COPA DEL REY (0-1)

El Athletic y un torpe Reinildo tumban el fortín del Metropolitano

Un penalti convertido por Berenguer en la primera mitad acerca a la final de Copa al equipo bilbaíno, el primero que gana en 13 meses en el campo del Atlético

Sergio R. Viñas

Sergio R. Viñas

Vestido de blanco impoluto, sin ánimo alguno de provocar con su alba indumentaria, pero al fin y al cabo con ella puesta, el Athletic clavó este miércoles la pica que nadie había podido clavar en los 13 últimos meses en el corazón del Atlético. La temeraria torpeza de Reinildo, unida al acierto de Berenguer desde el punto de penalti, provocó la victoria de los bilbaínos en el Metropolitano, la primera derrota del Atlético en casa en más de un año. Una derrota con subsanación posible para los de Simeone, pues resta la vuelta en San Mamés dentro de tres semanas. Una victoria, con todo, que acerca al Athletic a una nueva final de la Copa del Rey, ese trofeo con el que sueña cada noche desde hace ya demasiadas décadas.

El Barça, un lejano 8 de enero de 2023, había sido el último equipo capaz de ganar en el Metropolitano. Dos veces había fracasado el Real Madrid en esta misión en lo que va de curso, en sus dos únicas derrotas de la temporada. Pero este Athletic en trance, que se siente capaz de todo, con el punto de fortuna incluso de ver invalidado por fuera de juego un penalti en contra en el descuento, se colgó esa simbólica medalla del cuello. Un primer paso para la que de verdad le interesa, la de volver a ser finalista de Copa.

La supina torpeza de Reinildo, una de las novedades de Simeone junto a Barrios y Memphis, descorchó una velada hasta entonces cerrada a cal y canto, con ambos conjuntos anulando las propuestas con el balón que trataba de armar el otro, bien ordenados sobre el tapete tanto los de Simeone que los de Valverde. No contaba el Cholo, claro, con que su defensa fuera a ser tan imprudente de arrollar con los pies por delante a Prados. Daba hasta apuro contemplar al mozambiqueño protestar con exagerados aspavientos tan clamoroso penalti.

Reinildo provoca el penalti que Berenguer se encargó de transformar

Reinildo provoca el penalti que Berenguer se encargó de transformar / Kiko Huesca / EFE

Berenguer por el lesionado Nico Williams

Agotado su injustificado berrinche, Berenguer, relevo del lesionado Nico Williams, completó una académica ejecución de la pena máxima para colocar al Athletic en ventaja. El nuevo escenario desconcentró al Atlético, sin que su rival tuviera el poderío necesario para hacer más sangre. Fue creciendo después el cuadro de Simeone y de hecho el descanso llegó cuando más acorralado se sentía el conjunto vasco.

El Cholo, por si acaso, eliminó entonces del partido a Reinildo, no fuera a ser que al chico se le ocurriera repetir calamidad. Y fuera por eso o por la reprimenda en el vestuario, lo cierto es que el Atlético espabiló, más dinámico, tenaz y agresivo en el amanecer del segundo acto, apabullando a ratos a un Athletic que hasta entonces no se había sentido intimidado.

Valverde, de naturaleza conservadora en los cambios, leyó enseguida que su equipo necesitaba energía para resistir el alzamiento. Encomendó esa misión a Unai Gómez y Villalibre y entre ambos a punto estuvieron de sumar de la nada un segundo gol. El centrocampista armó un chut duro que casi sorprende a Oblak y el ariete cazó el rechace, pero pecó de zurdo al rematar fuera con la derecha.

Los locales, con el paso de los minutos, crecían sin parar, como si se iniciara su pubertad, y el Athletic ya sí comenzó a amilanarse. El Atlético creyó alcanzar la última estación de su resurrección cuando Yeray cometió un claro penalti sobre Morata en el descuento. Con lo que no contaban los colchoneros era con que su delantero había arrancado la acción en fuera de juego. No dispuso del Atlético de esa oportunidad para evitar que la victoria en San Mamés sea imperativa para estar en la final de Copa. Y no es esa una misión a la altura de cualquiera. Como tampoco lo era, al menos hasta este miércoles, ganar en el Metropolitano.