FÚTBOL

¿Qué fue de Djalminha? El mago al que la indisciplina apagó los trucos

El brasileño se convirtió en leyenda del 'Súper Dépor', aunque sus indisciplinas acabaron traicionando su prometedora carrera

Su famoso cabezazo a Irureta y encontronazos con sus compañeros marcaron su trayectoria

Djalminha durante un partido en Riazor

Djalminha durante un partido en Riazor / EPC

Isabel Guillén

Isabel Guillén

En una época marcada por los elogios al 'Súper Girona de Dovbyk y compañía, los amantes del fútbol han echado la vista atrás para acordarse de otro equipo que dejó huella en los corazones de muchos: el 'SúperDépor' de Djalminha. Éxitos y catástrofes, pero sobre todo una ilusión, desde aquel junio del 91 en el que el equipo blanquiazul ascendió a Primera División, iniciando el camino hacia una gesta que difícilmente se repetirá.

Plantó cara a Real Madrid y FC Barcelona, ganó por fin una Liga con Djalminha a la cabeza, que rápidamente se convirtió en un ícono del club. Su estilo de juego único, lleno de regate y visión, contribuyó al éxito del equipo en esa época. Sin embargo, en el año 2002 puso punto y final a su etapa en el equipo coruñés tras una serie de acciones que dinamitaron su gloriosa trayectoria, como su famoso cabezazo a su entrenador, Javier Irureta y sus indisciplinas fuera del césped.

Inspirado en Pelé

Habilidad, velocidad y desequilibrio. Tres cualidades que, desarrolladas en un jugador brasileño, han llamado históricamente la atención de los grandes clubes europeos. En España, Madrid y Barça siempre han ido a la caza de jóvenes promesas a las que sacar jugo, de Ronaldinho, a Ronaldo. Todos tenían la lupa en las perlas que nacían en Sudamérica y Djalminha no iba a ser menos. Inició su carrera en el Flamengo, inspirado por el juego de las estrellas brasileñas de los años 60 que compartieron vestuario con su padre, el defensa Djalma Dias, como Garrincha o Pelé. Cada uno de sus regates y acrobacias eran auténticos homenajes a aquellos jugadores, siempre al más puro estilo 'ginga'. Pronto fue transferido a otros clubes como Guarani y Palmeira.

Aquí, ya empezó a dejar pequeños ápices de su áspera personalidad. Y es que, aunque su talento era indiscutible, también tuvo momentos polémicos. Así, el futbolista protagonizó un episodio polémico al agredir verbalmente al entrenador Vanderlei Luxemburgo durante un partido. Fue tras la consecución de la Copa América de 1997 ganada por la 'Canarinha', en la que Djalminha dejó dos asistencias, cuando llamó la atención de clubes internacionales. Con ofertas de Real Madrid y Barcelona, eligió unirse al Deportivo de La Coruña en 1997, en el que logró una de las mayores gestas del fútbol español.

El despegue en el 'EuroDépor'

Djalminha fue parte fundamental del equipo que ganó el primer título de Liga en la historia del Deportivo de La Coruña, en la temporada 1999/2000 y que marcó un hito en la historia del club gallego, que también conquistó la Supercopa de España aquella campaña, aunque, destino o casualidad, Djalminha no jugó en esa final, ya que fue suspendido debido a una expulsión en un partido anterior. En total, el delantero jugó 173 partidos, marcó 49 goles y repartió 13 asistencias. Y cerró su palmarés con una Liga (1999/2000), una Copa del Rey (2001/2002) y dos Supercopas de España (2000 y 2002). Nadie olvidará aquella final de la Copa del Rey en el Bernabéu, en la que los blanquiazules remontaron el 1-0 inicial de Raúl, el día que el Real Madrid celebraba sus primeros 100 años. Había nacido el 'Centenariazo', una conquista sin fecha de caducidad en un día en que la rebelión superó al pronóstico y la lógica.

Djalminha durante un partido contra el Barça

Djalminha durante un partido contra el Barça / EPC / Delegaciones

Además de estos títulos, Djalminha también contribuyó a que el Deportivo de La Coruña alcanzara las semifinales de la Liga de Campeones de la UEFA en la temporada 1999/2000, aunque el equipo fue eliminado por el Leeds United en esa instancia. En una entrevista para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA a Joan Capdevilla, el excompañero del brasileño confesó que el jugador "era algo diferente, el típico jugador que marcaba diferencias, un poco como Ronaldinho. Era nuestra estrella, un espectáculo. Disfrutamos todos mucho de él, de su magia, en los entrenamientos hacía cosas espectaculares. Yo estaba convencido de que se iría a un Barça o un Madrid, pero por suerte se quedó".

El cabezazo a Irureta y el sombrero a Mauro Silva

La conducta de Djalminha, que acabaría dinamitando su carrera, empezó a notarse en los primeros días que pisó el club coruñés. Un episodio memorable fue el 'sombrero' que le hizo a Mauro Silva durante un entrenamiento, un gesto que algunos consideraron como una falta de respeto y que escaló rápidamente cuando Mauro Silva reaccionó molesto y agredió físicamente a Djalminha en el césped. Como era de esperar, el incidente causó un gran revuelo en el club y generó tensiones entre los jugadores brasileños y el resto del equipo.

Imagen previa al cabezado de Djalminha a Javier Irureta

Imagen previa al cabezado de Djalminha a Javier Irureta / Twitter @Idolos_show

Pero, sin duda, su peor momento fue el cabezazo a su entrenador, Irureta, en un entrenamiento en 2002. Todo comenzó tras un pique en un partidillo en el que le pitaron un penalti en contra. Cada vez que el segundo entrenador posaba el balón en el punto de penalti, el brasileño le daba una patada, así varias veces. Irureta intervino para mandarlo a la ducha y fue entonces cuando le dio un cabezazo. Sobre este episodio, el que era su compañero en aquel momento, Capdevilla reconoció que Djalma tuvo suerte de que el entrenador fuese Irureta: "Puedes discutir con el entrenador, tener tus rifirrafes, pero una acción así no deja buena imagen ni para el club, ni para la afición, ni para los niños. Se equivocó y luego hicieron las paces. No era agradable ver noticias sobre el tema, lo que nos gustaba era ver a Djalminha saliendo por lambrettas, por goles, pero no por actos de indisciplina. En el fondo, tuvo suerte por el carácter que tenía Jabo, que era un entrenador cuando había algún problema, lo resolvía en privado en el vestuario, no de cara al exterior. Si Djalma le hace eso a Luis Aragonés igual habrían pasado otras cosas".

El adiós al Dépor supuso el fin de su carrera

Después de su salida del Dépor, Djalminha continuó su carrera futbolística en diferentes clubes y países, aunque sus filigranas no volvieron a deslumbrar como lo habían hecho en el club coruñés. Su travesía incluyó el regreso a Brasil para jugar nuevamente en el Flamengo y luego en el Palmeiras durante una corta etapa. Luego, se trasladó a México para unirse al Club América y, posteriormente, se mudó a los Países Bajos para jugar en el NEC Nijmegen, compitiendo en la Eredivisie. Tuvo un breve retorno a Brasil, jugando para el Cruzeiro antes de colgar definitivamente las botas. Desde entonces ha probado suerte en el 'futvoley', además de ser un habitual en los partidos de 'football-indoor' del Dépor o formar parte de la selección brasileña de 'showbol'. También es comentarista para la ESPN desde 2015.

22 años después, en Riazor nadie se olvida del crack brasileño. Ya en enero de 2023, el genio desembarcó en el coliseo herculino en un homenaje que recibió, coincidiendo con la disputa del derbi ante el Celta B que los locales acabaron perdiendo. Un factor que no empañó el entusiasmo de la peña deportivista 'Djalminha', que suma décadas de fidelidad a los colores blanco y azul.

Los años han pasado y Djalminha ha mantenido un perfil más discreto, alejado de los reflectores mediáticos. Su tiempo en el Deportivo sigue siendo recordado por los aficionados como una etapa clave en la historia del club, a pesar de estas controversias. Aunque el tiempo nunca podrá borrar sus polémicas imágenes en los míticos derbis contra el Celta, en los que protagonizó durante años una gran rivalidad con Mostovoi, incluidos escupitajos, insultos y muchas provocaciones que han quedado enmarcados para siempre en los libros de historia. Y, por supuesto, aquel cabezazo a Irureta. Aunque para que engañarnos, también por sus lambrettas y sus goles, prueba de ello es su carisma sigue siendo un tema de conversación entre los amantes del fútbol.