El 'espía' Witsel sabe el camino del Atlético contra un Borussia Dortmund que sufre sin Bellingham

El Atlético tiene el camino más fácil y a la vez más difícil para volver a soñar con una Champions. El Borussia Dortmund, quinto en la Bundesliga, era el rival de cuartos que cualquiera querría tener. Pero eso es precisamente lo que puede jugar en contra de los de Simeone, que, además de cargar con el favoritismo, tendrán que resolver la eliminatoria fuera de casa. A los 'colchoneros' este año les horroriza viajar, aunque se sacudieron la aerofobia con un triunfo ante otros de amarillo, el Villarreal, en Liga. La biodramina del cruce será Witsel.

El belga es lo mejor que le ha pasado al Atlético en los últimos periodos de fichajes. Un jugador que a sus 35 años se ha convertido en el soldado más fiel del 'cholismo'. Funcionó que le acompañara como portavoz en la eliminatoria frente al Inter, por lo que Simeone, supersticioso como pocos, optó por repetir acompañamiento antes de la ida contra el Borussia Dortmund, al que el reformado central belga conoce bien. Llegó al Metropolitano después de "jugar cuatro años allí, cuatro años que fueron muy buenos para mí".

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La "presión" es el elemento clave de la eliminatoria

Salir bien de un sitio implica llevarte parte de su talento. Las malas experiencias pronto borran cualquier recuerdo, incluso los positivos que mejoraron el sueño. Witsel vivió en Alemania la transición entre el suizo Lucien Favre y el joven Edin Terzic. El fanático 'borusser' que ha conseguido liderar al equipo de su infancia. Accedió al cargo con 38 años y a través del bagaje que adquirió como ojeador de Jürgen Klopp, el más destacado en la historia reciente de un club que, a diferencia del Atlético, sí ha tocado el torneo que se le resiste al Atlético.

Fue en 1997, con Ottmar Hitzfeld en el banquillo y Stefan Klos, Matthias Sammer, Paulo Sousa, Stéphane Chapuisat o Lars Ricken en el campo. Tumbaron por 3-1 con energía a la Juventus que dirigía Marcelo Lippi y en la que estaban hombres como Zinedine Zidane, Didier Deschamps, Christian Vieiri o Alessandro Del Piero. Superar la frontera mental del título más importante que existe a nivel de clubes descarga tu historia. Un lujo que Simeone no se ha permitido a pesar de su exitosa trayectoria.

Por eso necesita hombres a su lado como Witsel que crean en su idea hasta las últimas consecuencias: "Gracias a él he podido prolongar mi carrera". La orden en esta eliminatoria es clara: "Presión". Es el concepto que definirá el doble enfrentamiento. Apareció en los discursos de todos los protagonistas que comparecieron en el Metropolitano. En su etapa en Dortmund, el belga coincidió con Haaland o Bellingham, por lo que es consciente del vacío dejado por dos de las múltiples figuras que ha tenido un equipo con fama de cazatalentos, mucho antes de existir el grupo Red Bull o similares.

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Nmecha, el frustrado sustituto de Bellingham

"Es un equipo que presiona muy rápido, con jugadores como Adeyemi o Sancho, que además tiene en el centro del campo a Brandt, que organiza el juego y puede marcar la diferencia", señaló Witsel. En una eliminatoria tan selecta como son unos cuartos de final de Champions ya se piden nombres propios. Entre la nómina de seleccionados no está Felix Nmecha, el encargado de comparecer junto a Terzic. La venta de Bellingham dejó algo más de 100 millones en las arcas del Dortmund, pero el talento no se reemplaza con el líquido financiero.

El mediocampista alemán llegó en verano del Wolfsburgo a cambio de 30 millones de euros. Se formó en el Manchester City, club desde el que regresó a su país natal tras sufrir el embudo tan habitual que existe hacia el fútbol profesional inglés. Nmecha es un proyecto de futbolista con talento, pero sin el dominio del juego que presentaba un Jude Bellingham que el Borussia Dortmund era mucho más táctico que en la versión goleadora que ha desplegado en el Real Madrid.

Más allá de lo explícitamente futbolístico, Bellingham dejó un hueco emocional que habría sido menor de no haber perdido la Bundesliga en la última jornada de la temporada pasada. Fue un durísimo varapalo del que todavía no se ha repuesto la tropa de Terzic, a la que, al igual que el Atlético, esta temporada solo le queda luchar por la Champions. Y lo que es peor, ver cómo el Bayer Leverkusen de Xabi Alonso sí va a terminar con la 'dictadura' del Bayern.

Terzic, del Dortmund: "No dejaremos que nos impongan el ritmo"

Nmecha no abarca tanto campo como Jude. Tampoco presenta un despliegue físico tan descomunal como su antecesor y no domina la distribución de balón como él. Para colmo sufrió una lesión en noviembre que le tuvo casi un trimestre sin poder participar en un Borussia Dortmund que en previsión del socavón fichó también a Marcel Sabitzer. A ver si entre dos podían cubrir un hueco que permanece en el esquema.

Edin Terzic: "No admitiremos que el Atlético nos imponga el ritmo"

"Es cierto que tuve una larga lesión y estoy en una fase en la que vuelvo a construir ese ritmo. Cuando jugamos contra el Bayern, ya estuve en el once inicial y quiero recuperar los minutos perdidos", defendió con ilusión Nmecha, aludiendo al último episodio de felicidad que ha vivido el Borussia. Un 0-2 frente al Bayern que acredita como muestra de su vigor a domicilio, precisamente la debilidad del Atlético esta temporada.

Nmecha va a tener una oportunidad por la indisposición de Emre Can. El turco es duda, una de esas dudas que vuelven a traer el tema de la presión al debate, como hizo Terzic, quien se niega a que "el Atlético sea quien nos imponga el ritmo de partido". Una afrenta que contrasta con el destaque de una vieja virtud rival: "Su forma de jugar para obtener resultados en los últimos 10 años ha creado una nueva forma de defender". Si bien es cierto, esa habilidad de autor parece descatalogada a la espera de que Witsel y sus compañeros la rescaten. Es de extrema necesidad. Y aquí sí que hay presión.