DIMISIÓN DE ESPINOSA DE LOS MONTEROS

El PP ve en la "descomposición" de Vox una oportunidad para reunificar a la derecha

El PP ve una oportunidad para la reunificación de la derecha en la grieta abierta en Vox

RESULTADOS ELECTORALES 23J

RESULTADOS ELECTORALES 23J / EFE / Mariscal

Elena Marín

Elena Marín

La marcha de Ivan Espinosa de los Monteros deja algunas incógnitas abiertas sobre cómo se manejará Vox en los próximos meses, pero hay una certeza que se extiende entre los que han sido apartados de los puestos cercanos a la dirección de esta formación y los mandos del PP: el declive de Vox ha comenzado. El adiós del que ha sido portavoz de la formación ultra en el Congreso es el último capítulo de los movimientos internos en el partido que dirige Santiago Abascal, que se produce justo después de unas elecciones generales en las que han perdido 19 escaños, y todas las fuentes consultadas coinciden en que es el inicio de la "descomposición" de un partido que abre al PP una puerta para aglutinar en torno a sus siglas a los votantes que siguen a su derecha.

"El problema de Vox es que no sabe dónde está", reflexiona un miembro del PP que explica que lo ocurrido con Espinosa de los Monteros solo demuestra que es una formación que "no sabe aglutinar" a las distintas familias, algo que el PP dejó de hacer hace unos años y provocó el nacimiento de Ciudadanos y Vox. Pero más allá de las disidencias internas y de las peleas por el control de la formación ultra, este dirigente popular coincide con otra voz del PP en que el problema de Vox es que "no ha alcanzado su objetivo en las elecciones generales", que es "provocar el cambio político de la mano del PP". Y esto, reflexionan ambos, ha podido pesar en la decisión de Espinosa tanto como su papel en la formación, menguante desde hace meses.

"Principio del fin"

Espinosa de los Monteros tiene el perfil, creen en el PP, de aquellos que un día se marcharon del partido y recalaron en Vox cuando la situación política hervía por Cataluña y la forma de gestionar de Mariano Rajoy, este y otros asuntos, no convencía a parte del electorado conservador. Pero podría volver, dicen, si se produce el proceso de reunificación de la derecha que el PP busca desde hace casi diez años. Y ven que ese camino se allana con esta dimisión. "A Vox le está pasando lo que a UPyD, Ciudadanos y Podemos", apunta un miembro del partido; "quizás sea el principio del final de Vox", señala otro. Ambos coinciden así con los peores augurios que han realizado desde el propio partido personas que han sido apartadas de los órganos directivos y que a través de artículos de opinión y críticas en twitter a la dirección de Vox denuncian su deriva y próxima "desaparición".

Aunque son varios los que desde el PP rechazan valorar la vida interna de su partido rival, reconocen que lo sucedido "es una oportunidad" para el futuro del PP. La marcha de Espinosa de los Monteros deja en evidencia que gana peso una de las dos corrientes de Vox, la rama que encabeza Jorge Buxadé, ultracatólico, ligado al Opus Dei y de pasado falangista. Mientras Espinosa de los Monteros defiende postulados neoliberales que pueden tener cabida en el ideario de Génova, señalan los populares, la "nacionalsocialista" que acompaña al yunque y que representa Buxadé no.

Punto de inflexión

Santiago Abascal se ha rodeado de asesores e ideólogos que defienden las tesis más ultra dentro del partido. Junto a Buxadé, vicepresidente de Acción Política y portavoz del partido, entre los hombres que acompañan al líder del partido destacan Kiko Méndez Monasterio y también Ignacio Hoces, en la vicesecretaria de Instituciones del partido desde noviembre de 2022. Todos ellos han ido extendiendo su influencia desde que Macarena Olona dejó el partido tras las elecciones andaluzas de 2022. El portazo que dio a Vox derivó también en la sustitción de Javier Ortega Smith al frente de la secretaría general del partido. La relación entre ambos quedó tocada en aquella campaña, aunque ahora ambos han salido en defensa de Espinosa de los Monteros.

Ese fue el punto de inflexión para el cambio de fuerzas internas en el partido y aquellos movimientos tectónicos no han parado hasta que este martes el ya exportavoz del grupo dijo también adiós. Ignacio Hoces, madrileño de 40 años, con varias doctorados y licenciaturas (Historia, Ciencias Políticas, Relaciones Internacionales) participó en la elaboración de las listas de Vox para el 23J junto a Buxadé, en detrimento del propio Espinosa. Ha sido cabeza de lista por Badajoz y ahora tiene plaza en el Congreso, por lo que todo apunta que puede ser la persona que ocupe la portavocía del grupo en esta próxima legislatura.

De momento, esos choques internos no alcanzan a la portavoz de Vox en Madrid y pareja de Espinosa de los Monteros, Rocío Monasterio, que por ahora se mantiene en la Asamblea de Madrid como portavoz de su grupo para seguir confrontando con Isabel Díaz Ayuso, según confirman en el propio partido.

"Extrema derecha"

La derecha en España forma una familia muy amplia, explica un dirigente popular que ve en esta grieta que se ha abierto en Vox una oportunidad para que desde Génova se dé impulso a la reunificación del voto conservador. Pero deja claro que aglutinar el voto no significa hacer suyos todos los postulados de Vox. "Lo que queda" después de que el ala económicamente liberal que representaba Espinosa de los Monteros haya quedado diluida es una "extrema derecha" con la que Génova "choca".

Y precisamente eso es lo que ellos creen que hará caer poco a poco a Vox, que se quede enjaulado en unos postulados radicales. Es una rama, dice un dirigente del PP, que tampoco quieren en su partido, al tiempo que otro compañero de la formación augura que aunque el PP pueda aglutinar poco a poco el voto de Vox, esta formación se mantendrá aunque sea con una representación residual mientras en Europa no desaparezca la extrema derecha.