LIBROS

Javier Gallego 'Crudo': “El 15M es una especie de segunda Transición”

El periodista y músico, director del programa de radio 'Carne Cruda', presenta una novela con ambición literaria fruto de un arduo trabajo de varios años y en la que vuelca sus referentes y el desencanto de la generación del 15M

Javier Gallego 'Crudo' es el autor de 'La caída del imperio'.

Javier Gallego 'Crudo' es el autor de 'La caída del imperio'. / Pablo González Batista

“Como muchos de los que empezamos periodismo, siempre he tenido una vocación literaria. Escribir es algo que forma parte de mi ADN y siempre había querido escribir una novela”, afirma Javier Gallego Crudo', al que seguramente muchos conocen gracias a sus artículos en ElDiario.es y, especialmente, por su ya veterano programa de radio Carne Cruda que, tras comenzar en Radio3 de RNE, ha pasado también por la SER y actualmente se autofinancia gracias a sus oyentes.

Gallego es un hombre de múltiples talentos. Escritor y periodista, sí, pero también músico y poeta. Esta, su primera novela, La caída del imperio (Random House, 2024), le debe mucho precisamente a esta última faceta, aunque también a las demás. “Los juegos del lenguaje que abundan en mi libro provienen claramente del mundo poético”, reconoce. “De alguna manera, es inevitable que mis pasiones acaben apareciendo. También es una novela un tanto radiofónica, en el sentido de que es muy sonora, y utiliza recursos gráficos para expresar ciertos sonidos. Al final creo que he escrito una novela que es un resumen de todas mis facetas: está la poesía, la radio y creo que también está la música. Al final, este libro es hijo de su padre”.

El periodista confiesa que últimamente piensa mucho en una frase que un crítico de cine le dedicó a Charlie Kaufman cuando estrenó su primera película: “Charlie Kaufman ha hecho su primera película como si no fuera a hacer otra’”, recita. “Pues yo he creado mi primera novela como si no fuera a hacer otra. Aunque espero escribir más”.

La caída del imperio cuenta la historia de un grupo de jóvenes treintañeros de Madrid durante tres días cruciales en su vida y un poco en la de todos: el fin de semana previo al martes 15 de mayo de 2011, aquel mítico 15M en el que comenzaron a cuestionarse y resquebrajarse –seguramente para siempre– los principios de aquello que se había llamado la Transición. Darío, Amalia, Juan, Jaco, Abel, Violeta, Leo y Salva van de bar en bar, buceando por la noche madrileña; hablan, piensan, se gritan y bromean, se lo pasan bien, pero tras la evasión del fin de semana aguardan el desconcierto, la rabia y unas ilusiones que parecen estar a punto de desvanecerse.

Mi libro es una novela histórica documental encubierta"

“Mi libro es una novela histórica documental encubierta”, reconoce Gallego. “Quería escribir una novela de personajes, colectiva, en una época en la que abundan las novelas del yo y la autoficción. Pero, por otro lado, la situé en este momento tan significativo históricamente para nuestro país porque creo que es el momento fundacional de una generación o de varias generaciones que vivieron el 15M como la catarsis de una crisis. Y al final creo que explica mucho sus vidas. Es una juventud que de repente se encuentra sin un futuro, vive una crisis profunda y en la que cada uno busca la forma de navegar estas circunstancias intentando no naufragar. Ese imperio del que habla el título de la novela es el sistema que se está quebrando pero, a la vez, también es el imperio de la juventud. Una juventud que poco a poco se les escapa”.

Parece casi inevitable pensar en aquello de “que la vida iba en serio”, de Jaime Gil de Biedma y ver reminiscencias de la novela El bosque de la noche de Djuna Barnes –que Gallego reconoce como influencia– en la fascinación por la madrugada que inunda el relato. “El libro es un homenaje a la noche madrileña y, en general, a la noche, a lo que ocurre en la oscuridad”, explica el autor. “La noche da lugar a comportamientos, a experiencias que se alejan de lo cotidiano. En la noche las sensaciones, las emociones y los personajes se liberan de una forma que no ocurre durante el día. De hecho, solo hay un momento de luz en toda la novela, el resto del tiempo los personajes están prácticamente metidos en casas o en garitos viviendo en ese submundo. Además la noche madrileña me parece muy excitante, muy excéntrica. Madrid es una ciudad que tiene un espíritu abierto, anárquico, una juventud eterna de la que no se quiere desprender. Es una ciudad con síndrome de Peter Pan y los personajes en parte son ‘peter panes’; primero porque no les queda otro remedio y segundo porque no quieren crecer. Es su manera de enfrentarse a un sistema y a una realidad en la que están metidos”.

El libro es un homenaje a la noche madrileña y, en general, a la noche, a lo que ocurre en la oscuridad. La noche da lugar a comportamientos, a experiencias que se alejan de lo cotidiano"

Un conflicto generacional

Otro de los temas que sobresale en el libro es la colisión entre la generación de la Transición y la de los protagonistas, que son, más o menos, los hijos de los primeros. De hecho, hay un momento importante de la novela en la que estos dos mundos se enfrentan de forma explícita cuando Juan discute con su padre, un alto cargo del PSOE. “La brecha generacional creo que es un conflicto que aparece en todas las épocas”, sostiene Gallego. “Cualquier joven siente que tiene que acabar con la herencia recibida para poder crear su propio mundo. En ese sentido, la Transición fue el mundo de nuestros padres y el 15M es el momento fundacional de un nuevo ciclo, una especie de segunda Transición. Es el momento de mi generación y de las generaciones vecinas. Por esto, mi libro es una novela generacional centrada en un momento histórico concreto, pero también una novela de juventud que es transversal y atraviesa a todas las generaciones de jóvenes. De hecho, en la conversación de Juan con su padre este le pregunta quién hará ese cambio que él le pide y Juan le responde ‘nosotros, vuestros hijos’. Creo que el 15M es la representación de esta ruptura para mi generación, el cierre del ciclo de los padres y el comienzo del ciclo de los hijos que nuevamente será renovado por las siguientes generaciones”.

Imagen de la Puerta del Sol tomada por quienes protestaban en mayo de 2011 convocados por el movimiento 15-M.

Imagen de la Puerta del Sol tomada por quienes protestaban en mayo de 2011 convocados por el movimiento 15-M. / David Castro

Los paraísos artificiales pueden ser una buena vía de escape o de enfrentamiento, pero también, si es la única salida, se acabará convirtiendo en vía muerta y lejos de escapar, lo que hará será atraparte"

“Queríais cambiar el mundo y al final ese mundo os ha cambiado a vosotros”. Es una frase que podría ser aplicable a quienes hicieron la Transición, pero los personajes de La caída del imperio se están dando cuenta, con un poco de temor, de que también se les puede empezar a aplicar a ellos mismos. Ante eso, unos optan por el compromiso político y acuden a las manifestaciones que se están formando a su alrededor, pero otros no. Otros optan por la evasión. “Los personajes se debaten entre el despertar político y el escapar de la realidad. Algunos también intentan combinar ambas vías. Pero esa evasión también es traicionera, porque puede convertirse en su propia trampa. De hecho, en algún momento se dice que los paraísos artificiales pueden ser una buena vía de escape o de enfrentamiento, pero también, si es la única salida, se acabará convirtiendo en vía muerta y lejos de escapar, lo que hará será atraparte. Te convertirás en un pelele más”.

Un proyecto de fuerte vocación literaria

Gallego reconoce que la escritura de esta novela le ha supuesto “todo un máster de escritura, porque han sido muchos años hasta que he encontrado la forma que quería darle. Aunque me dedico a escribir”, explica, “la novela es un formato distinto a los que había practicado hasta ahora y es muy exigente a todos los niveles”.

El primer borrador del libro le supuso seis años de trabajo. Muchas horas que implicaron sacrificios de carácter personal. “Tras concluir el primer borrador, he pasado un par de años más editando y reescribiendo. Algo que se puede convertir en un proceso muy obsesivo. Los personajes me han estado persiguiendo durante todos estos años allá a donde iba. Ha sido un sacrificio grande pero ahora que la gente la está leyendo es como que todo ese universo cobra vida y eso te compensa todos los momentos duros. Espero que la próxima me cueste menos”.

De esa lectura, Gallego espera que los personajes de la novela se queden, de alguna forma, dentro de los lectores, o que los lectores se queden dentro de la novela. “Que sientan que les gustaría seguir la fiesta o saber qué habrá sido de ellos después de esos tres días. Creo que lo mejor que se le puede decir a un autor sobre sus personajes es que te has quedado pensando en ellos después de terminar la lectura”.