Sumar y Vox se la juegan

Los dos partidos a la izquierda o a la derecha del PSOE o del PP se la juegan en estas elecciones. Los dos, Sumar y Vox, se enfrentan a su contienda electoral más importante con relación a sus futuros como formaciones que puedan tocar gobierno.

Una vez eliminado de la partida Ciudadanos por incomparecencia, los focos se sitúan sobre Yolanda Díaz y Santi Abascal, como posibles colaboradores necesarios, si el resultado de los votos así lo requiere. Porque mandan los votos.

Las circunstancias son diferentes. Díaz no ha parado de repetir que su formación es nueva, empieza; tiene un pasado, pero se siente liberada de él. No es fácil explicarlo. Cierto que ha existido una reformulación o hasta una refundación. Como dice Jorge Drexler: “Nada es más simple/ no hay otra norma/ nada se pierde/ todo se transforma”. Por lo tanto, si la trasformación acaba con un resultado más bajo que el logrado por Pablo Iglesias hace cuatro años, el camino habrá sido un fracaso.

Santiago Abascal también se la juega. En papeletas y en diputados, que no es lo mismo. En las provincias donde son cuatro los diputados a elegir, el número de votos castiga a esta formación. Ya ocurrió en las elecciones de 2019, que los votos a Vox no se situaron en un porcentaje suficiente para lograr diputados, pero sirvieron para facilitar un diputado más al PSOE. Por ejemplo, ocurrió en Orense, Burgos, Salamanca, León, Cáceres, Lugo, La Rioja, y Albacete. La aritmética de las elecciones.

De no superar Abascal los 52 diputados que ahora tiene en el Congreso será considerado como una derrota, por mucho gobierno autonómico o municipal donde estén gobernando. De hecho, el objetivo de Vox es acabar con los gobiernos de las Comunidades y retocar el poder municipal en beneficio de la centralidad.

Casi nadie habla de cómo se la juegan estas dos formaciones. Sobre todo, de cara a unas segundas elecciones. A estas alturas ya saben lo que ello supone. A Ciudadanos le situó en el camino de la desaparición. Los votantes también se cansan.