ELECCIONES GENERALES 23J

Todo o nada para Yolanda Díaz: ser vicepresidenta o verse atrapada en su propia coalición

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Yolanda Díaz en el cierre de campaña electoral de Sumar en Madrid

Yolanda Díaz en el cierre de campaña electoral de Sumar en Madrid / EFE

Yolanda Díaz afronta este domingo el mayor reto de su carrera política, el que decidirá cómo pasa a la historia y el que dibujará su papel en los próximos cuatro años de legislatura. La candidata de Sumar lidera una amalgama de formaciones que deberá convivir en el Congreso de los Diputados. Y un grupo parlamentario muy difícil de cohesionar sin la autoridad que otorga estar en el Gobierno de coalición. Los resultados de las urnas y los pactos posteriores abren dos vías para la gallega: o entrar en el Gobierno como vicepresidenta y "salir coronada" tras el 23J -una expresión empleada por Ada Colau esta campaña-, o afrontar un camino pedregoso en la oposición.

Díaz afronta este domingo dos batallas, y las dos van de la mano. La primera, la más importante, y crucial también para las demás contiendas, es la de la gobernabilidad. Sumar lleva toda la campaña con la obsesión de desbancar a Vox de la tercera posición, a sabiendas de que este objetivo es condición de posibilidad para poder ser decisivos en la formación de Gobierno.

En las últimas horas, en Sumar barajaban un resultado similar al de Unidas Podemos en 2019, con un suelo de 30 escaños en el peor de los escenarios, y al filo de los 40, en el mejor. Unas cifras nada desdeñables, teniendo en cuenta que la tendencia en que coinciden todas las encuestas de que el bipartidismo saldrá reforzado este domingo. Pero las mayorías absolutas siguen siendo un imposible para PP o PSOE. Y si hace unas semanas parecía probable que populares y Vox sumaran 176 diputados -la mayoría absoluta- las opciones del bloque de derechas parecen haberse reducido conforme avanzaba la campaña.

LA GARANTÍA DE SER VICEPRESIDENTA

El futuro de Yolanda Díaz depende en buena medida de si Sumar es o no decisivo para la formación de Gobierno. En caso de serlo, la candidata de Sumar aspira a reeditar como vicepresidenta de Pedro Sánchez, en un tándem que ha convivido sin demasiados problemas en la última legislatura. Este cargo no sólo supondría un éxito político para la gallega y la posibilidad de desplegar su programa desde el Consejo de Ministros; sino que también le permitiría mantener prietas las filas de su grupo parlamentario, cuya unidad quedará seriamente comprometida en caso de no entrar al Gobierno o lograr unos pobres resultados.

Yolanda Díaz en el cierre de campaña electoral de Sumar en Madrid

Yolanda Díaz en el cierre de campaña electoral de Sumar en Madrid / EFE

Y esta es la segunda batalla que se plantea para Díaz, cuyos resultados también afectarán al funcionamiento de su plataforma electoral nacida a raíz de la convocatoria de elecciones. Las circunstancias en que nació Sumar adquieren relevancia cuando pasen los comicios, que fue el objetivo conjunto que aglutinó a las distintas fuerzas bajo un mismo paraguas.

Los resultados serán determinantes en cómo quede definido el espacio. Si el balance es bueno y Sumar logra un papel decisivo en la política española, es más sencillo que se mantenga la adhesión al proyecto por parte de sus integrantes. Por todo esto, revalidar el cargo institucional de vicepresidenta sería un espaldarazo fundamental para Yolanda Díaz, también a nivel interno, ya que la convertiría en líder indiscutible del grupo parlamentario.

Pero en caso de pasar a la oposición o no lograr los objetivos previstos, las tensiones pueden crecer dentro del espacio, con formaciones que amenazan con marcar un camino propio como Podemos o Compromís, que han explicitado su intención de mantener su propia idiosincrasia dentro del grupo.

COMPLEJOS EQUILIBRIOS

En Sumar conviven una quincena de partidos poco cohesionados y donde los intereses de unos y de otros no siempre coinciden. Una coalición, en definitiva, donde el riesgo de implosión dependerá de la fortaleza o debilidad de quien la gobierna. Y si algo ha demostrado la historia de este país es que el paso a la oposición es la mayor prueba para un liderazgo forjado al albur del Gobierno.

A los complejos equilibrios dentro de la coalición se une la posición singular de Podemos. El revanchismo por el veto a Irene Montero todavía persiste en la formación, que redujo al mínimo su implicación en campaña para cargar a Yolanda Díaz la responsabilidad única de los resultados de este domingo. A partir de mañana, la cúpula está decidida a ajustar cuentas con la candidata en caso de bajar de la treintena de escaños tras una campaña con propuestas, como la herencia universal, que han levantado ampollas en las filas moradas.

EL 'SÁNDWICH' PSOE-PODEMOS

Podemos tiene previsto mantener una línea propia dentro de la coalición de Sumar, y esto puede complicar el papel de Yolanda Díaz en caso de quedar en la oposición. Si logra reeditar su Vicepresidencia en el Gobierno, la líder será respetada. Pero en caso de no hacerlo, la gallega quedaría en una difícil posición dentro de su propio grupo parlamentario.

Díaz siempre ha hecho gala de mantener unos principios firmes pero con un estilo dialogante. Una franja intermedia entre el PSOE, al que podría parecerse en las formas, pero con propuestas más próximas a las tesis de Podemos, un partido mucho más agresivo a la hora de entender la política.

Si finalmente Alberto Núñez Feijóo llega a ser presidente de Gobierno, Yolanda Díaz corre el serio riesgo de verse desdibujada en el Congreso, donde no será ni líder de la oposición -papel que ejercerá el secretario general socialista- ni referente claro a la izquierda del PSOE, con un Podemos abogando por tesis más radicales dentro de la coalición. Un escenario que, de darse, dejará a Yolanda Díaz en la indefinición y atrapada en un sándwich, entre la socialdemocracia o la izquierda más radical.

El 23 de julio puedes consultar los resultados de las elecciones generales 2023

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