CONCIERTO MADRID

Rubén Blades, la salsa y su incombustible maestría

El músico panameño ofrece junto a la orquesta de Roberto Delgado un recital de dos horas y media en el festival las Noches del Botánico en el que recorre sus 50 años de carrera

El músico panameño Rubén Blades, durante su actuación en el Festival Noches del Botánico, el 13 de julio de 2023, en Madrid.

El músico panameño Rubén Blades, durante su actuación en el Festival Noches del Botánico, el 13 de julio de 2023, en Madrid. / Ricardo Rubio / Europa Press

Ángeles Castellano

Ángeles Castellano

Estaban todas las entradas vendidas. Había ganas de salsa. Y Rubén Blades subió al escenario de Las Noches del botánico su gran maestría para recorrer, junto a la big band de Roberto Delgado, una pequeña parte de su legado musical, ese que arrancó, como él mismo se encargó anoche de recordar en Madrid, en Nueva York por allá de 1974.

Con un sonido apabullante, Blades arrancó prometiendo que no hablaría mucho. Lo hizo con Plástico, una canción que grabó en 1978 junto a Willie Colón, nombre que Blades quiso tener muy presente en este concierto, como el de Héctor Lavoe y algunos otros grandes nombres de la salsa. Casi parecía que, en este recorrido a punto de cumplir los 75 años, Blades quisiera homenajearse paseando por su propia trayectoria.

Con América Latina presente durante todo el concierto, salpicando las menciones a diferentes lugares y a tantas realidades, el suelo parecía retumbar cada vez que mencionó Venezuela. Hizo un primer bloque en el que quiso mostrar sus canciones más comprometidas, esas que llevaron a García Márquez a decir que era más cronista que músico, como quiso recordar anoche en Madrid. Tras Plástico abordó País portátil, de la que recordó su plena vigencia a pesar de haber sido escrita en 2009, El padre Antonio y el monaguillo Andrés, sobre el asesinato de Óscar Arnulfo Romero, monseñor Romero, durante la guerra civil de El Salvador.

Canción tras canción, el maestro Blades se esforzaba por contar de dónde vienen sus historias, con quién las grabó, cuándo y casi también el contexto en el que fueron escritas. Con una big band con un sonido impecable, compuesta por dos teclados, una sección de ritmos que además de batería incluía congas y timbal y una deslumbrante sección de metales el público no quería ni podía contener el movimiento. Entusiasmados, los asistentes trataban de bailar en el limitado espacio del que disponían, pero apenas lograban moverse. La grada VIP, como constraste, permitía a alguna pareja animada mostrar lo provechoso de sus clases de salsa. Como fuera, Blades podría haber pasado el concierto en un inmenos karaoke de haberlo decidido así. Imposible no rentirse ante la calidad de los músicos, de las canciones, de las letras, del humor del que hacía gala el maestro entre canción y canción.

El panameño también hizo hueco en su lección magistral en el escenario de Las Noches del Botánico para referirse a la violencia contra las mujeres, con Cuentas del alma, quiso tener presente las ausencias con Todos vuelven, que acompañó con la proyección de los nombres de las grandes figuras de la salsa ya fallecidas y también de grandes músicos y otras personalidades de la cultura españolas, una lista que arrancó con Manuel de Falla y culminó con Carlos Saura, de las que el público eligió jalear a Lola Flores y Camarón de la Isla. Fueron dos horas y media de concierto en las que no faltaron María Lionza, Plantación adentro -"saca a Maduro de Venezuela y dale a su pueblo felicidad", añadió a la letra-, o Contrabando.

Rubén Blades durante su concierto en las Noches del Botánico de Madrid junto a la 'Roberto Delgado Big Band', en el marco de su 'Salswing Tour'.

Rubén Blades durante su concierto en las Noches del Botánico de Madrid junto a la 'Roberto Delgado Big Band', en el marco de su 'Salswing Tour'. / Ricardo Rubio / Europa Press

Después de cantar el bolero Ya no me duele, Tambó y un par de canciones en inglés como homenaje a Tony Bennet y Frank Sinatra -Watch what happens y The way you look tonight-, Blades no quiso despedirse de Madrid sin pasar por sus dos grandes éxitos: El cantante, con un importante recuerdo para Héctor Lavoe, y Pedro navaja, la única canción que no presentó ("no necesito presentarla, es una canción que se me aparece por las noches", dijo), con la que se despidió del público madrileño y que quiso dedicar a sus amigos gitanos, "donde quiera que estén".

Con el de concierto de Rubén Blades, las Noches del Botánico pasan el ecuador de los 45 conciertos programados para todo el mes con un notable éxito de público. Incluyendo el de Blades, son nueve los conciertos con todas las entradas vendidas hasta el cierre el 30 de julio y cuatro más los que podrían estarlo de aquí a que tengan lugar.