CONTRACRÓNICA ATLÉTICO - ATHLETIC

El 'antiWilliams' Reinildo falla estrepitosamente y Berenguer hace olvidar la ausencia de Nico

El delantero del Athletic anotó de penalti, provocado por un error del defensa del Atlético, y ya suma cinco goles esta temporada en apenas tres partidos completos

LA CRÓNICA: El Athletic y un torpe Reinildo desvirgan el Metropolitano

Reinildo provoca el penalti que Berenguer se encargó de transformar

Reinildo provoca el penalti que Berenguer se encargó de transformar / Kiko Huesca / EFE

Isabel Guillén

Isabel Guillén

Está siendo este un curso en el que los entrenadores buscan un rol primario en jugadores de plata que saltan al campo para darle al partido un giro de 180 grados y que sirvan de desatascador cuando sobre el campo la pólvora escasea. En este sentido, Simeone y Valverde, dibujaron una pizarra distinta a las anteriores, con Memphis y Álex Berenguer dejando atrás el papel de 'segundones' y convertidos en titulares en esta ida de semifinales de Copa en el Metropolitano.

El primero llegaba con cinco goles en seis partidos, pero se quedó ciego con las elásticas blancas del Athletic y no se entendió con Griezmann. El segundo acumuló motivos para su renovación por ser un sustituto de garantías de los hermanos Williams. Sí, de cualquiera, por la izquierda, por la derecha y hasta de '9' si Guruzeta se despistaba. Su gol sirvió para darle la victoria a un Athletic que ya sueña con sacar la gabarra 40 años después. Así, Valverde ganó en la pizarra a Simeone, a quien la titularidad de Reinildo, que provocó el penalti convertido por Berenguer, y la salida tardía de Hermoso no dieron sus frutos. Tampoco lo dio la ausencia de Saúl en los 90 minutos del partido por primera vez en la temporada.

Reinildo, la pócima 'antiWilliams' envenenada

Lo que si tenía claro el Cholo es que este era el partido de Reinildo y 10 más, que volvía a la titularidad once meses después de romperse la rodilla en busca de reavivar la llama de aquel Atlético que defendía mejor que atacaba. Rocoso y sólido atrás. Simeone le dio descanso en el derbi porque, traicionando el más antiguo de sus principios, lleva dos semanas afrontando el partido a partido con este miércoles en la cabeza. El zaguero tenía una misión clara: ser el antídoto 'antiWilliams'.

Nico e Iñaki aún tienen pesadillas con el partido de LaLiga del Atleti en San Mamés de hace dos octubres. Reinildo los secó, evitando tres ocasiones claras de gol, una hasta con la cara. Poco después, en febrero, se lesionó. Ya de vuelta, la realidad es que en solo en los primeros minutos fue ese muro inabordable que su entrenador le pedía, ganando en la carrera a Iñaki, huérfano sin su hermano Nico, que no estuvo convocado. Sin embargo, el defensa recién llegado de la Copa África con Mozambique pecó de su poca continuidad en un penalti claro sobre Beñat Prados que le costó la amarilla (pudo ser roja perfectamente) y que Berenguer, que está siendo el héroe sin capa del Athletic, transformó en gol en el minuto 25. No regresó en el mismo punto en el que se fue. Insistente en ataque pero topándose con Berenguer, que iba 'a dos bandas'. El mozambiqueño se iba al suelo a la primera de cambio en un choque con Galarreta. No iba a tener tiempo para más, pues fue cambiado en el descanso por Hermoso.

Berenguer, el sustituto de cualquier Williams

Cuando Iñaki Williams se marchó a la Copa África con Ghana, su hermano Nico, Sancet y Guruzeta se despidieron de su fiel aliado de contrastada jerarquía. En segunda fila, asomaba Álex Berenguer, relegado a un segundo plano desde la irrupción de Nico Williams, que ya se convirtió en el héroe del derbi vasco, en el que marcó un doblete jugando por la derecha sustituyendo a Iñaki.

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Berenguer anota el 0-1 a favor del Athletic / Kiko Huesca

Esta vez le tocaba hacerlo por la derecha, en lugar del hermano menor de los Williams, lo que no le supuso un problema, pues sería el rey el de la capital madrileña, no solo por el gol de penalti, sino por el trabajo posicional que el delantero hizo sin balón. Bajando en la ayuda a Yuri ante las arrancadas de Nahuel Molina. El atacante de moda en Bilbao no desistía, se asociaba Sancet y Guruzeta en el ataque y se marchaba siendo el héroe del partido.

Memphis, el revulsivo fallido al que intentó rescatar Morata

"Puede que mañana juegue Memphis junto a Morata", decía Simeone en la previa del partido. Quizás quería decir el argentino "Memphis en lugar de Morata", pues el neerlandés sentó en el banquillo al '9' rojiblanco. Así, sin rastro de Griezmann en toda la primera mitad, sería Memphis el único poseedor de las ocasiones del Atlético.

Efectividad fue lo que le faltó al neerlandés. En primera instancia, en el 36 de partido, pudo transformar en gol un regalo tras un fallo de Agirrezabala en un blocaje y que dejaba el balón suelto. En segunda, no se entendió con Griezmann en varios pases desde la frontal que se recriminaban entre ambos.

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Memphis Depay en el partido Atlético - Athletic / Juanjo Martín

Justo era que fuera sustituido Morata en el 58 para darle pulso a un ataque rojiblanco en coma. En sus primeros minutos sobre el verde, enfureció al Metropolitano en un forcejeo con Dani Vivian que le costó la amarilla al Cholo por protestar y que hacía estallar la bombonera del Cívitas, que pedía a sus delanteros un ritmo desequilibrante que solo llegó por parte de Lino y Nahuel Molina, pues la grada se echaba las manos a la cabeza cuando el internacional español se quedaba solísimo ante Aguirrezabala y mandaba el balón a las manos del joven guardameta vasco. Parecía que la noche iba a sonreírle a Morata en el último minuto, tras un penalti provocado por Yeray, pero era anulado por fuera de juego del delantero rojiblanco.

Berenguer era la persona llamada a intentar que no se echara de menos a Nico, del que, con todos los respetos, no se acordó sobre el césped ni su hermano, que se marchaba enloquecido agradeciendo a la afición visitante traslada al Metropolitano. Por aire, trabajo, resistencia, y sobre todo pizarra, los leones ensordecieron a la grada rojiblanca y se aferran a la vuelta en San Mamés, a poner de nuevo en práctica ese aluvión de velocidad y fútbol. Motivos no le faltan para preparar la gabarra. 40 años después.