LIMÓN & VINAGRE

Javier Tebas, místico, fanático, drástico y didáctico

Se trata del hombre ideal para presidir LaLiga, esa gente del fútbol necesita mano dura, y no digamos las televisiones, así que nadie mejor que un exjefe de Fuerza Nueva para meterlos a todos en vereda

Limón y vinagre Javier Tebas

Limón y vinagre Javier Tebas / EPE

Albert Soler

Albert Soler

Javier Tebas asegura que sigue pensando igual que cuando militaba en Fuerza Nueva, pero que no se considera de extrema derecha. Sucede que el hombre es católico y defiende la vida y la unidad de España y, claro, dónde iba a militar con ese pensamiento sino en el partido que fundó Blas Piñar, del que fue incluso jefe local. Desde que me enteré de esa su militancia juvenil, cada vez que veo su imagen se me va pareciendo más a Mussolini, en el supuesto de que il Duce tuviera intereses futbolísticos. De los partidos actuales, votaría a Vox, según confiesa, aunque sin duda debe de echar en falta en esta formación la parafernalia cuasi militar de los cuadros de Piñar. Con tales ideas, no hay duda de que se trataba del hombre ideal para presidir La Liga de Fútbol Profesional (LFP), esa gente del fútbol necesita mano dura, y no digamos las televisiones, así que nadie mejor que un exjefe de Fuerza Nueva para meterlos a todos en vereda.

Que tenga un perfil ideal para el puesto y que goce imponiendo disciplina, no significa que deba trabajar gratis, una cosa es el ocio y otra el negocio. Javier Tebas preside la LFP desde 2013 y -según salió en la prensa- cobra por ello unos 3,37 millones anuales, siendo así el directivo deportivo mejor pagado del país. Con esos emolumentos, cualquier otro se dedicaría a no meterse en berenjenales y a vivir, que son dos días, pero un buen católico como Tebas sabe que la ociosidad lleva al pecado, así que, para evitar caer en él, se busca ocupaciones. Tanta es la tentación del pecado, que debe buscarse quehaceres incluso más allá del deporte, todo sacrificio es poco para alcanzar la patria celestial. Así que, no contento con liderar la oposición al proyecto de Superliga, meterse a menudo con el presidente de la Federación Española de Fútbol e interesarse por el caso Negreira, se metió en negocios con el expresidente argentino Mauricio Macri, saliendo por ello salpicado en los famosos Papeles de Panamá.

De alguna manera tenía Tebas que redondear sus ganancias, que con 3,37 millones al año no es fácil llegar a fin de mes, uno se da cuanta y a partir del día 25 está cenando bocatas de chóped. Argentina y Panamá no son países muy alejados de Javier Tebas, que es tico. No se le llama así porque sea bético o céltico -el presidente de la LFP debe ser neutral-, ni herético o agnóstico -impensable en un creyente como él, que en todo caso sería místico-, ni errático ni apático ni caótico con sus negocios -a la vista está-. Drástico sí que lo es, si hemos de hacer caso de sus manifestaciones periódicas, e incluso algunos le acusan de despótico. Y no digamos fanático, aunque eso debe de ir aparejado a su personalidad desde sus primeras militancias políticas. Nada de todo eso, es tico, simplemente tico, por haber nacido en Costa Rica, cosas de tener unos padres cosmopolitas. De todas formas, gracias a su buen hacer en los negocios y a su sueldo en La Liga, ya ha conseguido ser ciudadano de casta rica.

Tebas considera la Superliga elitista y separatista, lo cual en un hombre que defiende la unidad de la patria, es delito de lesa humanidad

Cuando era solamente el vicepresidente de la Liga, fue acusado de conflicto de intereses, ya que a la vez que ostentaba dicho cargo asesoraba jurídicamente a algunos clubes. Tal cosa, lejos de ser una práctica deshonesta, no hace más que demostrar su fe en una religión que insta a la mano derecha a no saber qué hace la mano izquierda. En el caso de Tebas, se trataría más bien de la mano derecha y la mano ultraderecha, pero para el caso es lo mismo.

Aparte del caso Negreira y los árbitros -a los cuales quiere desvincular de la RFEF-, la guerra de Tebas es contra la Superliga, y por tanto contra Florentino y Laporta, dos de sus impulsores. En esa lucha va de la mano de Ceferin, presidente de la UEFA con apellido de medicamento contra el dolor de cabeza. 

Tebas considera la Superliga elitista y separatista, lo cual en un hombre que defiende la unidad de la patria, es delito de lesa humanidad. Y como quiera que Ceferin -lea bien las instrucciones y consulte a su farmacéutico- ha calificado a dicha competición de "lobo disfrazado", su aliado Tebas no dudó en publicar un vídeo con una peculiar versión del cuento de Caperucita, con la Superliga disfrazándose para intentar devorar a las ligas nacionales, hay que ver qué ojos más grandes tiene esta abuelita, será para ver mejor el fútbol por televisión. Resulta que nuestro tico es también didáctico.