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Ramón García: "Nunca me habría muerto de éxito ni de fracaso, porque esto no deja de ser un trabajo"

'Ramontxu', una de las caras más conocidas de la televisión española, celebra el éxito de la reedición del 'Grand Prix' que ha vuelto a juntar ante la tele a varias generaciones

Ramón García

Ramón García / RTVE

El próximo lunes es la final del concurso Grand Prix, de TVE, que estuvo en antena once años y que en su reedición ha alcanzado altas cuotas de pantalla. Su maestro de ceremonias está encantado de haber vuelto a juntar ante la tele a varias generaciones. Y se dice muy feliz de En compañía, programa diario que hace en Castilla-La Mancha Media contra la soledad no deseada.

El lunes 4 de septiembre es la final de Grand Prix. El programa ha vuelto a La 1 después de 18 años. Y con usted mismo. ¿No pasa el tiempo?

Hombre, sí pasa el tiempo. Pero el trabajo está ahí. Ha sido una vuelta esperada por los espectadores. Yo he sido el maestro de ceremonias, y encantado de haberlo hecho otra vez.

En el campo y en la playa hace calor / y la gente se pasea en bañador. Como sintonía, es endecasílabo profundo y de calado.

Muy profundo, muy profundo [ríe]. Son canciones que hizo Danilo Vaona y que se quedaron en la cabeza, en la memoria.

El programa del abuelo y del niño”. ¿La familia que reza unida, permanece unida?

No, no tiene nada que ver. Antes la televisión se veía en familia. Y la llegada de Internet, de las tabletas, de los móviles rompió esa unidad. Mi reto era volver a juntar a la familia a ver la tele. Y ha sido espectacular. De lo que más orgulloso estoy es de que los niños han dejado el móvil encima de la mesa y hay muchos padres que me dicen: es la primera vez que he visto la tele con mi hijo o con mi hija.

Más que hacer el indio nos gusta ver a la gente caer

Alguien apuntó que el programa volvía para aliviar la carga informativa del proceso electoral. ¿Quizá por eso ha arrasado?

Cuando estábamos preparando el programa no teníamos fechas. Televisión Española decidió terminar toda la temporada electoral y estrenar justo el lunes después de las elecciones.

¿Se imagina a Sánchez o a Feijóo trepando por la rampa vestidos de bebés-globo, a punto de caerse a la piscina?

Hombre, pues igual sería una manera de que hablasen con más tranquilidad y sonriendo.

¿Por qué nos gusta tanto ver hacer el indio a los demás?

Más que hacer el indio nos gusta ver a la gente caer. Los golpes siempre producen risa, el chiste y la gracia de la cáscara de plátano, que decía Buster Keaton.

¿Grand Prix es lo segundo mejor que le ha pasado en la vida, después de haber nacido en Bilbao?

No. El Grand Prix es un trabajo, un programa más de los que he hecho. Es uno de mis hijos predilectos. Pero no hay nada más grande que haber nacido en Bilbao. Ser bilbaino, con diptongo, es una forma de vivir la vida.

Veo que se viene arriba con cierta facilidad.

No, no hace falta que me empujes mucho.

La soledad es un problema gravísimo. No sabe de edades, ni de religiones ni de política ni de clases sociales

En la televisión de Castilla-La Mancha lleva más de siete años con un programa diario diferente, En compañía, líder de audiencia. Gente anónima víctima de la soledad no deseada. Qué cambio de tercio.

Hablar de soledad es una de las pandemias más grandes que hay en el mundo. Yo la he descubierto aquí, donde hay mucha gente de campo que se dedica todavía a labrar o a cuidar animales y tiene poco tiempo para socializar, viendo pasar a personas de todas las edades que la sufren, aun viviendo con familia. La soledad es un problema gravísimo. No sabe de edades, ni de religiones ni de política ni de clases sociales. Y ese problema te lleva a otras patologías gravísimas. La más gorda que yo detecto es la depresión. Y la depresión mata. La única forma de curar la soledad es la compañía.

Llevan como mil parejas. ¿La Celestina era una aprendiz o es usted la Virgen de Lourdes?

Pues la Virgen de Begoña, vuelvo a Bilbao, me ayuda. Es un trabajo muy de equipo. Y todas las tardes Ramontxu se pone un traje impermeable, aunque tiene agujeros, porque a mí me llegan al corazón sus historias y yo lloro con ellos. Pero me voy siempre satisfecho a casa. Feliz.

¿De cuántas bodas es responsable?

Pues de todas las que ha habido aquí, unas cuarenta o cincuenta. Lógicamente vamos, nos invitan. Y tenemos también algún niño, de parejas jóvenes.

¿Usted conoce algo de la soledad?

Lo conozco todo, porque yo me divorcié hace dos años largos y estoy solo. Este programa me ha servido de terapia.

He cambiado los años, el siglo, el milenio y la moneda desde la Puerta del Sol

Con todo lo que ha hecho en la tele en cuarenta años, ¿se ve muriendo de éxito?

No. Nunca. Nunca me habría muerto de éxito ni de fracaso, porque esto no deja de ser un trabajo. Otra cosa es que me guste mucho mi oficio, que me divierta mucho. He tenido la suerte de vivir de ello y vivir muy bien. No he parado de trabajar. Algo habré hecho bien. Con algún tortazo y algún fracaso, que de eso se aprende. Pero tengo siempre los pies muy firmes en el suelo y En compañía me mantiene muy pegado a la realidad de la vida de las personas. Este programa me ha cambiado la vida.

¿Volverá a dar las campanadas en Nochevieja?

Pues no lo sé. Ahora, con lo de Grand Prix, todo el mundo me dice: Ramontxu, tienes que volver a Televisión Española, a la Puerta del Sol. A fecha de hoy las campanadas todavía están muy lejos. Si hay que darlas, se darán. Pero si no las doy tampoco pasa nada.

Es el hombre que más cambia de año.

Yo he cambiado los años, el siglo, el milenio y la moneda desde la Puerta del Sol.

¿Porqué cree que la gente no se cansa de usted?

Porque posiblemente vean en ese chico, o en ese señor ya, que está en la tele, una persona normal como ellos.