DE PELÍCULA A MINISERIE

'Australia: Faraway Downs', en Disney+: una remezcla extendida con final no tan feliz

El director Baz Luhrmann ha convertido 'Australia', su melodrama épico de 2008 con Nicole Kidman y Hugh Jackman, en una miniserie con una hora extra de metraje

Imagen de 'Faraway Downs'.

Imagen de 'Faraway Downs'. / ARCHIVO

Juan Manuel Freire

Juan Manuel Freire

Después de cerrar con Moulin Rouge su teatral y fantasiosa Trilogía de la Cortina Roja, el director Baz Luhrmann quiso abordar las cicatrices históricas de su país de origen en Australia, melodrama épico contado desde el punto de vista de Nullah (Brandon Walters), un niño de las Primeras Naciones. Baz siempre va a ser Baz, y esta iba a ser, de nuevo, una película cargada de emoción desaforada y diversión espídica, pero al fondo latía un interés serio por arrojar luz sobre las llamadas generaciones robadas, aquellos niños aborígenes mestizos separados a la fuerza de sus familias entre 1905 y 1970 en un plan gubernamental de exterminio cultural.

En su día, la crítica no quedó demasiado convencida del resultado: Peter Travers habló en Rolling Stone de "sentimentalismo desvergonzado", mientras que el generoso Peter Bradshaw de The Guardian le dio solo una (rácana) estrella de cinco posibles. El público acudió igualmente a las salas, sobre todo en la propia Australia, donde todavía es la segunda producción nacional más taquillera de la historia (solo por detrás de Cocodrilo Dundee) y Europa, incluyendo España, donde acabó rozando los dos millones de espectadores, igual que la bastante más recordada Moulin Rouge

Cuando el rodaje de Elvis quedó paralizado por la pandemia, Lurhmann decidió marcarse una remezcla de su película con peor reputación. Lo que antes fue una película de casi tres horas (166 minutos) es ahora una miniserie de casi cuatro (222 minutos), Australia: Faraway Downs (Disney+), con seis episodios de duración variable. Según explicó el director en un comunicado, "había otra forma de contar esta historia; una con capas y matices diferentes e incluso giros alternativos de la trama que pudimos explorar gracias al formato episódico", ese que Luhrmann ya tanteó en 2016 con la saga hip hop de corta vida The Get Down

Rosa inglesa y arriero australiano

La historia acaba resultando básicamente la misma, aunque con matices, como veremos. En 1939, al borde de la Segunda Guerra Mundial, una aristócrata inglesa, Lady Sarah Ashley (Nicole Kidman), viaja a Australia con intención de convencer a su marido de que venda la finca ganadera Faraway Downs. Poco después de llegar, una noticia chocante le obliga a cambiar de planes; la belleza del lugar y de algunos personajes, como el pequeño Nullah o el arriero encarnado por Hugh Jackman, acaban de convencerla de cambiar su curso vital. La odisea de varios años posterior, mezcla de aventura, romance y guerra (el bombardeo de Darwin por los japoneses), está contada a través de la mirada mística e inocente de Nullah. 

Entre el nuevo metraje encontramos, por ejemplo, una escena de pulso cómico estilo Hepburn/Tracy en la que Drover, el arriero, trata de convencer a la rosa inglesa para quedarse al menos una primera noche en la finca. O la demostración práctica (no vista en cines) que seguía a una frase de Nicole a Hugh: "Sr. Drover, cuando quiera le doy una lección de montar a caballo". También aprendemos algo más sobre las circunstancias anteriores a aquel casi trágico tránsito por el ficcional desierto Kuraman. 

Algunos personajes secundarios tienen ahora mayor participación, como el capitán de la armada Dutton (un menos popular por entonces Ben Mendelsohn), aquella amiga de Sarah llamada Cath (Essie Davis, algo después prota de The Babadook) o el villano Neil Fletcher (David Wenham), cuya sociopatía queda clara en la despedida al personaje de King Carney (Bryan Brown), el empresario ganadero dueño de la mayoría de tierras del norte de Australia.

Otro sonido, otro sentimiento

En el apartado musical, Luhrmann ha sido drástico y ha tomado la decisión de cambiar la banda sonora de David Hirschfelder (nominado al Oscar por Shine y Elizabeth) por una algo menos bombástica que firma Kara Talve (Planeta prehistórico). En los créditos iniciales, ahora una pieza de animación firmada por artistas indígenas, suena una canción del ascendente astro pop/R&B Budjerah, originario del pueblo Bundjalung. Ni rastro en la serie de aquella balada sobre Drover que cantaba Elton John.

Y ni rastro de esperanza, o casi, en un final alternativo que Luhrmann desestimó en su momento por, según ha dicho, resultar "demasiado trágico", sobre todo en un año como 2008, en mitad de la crisis financiera más grave desde la Gran Depresión. Tampoco es que en 2023 esté todo mucho mejor, pero algún giro importante debía tener esta Baz's Version de Australia.