FÚTBOL
La deuda con dos entrenadores españoles amenaza con dejar sin Mundial a Guinea Ecuatorial
Miguel Ángel Pozanco y Esteban Becker llevan cuatro años esperando el cobro de su indemnización ante la aparente desidia de la FIFA, responsable de su ejecución
La federación africana está amenazada de expulsión del Mundial de Qatar, pero en noviembre podría quedarse ya sin opciones deportivas de clasificarse
Esta es la historia de una odisea que no parece tener fin, la de dos entrenadores españoles, Esteban Becker y Miguel Ángel Pozanco, que llevan cuatro años tratando de cobrar lo que les pertenece ante la aparente pasividad de quien debe presionar, como órgano de ejecución de decisiones, para que así sea: FIFA. La Federación de Fútbol de Guinea Ecuatorial (FEGUIFUT) debe a ambos una cantidad económica que supera conjuntamente los dos millones de euros entre la deuda en sí y los intereses que ha ido generando su impago. De fondo, el conflicto de intereses evidente que supone que una organización (FIFA) sea la responsable de velar por el pago de una deuda que uno de sus miembros (FEGUIFUT) ha contraído con un tercero (Becker y Pozanco). Y que además ejerce de operador televisivo, emitiendo a través de sus canales partidos de clasificación para el Mundial de Qatar 2022 que Guinea Ecuatorial ya no habría disputado de haberse cumplido alguno de los tres presuntos ultimátums que le ha hecho llegar en los últimos meses.
Según ha podido saber EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, el último de esos ultimátums, decidido por el Comité Disciplinario de FIFA la semana pasada, concede un plazo de un mes a FEGUIFUT para pagar la deuda, bajo la amenaza de que su selección masculina sea eliminada de los clasificatorios para Qatar 2022 que está disputando en la actualidad. Una cita capital y potencialmente histórica para el combinado africano, que nunca ha disputado la fase final de un Mundial.
Guinea Ecuatorial quedará eliminada deportivamente si pierde contra Túnez el 11 de noviembre
Parece una medida contundente pero no lo es tanto, porque lo más probable es que, cuando venza ese plazo de un mes, Guinea Ecuatorial ya esté deportivamente eliminada. Ahora mismo es segunda en su grupo de clasificación, por detrás de Túnez, que le aventaja en tres puntos. Solo el primero avanza a la siguiente fase y, en caso de empate a puntos, los tunecinos cuentan ahora mismo con una ventaja de ocho goles sobre su rival. Dicho de otro modo, sólo una debacle de Túnez permitiría a Guinea Ecuatorial seguir con vida y tener la necesidad de pagar su deuda con Becker y Pozanco.
Expertos en derecho deportivo consultados por este periódico coinciden por ello en que la sanción es tardía, potencialmente inefectiva y deficiente. "Pudiendo haber sancionado a FEGUIFUT también con la participación en competiciones futuras si no salda antes sus deudas con los entrenadores, sin vincular el aliciente para hacerlo a un resultado deportivo inminente, incomprensiblemente no lo ha hecho", señala uno de ellos. El partido entre Guinea Ecuatorial y Túnez del próximo 11 de noviembre en Malabo, en definitiva, adquiere una dimensión que va más allá de lo deportivo.
Relación desde 2012
Esta historia arranca en junio del año 2012, cuando la FEGUIFUT contrata a Becker, nacido en Argentina y afincado en Madrid desde hace casi tres décadas, para que se haga cargo de su selección femenina absoluta. Apenas cinco meses después, Guinea Ecuatorial se impone en la Copa África disputada en el propio país. “Estuvimos dos meses de concentración en un hotel de cinco estrellas en Alemania, jugando amistosos contra equipos como el Ajax, el PSV o el Bayer Leverkusen”, recuerda el técnico, con el que este periódico se ha puesto en contacto para que explique su versión, exponiendo la pujanza económica que exhibía entonces la federación.
Becker ganó la Copa África femenina y alcanzó las semifinales de la masculina
Tres años después, la FEGUIFUT rompe de manera abrupta con Andoni Goikoetxea, entonces seleccionador masculino absoluto, y le confía ese puesto a Becker tras los méritos adquiridos al frente del plantel femenino. Eso ocurre pocos días antes del comienzo de la Copa África de hombres, que también se disputa en Guinea Ecuatorial, después de que Marruecos renunciara a su organización por la crisis del ébola. La selección ecuatoguineana, clasificada de última hora como anfitriona, rompe todos los pronósticos y alcanza las semifinales del campeonato. “Tengo dos medallas de héroe nacional, una por la victoria de 2012 y otra por ese resultado de 2015”, apunta el técnico.
Cuando Becker pasa a la masculina, Miguel Ángel Pozanco le releva al frente del fútbol femenino del país. “Planteamos proyectos para su desarrollo en todo el país, ya que sólo se practicaba en dos ciudades, con torneos de captación en los que participaron alrededor de mil niñas. En 2017 renové el contrato por dos años para continuar con estos proyectos”, rememora el entrenador español a petición de este diario.
Cambio de ministro
Sin embargo, ese año ocurre algo que lo cambia todo. El dictador Teodoro Obiang decide destituir al ministro de Deportes, que era a su vez presidente de la FEGUIFUT, y coloca en su lugar a su cuñado, Cándido Nsué, un poderoso empresario del país. “Tenía una escuela de fútbol, yo fui el que se la armó, de hecho”, cuenta Becker. Nsué decide hacer una limpieza general en la federación y despide prácticamente a todo el mundo para colocar a personas de su confianza. “Me citaron en el Ministerio y me echaron. No el nuevo presidente de la FEGUIFUT, sino el propio ministro. Y querían que firmara la carta de despido sin consultarla con mis abogados. ‘Firmas y luego que lo revisen’, me decían. No lo hice, claro”, explica Pozanco. Aquel día, Becker estaba en Senegal para un partido con la absoluta que termina 3-0. El resultado sirve también de pretexto para su fulminante destitución a su regreso a Malabo.
A Becker le restaban 19 meses de contrato y a Pozanco 23 cuando fueron despedidos
Hasta entonces, los dos entrenadores habían cobrado sus salarios con normalidad, sin un solo retraso, como ambos se apresuran a confirmar, agradecidos como están por el trato recibido por los ecuatoguineanos y por los dirigentes federativos mientras desarrollaron ahí su trabajo. Pero tras su despido comienzan los problemas. A Becker le restaban 19 meses de contrato; a Pozanco, 23. Tenían derecho a cobrar la integridad de lo firmado, como la justicia deportiva les reconoció posteriormente, pero la FEGUIFUT se niega a pagarles lo que les corresponde.
Aquí es donde empieza la odisea. Becker y Pozanco, tras numerosos intentos de cobrar por las buenas, acaban reclamando el cobro a FIFA, que les da la razón en su reclamación. Guinea Ecuatorial recurre las decisiones de FIFA al TAS, que también da la razón a los dos técnicos en sendos laudos de finales de 2020. FIFA vuelve a entrar entonces en acción, dado que es el órgano que debe velar por el cumplimiento del cobro de la deuda.
Meses de incumplimientos
En marzo de 2021, la Comisión de Disciplina de FIFA le da a FEGUIFUT un ultimátum de 30 días para que pague, bajo amenaza, ya entonces, de expulsar a su selección de la clasificación para el Mundial. Lo incumple.
En abril, la FEGUIFUT se reúne con los dos técnicos en la embajada ecuatoguineana en Madrid y pactan una rebaja de la deuda si esta se abona en el plazo acordado. Lo incumple.
En mayo, FIFA le da un segundo ultimátum de 60 días tras asegurar en una visita al país que la presencia de su selección en la Copa África del próximo invierno no corre peligro, pero reiterando la amenaza de ser excluido del camino a Qatar. Sí, también lo incumple.
El actual es el tercer ultimátum de FIFA a FEGUIFUT para que pague su deuda
Llegamos a octubre de 2021, tercer ultimátum, y Becker y Pozanco siguen sin cobrar lo que es suyo mientras FEGUIFUT no recibe ningún castigo, más allá del incremento de los intereses. El problema es que la principal penalización a la que se expone es su expulsión del próximo Mundial… y que en menos de un mes Guinea Ecuatorial puede quedar eliminada deportivamente de esa cita. Dicho de otro modo, que Becker y Pozanco cobren en el medio plazo lo que la justicia deportiva ya ha dictaminado que les pertenece depende del éxito o el fracaso deportivo de la selección de Guinea Ecuatorial. Así lo ha decidido el Comité Disciplinario de FIFA, aunque carezca de sentido.
Este periódico se ha puesto en contacto tanto con FIFA como con FEGUIFUT para recabar su versión de los hechos y sus explicaciones de por qué la deuda no ha sido saldada todavía. Un portavoz de FIFA se ha limitado a comunicar que el proceso está abierto, que hay nuevas decisiones recientes del Comité Disciplinario y que "teniendo en cuenta que aún no son definitivas, no podemos comunicar mucho sobre ellas". FEGUIFUT no ha respondido a la solicitud.
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