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Cristian Fulaș, escritor: "La vergüenza es un elemento central del sufrimiento de los adictos"

El reconocido autor rumano comparte en su novela 'La vergüenza' su lucha contra la adicción, creando una obra literaria compleja pero no difícil, que nos sumerge en una reflexión sobre la vida, la redención y la creación literaria

El escritor rumano Cristian Fulaș.

El escritor rumano Cristian Fulaș. / Cedida

Hay un pasaje en la obra Limónov de Emmanuel Carrère que por algún motivo se ha quedado grabado a fuego en mi mente. En un momento de la narración, un instante especialmente complicado de la vida del protagonista, en el que está particularmente hundido en el fango, este se pregunta si ese será el final de su historia o solo el final de un capítulo.

Es posible que muchos de quienes estén leyendo esto se hayan hecho alguna vez esa misma pregunta. Es muy fácil también imaginar al personaje protagonista de La vergüenza, la novela que Cristian Fulaș acaba de publicar en España de la mano de Automática Editorial, haciéndosela. Cuando caes muy, muy bajo, el final de la historia puede estar a la vuelta de la esquina o, como en este caso, la desgracia puede dar paso a la resurrección y también a la gran literatura.

El libro cuenta la historia, más o menos, del propio autor en primera persona. De su descenso al abismo de la adicción al alcohol y de sus intentos de rehabilitarse, aunque también de sus recaídas y de la vergüenza por la que atravesó a lo largo de todo el proceso.

Pocas oportunidades tenemos de explorar la literatura rumana. Si este libro resulta ser nuestra introducción a ella, es posible que no hubiéramos podido encontrar uno mejor. La novela fue publicada por Fulaș en 2015, y supuso su debut como escritor de ficción y también su consagración instantánea como la gran promesa literaria de su país al hacerse con todos los premios literarios importantes de Rumanía: el Premio Observator Cultural al mejor debut, el Premio Liviu Rebreanu y el de la revista Accente.

Dos planteamientos

“Mi primera intención al escribir este libro fue ayudar a otros como yo, a otros adictos en busca de una salida”, explica. “Quería compartir mi experiencia para que otros pudieran aprovecharla. Al final, lo que surgió fue una historia diferente. En un momento dado me di cuenta de que mis buenas intenciones no lo eran tanto y transformé la historia en una novela joyceana, muy intrincada desde un punto de vista estilístico, muy... no sé cómo decirlo, como de gran literatura. Y ahí fue cuando lo entendí. Ese fue el momento exacto en el que el libro se convirtió en lo que es hoy, una especie de mezcla entre gran literatura y una novela sobre las adicciones”.

Fulaș es el autor de 'La vergüenza'.

Fulaș es el autor de 'La vergüenza'. / Cedida

Por lo tanto, el libro tiene, según Fulaș, dos mensajes muy claros. El primero sería “deja de beber, deja las drogas antes de que sea demasiado tarde”, casi en la línea de la autoayuda. Mientras que el segundo es más un ejercicio literario que el autor resume en: “piensa en lo que vas a escribir antes de hacerlo, calcula, analiza, distribuye las piezas en el texto y todo irá bien. Además, empareja el estilo con los personajes y las voces”.

En esto último destaca especialmente La vergüenza, ya que consigue transmitir con precisión las emociones y las sensaciones físicas del personaje, dando lugar a multitud de momentos de una intensidad abrumadora, adaptando el estilo a los diferentes estados de ánimo del protagonista. “En realidad, tuve suerte, si podemos llamarlo suerte. Sé cómo te sientes cuando pasas por todo eso y cuando escribí el libro, mis recuerdos aún estaban frescos. Así que pude usarlos en la narración y con el tiempo adquirieron un valor importantísimo, porque lo que obtuve a partir de ellos fue una descripción muy precisa tanto del abuso de alcohol como de la abstinencia”, explica. “No obstante, no fue sencillo recrearlos en el papel”.

“Me llevó mucho tiempo escribir este libro, quizás demasiado”, explica. “Fui adicto. Pasé por un proceso de recuperación y ahora estoy bien desde hace casi 15 años. Pero los hechos que se cuentan en el libro no solo hablan de mi vida, para algunos me inspiré en cosas que les ocurrieron a mis compañeros de terapia y los combiné para crear un personaje universal, pero que no necesariamente soy yo. Claro que trato temas personales, pero soy de esas personas que no se avergüenzan de contar su vida y, lo que es más importante, no me arrepiento de lo que he hecho, y eso es esencial cuando se habla de adicción”.

Malos tiempos para experimentar

A pesar de lo anterior, y del afán joyceano del que habla el autor, la novela no resulta compleja ni críptica como el Ulises del gran autor dublinés, sino que discurre por un terreno algo experimental, pero accesible. “En parte sí que me considero un autor experimental”, reconoce Fulaș, “pero sé demasiado sobre literatura y, por tanto, sé que los experimentos han llegado a su fin. No hay muchas cosas nuevas que podamos hacer en cuanto a la forma, y el experimento es forma en un 99%. Entiendo la necesidad de nuevas formas en la literatura y siempre trato de crear diferentes maneras de contar mis historias, pero al mismo tiempo soy muy consciente de las limitaciones. Si somos realmente honestos, la literatura es solo una forma de contar cosas de manera hermosa o sorprendente. Todos conocemos historias, pero solo unos pocos de nosotros nos convertimos en escritores”.

El protagonista de La vergüenza vaga por una Bucarest oscura y durísima que no le acaba de dar demasiadas esperanzas de recuperación y que resulta, para el lector español, todavía algo exótica. Poco sabemos de la realidad de un país que está a poco más de tres horas de vuelo. Respecto a la relación de Rumanía con las drogas y el alcohol, Fulaș explica lo siguiente: “Rumanía, el alcohol y las drogas se llevan muy bien, al igual que en cualquier otro lugar. Y esto nunca va a cambiar, creo”, bromea. “Tenemos un cierto porcentaje de la población que son adictos, aunque no creo que estos porcentajes sean muy diferentes a los de otros países de Europa. Ahora bien, en Rumanía, al igual que en España o en cualquier otro lugar, los adictos no están listos para admitir su adicción, es una vergüenza hacerlo, es por eso que la vergüenza es un elemento central de su sufrimiento”.

Tras la publicación de La vergüenza, Fulaș ha escrito el libro de relatos Bellos y buenos (2017) y las novelas Tras el llanto (2016), Ioșca (2022), que también obtuvo diversos premios, y Especies (2023), pero actualmente está volcado en una nueva traducción a su idioma de la monumental En busca del tiempo perdido de Marcel Proust, por la que acaba de recibir el Prix du Rayonnement de la langue et littérature françaises de la Academia Francesa. No obstante, el autor siente que todavía no ha terminado con la historia narrada en La vergüenza. “Empecé a escribir este libro cuando tenía alrededor de 30 años y me llevó mucho tiempo terminarlo. Eliminé dos versiones del mismo y estaba a punto de empezar una cuarta cuando decidí que ya era suficiente, pero tengo un plan: cuando tenga 60 años volveré a escribirlo [actualmente tiene 46]. Tengo muchísima curiosidad por ver lo que sale. Tendrá el mismo título, pero estoy seguro de que será un libro muy diferente. ¿En qué nos convertimos con el tiempo? ¿Cómo cambia la literatura nuestra propia forma de escribir? Planeo responder a estas preguntas con el tiempo, sea cual sea la respuesta”, termina.

'La vergüenza'

'La vergüenza' / Cedida