TERREMOTO EN TURQUÍA

Ismael García Gómez, entrenador español del Galatasaray turco: "Es una desgracia, las cosas solo pueden ir a peor"

El técnico asistente del líder de la Superliga destaca la "empatía y ayuda mutua" del pueblo de Turquía como respuesta a un terremoto que ha movilizado al mundo del fútbol

 Berat Cerit, aficionado del Gaziantep, equipo de una de las localidades más afectadas, critica que "los políticos se están riendo de la gente" y alerta del efecto que tendrá el frío

Una cancha de fútbol resiste en medio de los escombros de Kahramanmaras, epicentro del terremoto.

Una cancha de fútbol resiste en medio de los escombros de Kahramanmaras, epicentro del terremoto. / EPE / CEDIDA

Denís Iglesias

Denís Iglesias

El Galatasaray, líder destacado de la Superliga turca, debía viajar la próxima jornada a Gaziantep, una ciudad al sureste del país que cuenta con un castillo que es una joya arquitectónica romana y patrimonio de la UNESCO. El estadio del equipo local es otro de los grandes atractivos, un moderno feudo con mosaicos que hacen alusión al pasado de su ciudad. Tras el terremoto de 7,8 grados (y sus réplicas) que ha sacudido Turquía, la fortaleza se ha derrumbado parcialmente y el campo es un refugio para una de las ciudades más afectadas por el seísmo.

“En seis días jugábamos contra el Gaziantep, así de impredecibles son las desgracias”, reflexiona para EL PERIÓDICO DE ESPAÑA Ismael García Gómez (Ourense, 1988), entrenador con la mochila a cuestas que ha estado en las estructuras del Deportivo, Mallorca, el Asteras Tripoli griego, el Udinese italiano y que ahora es el asistente en el Galatasaray de Okan Buruk, un mito del fútbol turco. El club de Estambul, después de una travesía en el desierto, es el favorito para la consecución de un nuevo título de liga con hombres como Mauro Icardi, Lucas Torreira o Juan Mata, entre otros.

Ismael García Gómez, a la derecha, junto a Okan Buruk, primer entrenador del Galatasaray turco.

Ismael García Gómez, a la derecha, junto a Okan Buruk, primer entrenador del Galatasaray turco. / Galatasaray SK

"LA GENTE SE ESTÁ MURIENDO"

García Gómez ejemplifica la aleatoriedad con la que se manifiesta el terror con otro ejemplo: “Mi entrenador es amigo de Volkan Demirel -ambos acumulan un gran número de internacionalidades-, que dirige al Hatayspor. Este exjugador del Fenerbahçe invitó a bastantes amigos para ver un partido de su equipo. Se quedaron esa noche en un hotel de la ciudad. Ahora están muertos. Imagínate a nivel moral lo que eso supone para él...”, cuenta el español. 

Demirel fue protagonista de un vídeo viral al poco de producirse el terremoto que ha arrasado la ciudad de Hatay, sede de su club. “Envíen todos los recursos que tengan. Por el amor de Dios, la gente se está muriendo”, reclamó en un llanto que refleja el sentir de la nación turca. Horas antes de la tragedia, el Hatayspor ganaba en el último suspiro con un gol de Christian Atsu. El héroe de este partido, ex del Málaga, entre otros equipos, fue rescatado ayer tras quedar sepultado bajo los escombros.

“Es que así es la vida. Lo hablaba con un amigo turco: ‘Nunca sabes donde está la tragedia’. Recuerdo hace años que estaba de vacaciones en Bangkok con mi pareja. Teníamos una excursión programada a una zona en la que se produjo un atentado el día anterior”, explica Ismael, refiriéndose al ataque que se produjo el 17 de agosto de 2015 cerca del santuario de Erawan que dejó un salto de 20 muertos y 120 heridos. 

De ahí que aplique cierta filosofía sobre lo sucedido a cientos de kilómetros de su ciudad natal. Ya se ha acostumbrado a la distancia y al destino. "Al final, no le das muchas más vueltas. Mi trabajo no es el de un corresponsal de guerra o un militar. Es algo que puede pasar en cualquier zona del mundo. Es una obviedad que esta región tiene una alta actividad sísmica", razona.

'ACCIÓN-REACCIÓN' SOLIDARIA

La catástrofe le volvió a rozar en Turquía. “Durante la madrugada (del domingo al lunes) recibí un montón de mensajes. Existía mucha incertidumbre y la sigue habiendo. Es una pena muy grande la que te provoca estar en un país que ha decretado el estado de máxima alerta”, apunta el técnico del Galatasaray de Estambul, la ciudad más poblada de Turquía, por lo que a pesar de estar lejos del epicentro del terremoto, respira con dificultad estos días

Las calles están a medio gas y sus vecinos se afanan en seguir la última hora de la tragedia, porque quien más, quien menos, tiene algún familiar afectado. “Esta es una ciudad con mucho tráfico que ha bajado el pulso. Veo a la gente muy preocupada, pero a la vez mucha empatía. Conozco a personas que está pensando en coger un coche para ir a arrimar el hombro, porque los aeropuertos de la zona afectada están cerrados”, relata García Gómez, describiendo a la perfección la ‘acción-reacción’ solidaria con la que se está moviendo Turquía.

“Hay 3.500 muertos hasta el momento, más de 15 millones han sufrido de uno u otro modo el temblor, hay zonas que han estado inaccesibles durante 40 horas y muchos escombros todavía por remover. Hay muchas ciudades a las que no se puede llegar, una decena están devastadas. Los dos terremotos más grandes en la historia de nuestro país han ocurrido de modo consecutivo”, expresa con dolor a este diario Berat Cerit, aficionado del citado Gaziantep FK, quien comparte la foto que ilustra este artículo, donde una pequeña cancha resiste entre edificios reducidos a escombros. El escenario es Kahramanmaras, epicentro de la tragedia.

Cerit lamenta la falta de intervención rápida y directa de algunos estamentos gubernamentales. Denuncia que “nuestros políticos, oficialmente, se están burlando de la gente”. Pero pone en valor la ayuda enviada por “países vecinos, especialmente Grecia, Israel, Azerbaiyán y Rusia”. Por su parte, García Gómez ha sentido cómo su percepción del pueblo turco ha mejorado aún más. "La gente ha cambiado, pero para mejor. Todos buscan arrimar el hombro. Es algo muy a destacar", insiste.

LA SOLIDARIDAD DEL FÚTBOL

Los principales equipos turcos, como el Besiktas, Fenerbahce o Trabzonspor se están volcando en la ayuda con las víctimas. Y por supuesto, el Galatasaray, “un club modélico -cuenta García Gómez- que ha iniciado una campaña de ayuda, fletando camiones llenos de recursos como alimentos o medicamentos, lanzando propuestas y, en general, siguiendo la línea de un país que está resultando “muy empático y que no deja de ayudarse mutuamente”. Porque la rapidez de intervención es clave en una carrera a contrarreloj por salvar vidas que ha sumado un nuevo enemigo: el frío. 

“El tiempo está siendo muy malo. Lo está complicando todo, tanto para las labores de desescombro como para las personas que tienen que resistir fuera con estas temperaturas (que pueden ser de -10 grados, según Cerit). Aunque pensemos en Turquía como un país del Mediterráneo, hay zonas de interior muy frías”, explica el técnico español, quien informa de que todos los eventos deportivos han sido cancelados, tanto los domésticos como aquellos internacionales que han afectado a competiciones como la Euroliga o la FIBA Champions League, con equipos españoles involucrados. 

García Gómez, protagonista de una gran temporada del Galatasaray, sabe y asegura que la rutina laboral ha pasado al último plano. Lo hace trayendo al final de esta conversación la imagen del rescate de una niña que ha recorrido todo el mundo: “No tienes palabras para explicarlo. El cuerpo se te pone del revés. Sientes pena y a la vez una alegría enorme por ver a la protagonista con vida. Es una absoluta desgracia y las expectativas son que las cosas solo pueden ir a peor”.