ESTRENO
'Blue Eye Samurai', la nueva serie animada de Netflix que tienes que ver
Está ambientada en el siglo XVII y el Japón de la era Edo, que llevó a cerrar las fronteras al mundo
Cuando parece que todo está inventado y que las series anime ya han tocado techo en originalidad, una nueva propuesta se ha abierto paso entre la numerosa oferta televisiva y se ha ganado el reconocimiento de público y crítica. Se trata de Blue Eye Samurai, una serie de ocho capítulos ambientada en el siglo XVII y el Japón de la era Edo, que llevó a cerrar las fronteras al mundo.
En este entorno, apenas cuatro hombres occidentales eludieron la prohibición de permanecer en el país y al menos uno de ellos dejó descendencia no deseada tras abusar de una mujer. Los niños nacidos de este tipo de uniones con piel blanca u ojos claros eran considerados monstruos, seres despreciables por su raza mezclada, y si querían sobrevivir debían ocultar su condición. La historia relata el camino de venganza de uno de estos mestizos, convertido en experto en artes marciales, y obsesionado con encontrar y matar a su padre.
Venganza y feminismo
Los personajes que se cruzan con la protagonista, Mizu, arrojan distintas inquietudes temáticas, desde la defensa del honor a toda costa que encarna un samurai que creció y maltrató a Mizu de niña pero luego se convierte en un rival leal y compañero de aventuras, hasta el aprendiz discapacitado que intenta superar sus límites para ser bueno en algo, o la princesa Akemi, criada con todas las ventajas de su clase social pero que pretende elegir su destino contra la voluntad de su padre.
El papel de Mizu es especialmente empoderador: la vergüenza y la sed de venganza moldean su vida y le impiden mostrarse como es, por lo que la historia también relata su camino interior de aceptación de su propio sexo en una cultura y época en que ser mujer estaba muy limitado.
La producción estadounidense ha sido creada por la pareja formada por Michael Green y Amber Noizumi, que explicaron recientemente a Hollywood reporter la génesis de la serie: el nacimiento de su hija, con facciones occidentales en un rostro oriental. A Koizumi le pareció bellísimo que tuviera los ojos azules, y de esa emoción llegó la idea de desplegar una trama sobre las mezclas y la integración, los prejuicios y las rarezas.
“Con Blue Eye Samurai, queríamos romper esquemas”, explica Noizumi. “Mizu no es japonesa ni blanca, no es mujer ni hombre, y la serie no se parece a nada que nadie haya visto jamás: No son dibujos animados, no es anime y no es acción real”.
Para contar la historia, los creadores contaron con dibujantes que recogieron la tradición oriental de la ilustración, con su preciosismo y su toque de marionetas, pero también recurrieron a elementos más propios de Tarantino a la hora de poner en movimiento peleas y escenas de gran violencia, en un encuentro entre las dos culturas sorprendente.
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