmar los primeros decretos como alcalde: los del reparto del cartipás.